In Care Of - Fangs_Fawn

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El fic no me pertenece. Es una TRADUCCIÓN de 'In Care Of' de Fangs_Fawn.

* Link del autor: https://archiveofourown.org/users/Fangs_Fawn/profile
* Link del fic original: https://archiveofourown.org/works/1023625

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Pareció que Sirius tardaba una eternidad en caer: su cuerpo se curvó en un grácil arco mientras se hundía hacia atrás a través del velo rasgado que colgaba del arco. Harry vio la mirada de miedo y sorpresa mezclados en el rostro consumido y antes apuesto de su padrino mientras caía por la antigua puerta y desaparecía tras el velo, que se agitó por un momento como si se tratara de un viento fuerte, y luego volvió a su sitio.

–¡SIRIUS! –gritó Harry–. ¡SIRIUS, SIRIUS!

Sirius, estaba allí, justo al otro lado del velo, lo sabía, podía salvarlo, podía... pero algo lo retenía, algo se enredaba alrededor de sus piernas... una serpiente, una enorme serpiente, que siseaba y se enroscaba alrededor de sus tobillos y rodillas, obstaculizando sus esfuerzos por correr hacia su padrino. Tenía que huir, tenía que... ¡tenía que salvar a Sirius!

≫¡Sirius! –gritó Harry en una agonía de dolor–. ¡Sirius, Sirius! –con un tirón descomunal, se liberó de las sinuosas garras de la serpiente y se tambaleó hacia delante y hacia abajo...

... y aterrizó con fuerza en el suelo desnudo de su dormitorio en Privet Drive, con la sábana enredada alrededor de las piernas.

Lentamente, Harry se incorporó. Respiró entrecortadamente, como si hubiera corrido mucho y muy rápido. El corazón le retumbaba en los oídos y el sudor le recorría la cara.

¡Merlín, tío Vernon!, pensó. Si lo he despertado estoy muerto...

Poniéndose en pie, Harry se apresuró hacia la puerta de su habitación. Sin atreverse a abrirla, se apoyó en la jamba, escuchando con atención.

Tras un momento de tensión, los latidos de su corazón se calmaron lo suficiente como para permitirle distinguir los constantes ronquidos de tío Vernon.

Suspirando aliviado, Harry volvió a su cama y se sentó. El ligero sudor de su cuerpo había empezado a secarse y temblaba un poco. Encendió la lámpara de la mesilla de noche, se puso las gafas y luego buscó el vaso de agua de la mesilla, vaciándolo.

Un leve crujido llamó la atención de Harry y se volvió para mirar hacia la jaula de Hedwig.

El murciélago que había rescatado del jardín a primera hora del día estaba despierto, observándole impasible.

–Hola, Espartaco –dijo Harry en voz baja.

El murciélago se limitó a mirarlo fijamente, sin pestañear. Sus ojos negros brillaban a la tenue luz de la lámpara.

Harry apartó primero la mirada. Miró el reloj de la estantería que una vez había sido de Dudley, y que había sido abandonado en esta habitación después de que Dudley lo lanzara contra la pared una mañana. Harry se las había arreglado para repararlo, y marcaba las 2:30 de la madrugada.

Harry se inclinó hacia delante, con los codos apoyados en las rodillas y la cara entre las manos, y se llevó los pulgares por debajo de las gafas para frotar lentamente círculos sobre sus ojos ardientes. Todas las noches ocurría lo mismo: si no era Sirius, era Cedric. Si no era Cedric, era Voldemort. Las pesadillas lo sacaban de un sueño profundo cada noche; a veces gritaba lo suficientemente fuerte como para despertar a Vernon, que entonces venía corriendo por el pasillo para recompensar a su sobrino con amenazas o incluso con golpes. De cualquier manera, Harry terminaba de dormir por la noche. Esta era la pesadilla que más temprano lo había despertado hasta ahora. No veía cómo podría seguir así. No podría seguir con sus tareas, y eso lo pondría en apuros con Vernon. Ser golpeado era malo, pero que los Dursley se ensañaran con él, sacándolo de su aflicción, era aún peor.