Capítulo 3: Un Lugar Desconocido

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Luego de haber aterrizado de forma abrupta en aquel callejón, James se dispuso a investigar su entorno.

No pudo evitar sentirse muy avergonzado, la gente se le quedaba mirando muy extraño, inclusive algunas personas ya estaban murmurando.

Y es que no era para menos, la ropa que en ese momento traía puesta no era la adecuada.

-¿Donde estoy?-susurraba mientras que con su chaqueta intentaba cubrirse más la cara.

Mientras caminaba se topo con un puesto de periódicos, se acercó con cautela y tomó un periódico que se exhibía en aquel estante.

"Ven a conocer el nuevo futuro, feria mundial 1943"

-¡¿1943?!-exclamó al ver la fecha.

-¡Oye, pequeño rufián!-grito el hombre del puesto, James asustado salió corriendo de ahí -Tsk, Malditos vándalos.

-No es cierto, no, no -decía James una vez que se detuvo en el parque y se sentó en una banca.

-Mami, mira, mira -señaló una pequeña niña al pelirrojo, la señora lo miró desaprobatoriamente.

-Aléjate de ese fenómeno de circo, Mabel -expresó la mujer -Solo Dios sabe que clase de persona pueda ser con esa ropa tan rara.

La niña lo miró por unos minutos más, antes de irse con su madre.

-¿Fenómeno?-mencionó James.

Mientras tanto en el presente los integrantes del grupo de los avengers estaban como locos, sobre todo dos preocupados padres.

-¿Lograron abrir el portal?-preguntó Steve.

-No, debido a una sobre carga en el núcleo principal la máquina ha quedado inservible -expresó Bruce.

-Nos tomaría a lo mucho una semana encontrar la fuente de energía para la máquina -informó Stark.

Steve se tomó el pelo con desesperación, su mirada entonces recayó en la pequeña rubiecita que tenía delante de él y a la cual había mandado llamar.

—Sarah —llamó su padre, la pequeña se acercó temerosa —¿Cuál es la única regla que les di para que pudieran recorrer libremente el complejo?

Sarah miró a los integrantes, para después darle una mirada a su padre. El cual permanecía estoico.

—Te estoy esperando —contestó Steve sin quitar su fría mirada. 

—N-no tocar las cosas en las que estén.... Trabajando el tío bruce y el tío Tony, así como también no tener acceso a áreas de trabajo.

—Entonces, ¿tienes permitido venir aquí, si o no?—cuestiono.

—No —respondió en un susurro la pequeña.

—¡No!—grito Rogers —¿Y por qué estaban aquí? Tenemos reglas y las hemos discutido miles de  veces.

—Perdón —dijo la niña mientras mantenía la mirada baja.

—¿Perdón? Perdón, ¡perdón! Con ese simple perdón no hará que tu hermano vuelva —expreso —¡¿Te das cuenta de lo que hiciste?! Rompiste cada regla.

Sarah comenzó a llorar, aunque de manera leve. No le gustaba para nada ver a su papá enojado.

—Ahora dime: ¿como carajos solucionamos este problema?—contestó —Eres un desastre andante, ¡es por tu culpa que tu hermano no esté! 

—¡Steve ya basta!—grito Tony molesto —La niña no tiene la culpa.

—No te metas Stark —dijo Rogers —Tampoco intentes defenderla, una regla. Una maldita regla le di, ¡¿es que es tan difícil por una maldita vez obedecer?! Siempre a donde quiera que vamos Sarah ocasiona una catástrofe.

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