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Betty despertó totalmente desorientada. Se sentó sobre la cama y se quejó sintiendo un dolor de cabeza terrible y un ardor en su estómago, intentando recordar lo último que pasó antes de quedarse dormida.

— Veo que ya despertaste bella durmiente — Habló Jughead entrando a la habitación de la rubia con una bandeja con dos panes tostados y una taza de té.

— Juggie... ¿Que pasó? ¿Por qué me siento tan mal?  ¿Por qué no recuerdo nada?— Preguntó Betty, confundida agarrándose el estómago.

— ¿De verdad te interesa saber qué pasó?— Preguntó Jughead divertido dejando la bandeja sobre la mesa de la habitación y sentándose al lado de Betty en la cama. — Pasa que yo salí a hacer algo importante y tú tomaste un ron que estaba en mi oficina. Te tomaste casi toda la botella y quedaste muy ebria. Eso pasó —

— ¿Que? Ay por Dios, si lo recuerdo— Admitió algo avergonzada.

— ¿Por qué lo hiciste nena? Ese ron era demasiado fuerte— Reprochó el chico.

— Es que me aburrí y tú nunca me dejas tomar alcohol. Entonces lo quise probar — Confesó.

Jughead suspiró. — ¿Ya ves por qué no te dejo tomar alcohol? Además, eso no se toma así, Betty. Tenias que pedirme permiso primero—

— Perdón, papi— Se disculpó en voz baja sin mirarlo a la cara.

— Y ya que hiciste algo malo, tendrás un castigo — Advirtió Jughead.

— ¿Que?— Preguntó Betty, asustada. — ¿Un castigo? ¿Que vas a hacerme?—

— Ya verás. Ahora desayuna y tómate estas pastillas y también el té que te traje. Ayudarán con la resaca— Aseguró el ojiazul.

Betty se puso de pie y corrió al baño a vomitar. Definitivamente no le quedaban ganas de volver a tomar alcohol en su vida. Al menos por ahora.

Jughead fue tras ella y le sujetó el pelo. — A esto se le llama resaca. Es esa horrible sensación de que se te va a caer el mundo encima después de que tomas mucho alcohol. Que no se te olvide esto Betty — Reprochó.

— Ya entendí. No lo volveré a hacer...— Aseguró volviendo a vomitar.

— Eso espero — Dijo Jughead acariciando su espalda.

Betty se puso de pie y fue hacia el lavamanos para lavarse la cara.

— ¿Estarás bien? Yo voy a estar trabajando— Avisó saliendo del baño, dejándola sola.

Betty suspiró pesadamente mientras se miraba al espejo. Verdaderamente ahora si se arrepentía de lo que hizo. Se lavo los dientes y tomó un baño para después desayunar con lo que Jughead trajo en aquella bandeja.

Luego fue hacia la oficina del chico y éste estaba pegado a su computadora en su escritorio.

— ¿Te sientes mejor?— Preguntó Jughead sin dejar de mirar su computadora.

— Si... ¿Sigues enojado conmigo?— Preguntó Betty desde la puerta de la oficina.

— Perfecto, eso era lo que quería saber— Respondió el ojiazul aún pegado a su computadora.

— ¿Y no responderás lo que... lo que te pregunté?—

— Estoy ocupado— Le contestó, cortante.

Betty suspiró y se fue de la oficina de Jughead. Entró a su habitación y se sentó en la mesa para empezar a hacer un dibujo. Era fin de semana y no había mucho que hacer.

Terminó el dibujo y fue a la oficina del ojiazul para mostrárselo y éste estaba aún en su escritorio, pero estaba usando su celular con una copa llena de vodka en mano.

Rescatar Tu Corazón •Bughead• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora