Pastel de moras

135 13 0
                                    

Aún sigo preguntándome que es lo que hago mal, a pesar de todo el esfuerzo, de todo el sudor, de toda la sangre, de todas las lágrimas, de todas esas noches en vela, de esos días sin hambre pero sin nada en el estómago.

Me sigo preguntando cuando, ¿cuándo llegará el momento en el que pueda ser feliz? Todos a mi alrededor han tenido aunque sea un poco de ello, les tengo tanta envidia, sé que merecen ser felices, pero... Por qué yo no? Acaso hice algo malo?

Un tiempo pensé que era feliz, pero me di cuenta de que no era real, solo intentaba convencerme de no ser tan miserable, convencer a mi mente de qué puedo llegar a ser feliz sin ti.

Necesitaba poder llegar a ser algo sola, pero lo único que logro hacer, es cavar mi propia tumba en el patio trasero de aquella casa que solía ser nuestra, en el qué alguna vez me sonreiste con tanto amor.

Sabes, aún recuerdo la última vez que te ví, estabas tan pálida, lucías muy cansada, pero aquel cuarto de hospital se iluminaba con tu sonrisa, tus dientes seguían igual de hermosos.

Sin duda esa sonrisa fue la que logró que superara todo mi pasado, pero ahora, ya no la puedo ver más, está por cumplir 3 años que no puedo sentir esa paz que me generaba tenerte entre mis brazos y sentir tu respiración, escuchar tu dulce voz contarme lo que habías soñado.

También recuerdo la última vez que escuché tu voz, esa conversación que tuvimos, se suponía que al día siguiente saldrías del hospital, estábamos tan emocionadas.

Te prometí que te llevaría un gigantesco trozo de pastel de mora, de ese que siempre dejaba tus blancos dientes de color azul, que era más dulce que el azúcar misma, y realmente nunca pude saber si tenía moras naturales o solo era "sabor a mora", nunca me dejaste probarlo, parecías una niña pequeña cuando lo comías en cada una de nuestras citas.

Sin dudarlo sé que debí estar contigo esa noche, la única noche después de un año de pasarlas todas junto a tu camilla, justo la noche que creí que todo cambiaría para mejor, tus pulmones se llenaron de agua, nada pudo detener tu recaída.

Yo llegué a la hora acordada, 7:40 a.m, llevaba ese ridículo vestido que tanto te gustaba que me pusiera, en mi mano derecha estaba el tan prometido pastel y en la izquierda llevaba la primera carta de amor que te escribí, pensé que sería buena idea llevarla ese día, después de todo si sirvió para algo.... pero jamás imaginé tener que dejarla en tu ataúd.

Las cosas pasaron más rápido de lo que imaginé, y sin darme cuenta, habían pasado 2 semanas desde tu muerte, seguía sin poder creerlo, pero no pude hacer nada para remediarlo.

No pude parar el tiempo, perdí ese poder que solo tu me otorgabas, me hacías sentir que el tiempo pasaba lento, a pesar de hablar sobre mil cosas, que se reducían solo a tres, a cuánto nos amábamos, a nuestro pasado juntas y a todo ese largo futuro que nos quedaba por recorrer.

Pero creo que ya llegó el momento para seguir tu camino, sé que no te gustaría que hiciera esto, pero sabes que siempre fui débil en la soledad.

Mi querida Atena, te prometí un futuro juntas, un futuro para ambas, y eso es lo que haré, o por lo menos si no existe ese deseado "más allá" habré acabado con este infierno, que alguna vez fue el paraíso junto a ti.

Siempre tuya, Venus

Pastel de moras (GL/yuri) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora