Mentira

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La noche se hacía cada vez más y más oscura, se podía escuchar a los grillos cantar y las ranas croar, era una noche pacífica para la mayoría de las personas pero desafortunadamente esta vez el pelirrojo no era parte de la mayoría. La tenue luz de la hermosa luna llena se filtraba entre los árboles iluminando así al hombre tendido entre el pasto, este respiraba con dificultad, apenas podía abrir los ojos y no veía con claridad, habían pasado alrededor de 15 minutos desde que el hombre de ojos turquesas se fue, Kakyoin llevaba un poco más del cuarto de hora tirado en el suelo del área boscosa, suspiró entrecortadamente uniendo las fuerzas necesarias para levantarse; Noriaki se incorporó lentamente hasta estar sentado, su cara dolía y punzaba por todos lados, él era más que conciente de que tenía la nariz rota ya que el dolor en esa área era muy fuerte, intentó no centrarse en aquello e ignorar el dolor en su rostro, pesadamente logró ponerse de pie y se dirigió hacía su mochila, llegar a ésta fue un camino difícil ya que no veía muy bien y el camino era oscuro, sólo habían algunos rayos de luna que iluminaban su paso de vez en cuando. El pelirrojo finalmente llegó a su mochila y se agachó un poco para tomarla, al tenerla en su manos la abrió buscando así su celular, después de unos segundos lo encontró y encendió la pantalla,  el reloj marcaba las 10:14p.m. Noriaki se quedó pensando qué hacer, necesitaba llamar a alguien para recogerlo eso era más que seguro, en su estado le era imposible volver a la universidad pero no podían recogerlo ahí, si le pedía a Polnareff venir a buscarlo a una zona boscosa las preguntas serían demasiadas para siquiera inventar algo viable y creible. Kakyoin suspiró, tendría que arreglárselas para salir de ahí y trasladarse a otro lugar.

Aproximadamente a 400 metros había un parque, esa fue la primera ubicación que le vino a la mente al hombre, al estar en un parque sería más fácil inventar una coartada y pedirle a Polnareff que fuera a recogerlo ahí, el único inconveniente era que recorrer 400 metros en su estado actual sería difícil. Noriaki repasó que otras opciones tenía, a 300 metros en la dirección contraria al parque había varios lugares de comida rápida, si bien estaba más cerca había demasiada gente transitando esa zona, sería poco creíble que lo asaltaran estando en un lugar tan concurrido sin que nadie se diera cuenta, moverse a un lugar muy poco transitado también sería mala idea ya que un asaltante real podría aprovecharse de su estado. Todos los posibles lugares que pensaba eran descartados al instante, no tenía más opción que ir al parque que se encontraba colina abajo, si bien 400 metros no era un recorrido tan largo en su estado actual le tomaría bastante tiempo llegar, aún así tenía que hacerlo, era la única forma de no salir en peores condiciones y poder inventar una historia creíble a Polnareff.

Kakyoin prendió la linterna de su celular y tomó camino al parque que se encontraba cuesta abajo de la zona boscosa, caminó pesadamente entre los árboles apartando ramas de vez en cuando, su visión todavía era borrosa pero conocía el camino perfectamente bien, no se perdería fácilmente.

El tiempo pasaba muy lento a su percepción, sentía que llevaba caminando aproximadamente 15 minutos pero en realidad solo habían transcurrido cinco. "Tengo que llegar." pensó, inhaló profundamente y empezó a caminar con pasos largos y firmes, su rostro dolía pero decidió ignorarlo completamente, tenía un objetivo que lograr, era más importante llegar a ese parque que el dolor que estaba sintiendo. El pelirrojo caminó rápida y ágilmente entre los árboles, era extraño pero mientras más rápido iba el dolor más parecía disiparse, sabía que estaba herido y que tal vez moverse libremente no era lo mejor pero no importaba, si eso servía para llegar más rápido estaba bien.

Después de caminar por varios minutos logró salir finalmente de la zona boscosa, podía visualizar el parque desde donde se encontraba parado y sin pensarlo dos veces corrió cuesta abajo para llegar a este, podía sentir el aire frío en su piel y como la luz de los faroles lo iluminaban cada vez más de cerca, simplemente corría sin importar nada, ni siquiera su propio bienestar; le tomó menos de 4 minutos llegar a la banqueta del parque y al hacerlo sintió una indescriptible felicidad, probablemente obra de haber llegado a su destino, el hombre estaba agitado por haber corrido, inhalaba y exhalaba por la boca fuertes bucanadas de aire, definitivamente estaba exhausto. De un momento a otro empezó nuevamente a sentir el dolor en el rostro, es como si su cuerpo lo dejara sentirlo de nuevo una vez que cumplió su objetivo, rio un poco al sentir las punzadas, era casi cómico como su cerebro bloqueó y desbloqueó el dolor. Kakyoin se dirigió a una de las bancas del parque, estaba totalmente desolado y silencioso pero era normal considerando la hora. El hombre miró su teléfono, eran las 10:40p.m le había tomado más de 20 minutos llegar al parque, agradecía no haberse desmayado entre los árboles, afortunadamente siempre fue resistente, tal vez las golpizas que le dieron en la secundaria habían servido de algo después de todo, creía que ya había terminado esa etapa pero los golpes que le dio el pelinegro le demostraron lo contrario. Noriaki realmente no quería volver a lidiar con eso, ya tenía 20 años y estaba en la universidad, ambos eran adultos y los golpes no deberían ser una opción para resolver problemas, si tan solo el hombre de ojos turquesas lo hubiera escuchado probablemente hubieran podido llegar a un acuerdo.

Mi Única ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora