In Care Of - Fangs_Fawn

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El fic no me pertenece. Es una TRADUCCIÓN de 'In Care Of' de Fangs_Fawn.

* Link del autor: https://archiveofourown.org/users/Fangs_Fawn/profile
* Link del fic original: https://archiveofourown.org/works/1023625

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Le dolía todo. Mucho. Eso fue lo primero de lo que se dio cuenta.

La segunda cosa de la que se dio cuenta Snape fue que parecía estar acostado en una especie de nido grueso hecho de lana blanca y suave. Era muy cálido y confortable. Se quedó tumbado en silencio durante unos instantes, disfrutando del calor y la suavidad. Se sentía... tranquilo. No parecía haber ninguna razón para moverse.

Un recuerdo se asomó al borde de su conciencia, tratando de entrar. Intentó ahuyentarlo, pero entonces volvió a él. Potter, caminando por las calles de Little Whinging. McNair. Una cuchilla ardiente que se acercaba a él.

Una repentina ráfaga de adrenalina recorrió a Snape y se puso en pie de un salto. Se dio cuenta inmediatamente de que había sido un error cuando un dolor repentino y punzante le atravesó el cuello, el hombro y el costado, dejándole sin aliento; menos mal, porque de lo contrario podría haber gritado. Sacudido, se hundió de nuevo en el algodón. Parpadeando con dificultad, llevó la mano lentamente hacia delante para intentar inspeccionar los daños en el brazo y el hombro. Sin embargo, en lugar de un brazo y una mano, apareció una pata delantera peluda, con dedos largos y cubiertos de cuero. Por lo tanto, seguía en forma de murciélago.

Snape abandonó el intento de autoexamen, al menos por el momento, y comenzó a examinar su entorno. Se movió ligeramente en la cama y descubrió que, efectivamente, estaba acostado en un nido de algodón blanco. Alguien había forrado una caja blanca de cartón con el material y lo había colocado en lo que parecía una jaula de pájaros. Para un pájaro muy grande, quizá un búho o un loro, pensó. Olfateó: probablemente un búho; aunque la jaula había sido limpiada recientemente, su sensible olfato de murciélago podía detectar rastros del anterior ocupante.

La jaula tenía un metro veinte de altura y un diámetro lo suficientemente amplio como para acomodar la envergadura de un búho, al menos parcialmente. A medio metro por encima de su cabeza, una gruesa clavija de madera formaba una robusta percha. Un par de cascabeles colgaban del vértice de la jaula. Unas tiras de metal dobladas fijaban un hueso de sepia a un lado de la jaula y un pequeño espejo al otro. Los platos de comida y agua también estaban colgados a niveles que un ocupante de la percha podía alcanzar fácilmente. El suelo de la jaula estaba forrado con papel de periódico limpio, y a varios centímetros delante de su cama improvisada Snape vio dos platos más, uno lleno de agua fresca y el otro con -olfateó- fresas. No podía ver el exterior de la jaula: una pesada tela azul la cubría. Sin embargo, pensó que probablemente todavía era de día, ya que la luz se filtraba suavemente.

Snape enumeró cuidadosamente. Podía oír los sonidos del exterior -el canto de los pájaros, niños jugando a lo lejos, neumáticos sobre el asfalto- desde una ventana cercana abierta. No podía oír ningún movimiento, ninguna respiración, ningún latido en su área inmediata. Por lo tanto, razonó, podía evaluar su propia condición física sin temor a una intrusión inmediata.

Snape hizo un rápido inventario de sus dolores y molestias. El dolor más severo estaba localizado en su hombro derecho. Se acordó de la cuchilla de fuego que se le acercaba y se giró, con cautela, para inspeccionar la zona. Para su sorpresa, estaba vendada de forma bastante competente: una gruesa almohadilla blanca se mantenía sobre la herida con tiras de gasa que cruzaban su cuerpo entre y alrededor de las alas y pasaban por su pecho. Su agudo olfato detectó algo más bajo el vendaje: un olor a astringente hecho, si no se equivocaba, de corteza de abedul; una mezcla de vainilla, matricaria y escaramujos. Extraño... casi podría haber hecho él mismo este brebaje para aliviar el dolor y combatir la infección.