OPHELIA | Saiki Kusuo.

(09 - temporada dos)

KUSUO SAIKI
(capítulo editado)

- ¿Ya se van? - pregunto, la abuela de Ophelia.

- La condición era pasar navidad aquí y año nuevo allá - explicó ella.

- Fue bueno tenerlos aquí, este año toda la familia se reunió - murmuró la anciana para si misma.

- Creo que deje mi bolso en el baño - dijo Ophelia, saliendo de la habitación.

- Espero que le digas a mi nieta que estás enamorado de ella - comento la abuela.

- No estoy enamorado de ella - le mentí.

- He visto como la miras - sonrió - con amor.

- No.

- Solo díselo - sentenció - salgan a la cochera, todos se quieren despedir.

Ophelia, entro a la habitación, con un bolso sobre el brazo.

- ¿Ya estás listo? - asentí, sin más salimos a la cochera.

Una vez ahí, todos nos miraban serios, parecía que está no era la familia de hace unos días.

- Los vamos a extrañar - dijeron unos cuantos al mismo tiempo.

- Así es - afirmó la abuela - por cierto, tu prima cumple quince años pronto, vengan a la fiesta.

- ¿Ya vas a cumplir quince, Camila? - pregunto ella sorprendida, la menor solo asintió.

- De preferencia ven con el rosadito - agrego el tío de Ophelia - insisto en que yo debí de haber ganado.

- Claro - dije con sarcasmo, por lo que el soltó una risita.

- Fuera de broma - se acercó a mi, ofreciendo una bolsa - es un regalo.

- Gracias - lo tome.

Una de las tías de Ophelia le dió una bolsa de color rojo.

- Ábrelo en privado - susurró ella, por lo que la otra simplemente asintió.

- ¿Quieren que los lleve? - pregunto el tío.

- No es necesario, quiero llevar al cabeza de fabrica a ciertos lugares - hablo Ophelia de inmediato.

- ¿"Cabeza de fabrica"? - pregunto su abuela.

- Ya sabes - simuló dos cosas sobre su cabeza - por las palancas.

- Son broches para el cabello - me queje.

- Si como no - murmuró Ophelia - ya nos vamos, fue bueno verlos.

Cómo si ella no supiera que en realidad son aparatos de control.

- Gracias por recibirme - agradecí.

- Puedes venir cuento quieras - murmuró la abuela - tu presencia aquí es agradable.

- ¿Quedó arroz con leche? - pregunto Ophelia, con interés.

- ¿Qué es eso?

- Lo mejor que vas a probar en toda tu vida.

(...)

- Bueno, ahora que ya estamos solitos podemos ir a tu casita en Japón.

- ¿Estás lista?

- Calmado - acomodo el bolso sobre sus hombros - ahora sí.

Rodeé su cintura con una brazo, jalando de ella.

- Vámonos - nos teletransporte a mi habitación.

Ella analizó la habitación con la mirada.

- Todo está igualito - murmuró caminando por la habitación, dejando el bolso sobre la cama.