02.

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Mely estaba sentada en una de las sillas de la oficina balanceando sus piernas las cuales no podían llegar al suelo por lo pequeña que era, Niki veía los peces que habían en una pecera dando pequeños toques al cristal pero pareciera como si los peces no notaran su presencia. Seguía preguntándose cómo era que la maestra no pudo ver lo que ella veía, y que aquel niño pasará por las piernas de aquel hombre el cual desde hace rato la veía a través de una ventana, causándole miedo.

—Niki —lo llamó con una voz tenue—, ven conmigo por favor.

—¿Qué ocurre? —preguntó mientras caminaba hacia ella.

—Aquel hombre está ahí —decía viendo la ventana frente a ella.

—Me está haciendo enojar, le dije que te dejara en paz y me dijo que solo quiere ser tu amigo pero le dije que ya me tienes a mi —se cruzó de brazos.

—¿Quiere ser mi amigo? —preguntó mirándolo.

—Si, pero ya me tienes a mi, no necesitas más amigos.

—Mh...—miró de nuevo hacia la ventana—. Podríamos ser amigos...si es que no me hace daño.

Se puso en pie dejando su mochila sobre la silla para caminar hacia la ventana. Con el corazón a mil y sus pequeñas manos hechas puño se detuvo frente a la ventana, estaba justo frente aquel hombre delgado que vestía todo de negro, o eso parecía.

—Seremos amigos, si te quedas lejos de mi.

Este parecía mirarla, pues agachó la cabeza en dirección hacia ella, incluso parecía que le hablaba pues se escuchaban murmullos aún así los entendió, como si por obra de magia pudiera hacerlo.

—No, no eres feo —dijo sonriente.

—Me dijiste alto y delgado, eso es feo.

—Lo siento, no era mi intención lastimarte. ¿Quieres ser mi amigo?

—¡Si! siempre he querido una amiga con quien jugar.

—Yeii seremos amigos —dijo sonriente—. Te llamaré copa, por tu lindo sombrero.

—Muchas gracias, es mi favorito, por eso nunca me lo quito.

—Pues te queda muy bi-

—¿Mely? —dijo su madre entrando al lugar—, ¿con quien hablas pequeña?

—¡Mami! —corrió hacia ella para abrazarla—. Hice un nuevo amigo, se llama copa.

—Oh...—miró hacia la ventana, sin ver a nadie—. Que...bonito es tu amigo Mely —dijo sonriente.

—Señora Park —dijo la directora saliendo de su oficina junto a la maestra que había sacado del baño a Mely—, lamentamos llamarla estando ocupada.

—No, no, está bien, todo sea por el bien de mi pequeña. ¿Qué ocurrió con ella? —preguntó preocupada.

—Bueno...—habló la maestra— desde hace un tiempo su hija juega sola con un niño llamado Niki.

—Lo sé, también juega con él en la casa.

—Señora, no es normal que un niño juegue con algo que no existe por mucho tiempo —dijo la directora.

—¿Qué insinúan? —preguntó con una leve sonrisa.

Ambas se miraron por unos segundos asintiendo a la otra, pues habían estado hablando entre las dos sobre lo que le pasaba a la pequeña Mely y conociendo un par de casos igual sabían de qué se trataba.

—Creemos que su hija...sufre de esquizofrenia —dijo la maestra.

—¿Esquizofrenia? —dijo sonriente para luego comenzar a reír—. Jamás había escuchado algo tan estúpido, esquizofrenia, solo los locos drogadictos lo tienen y mi hija no está loca, ni es drogadicta, nadie en la casa consume tal sustancia, solo es su imaginación, es una niña.

—¡Niki es real! —exigió Mely, quien escuchaba la conversación.

—Si Mely lo que digas —dijo su madre—. Es solo una niña, y no le causa daño a nadie que tenga un amigo imaginario.

—Señora creo que no está entiendo lo que decimos, su hija me dijo que vio un ojo salir de un hoyo, luego a un señor alto y delgado, esto es algo se-

—Creí que eran el mejor preescolar de todo Tokio —dijo molesta—, ahora veo que solo son mujeres asustadizas y exageradas al ver que un niño juega con su amigo imaginario —suspiró molesta—. Creo que cambiaré a Mely de preescolar, gracias por todo. Mely, tu mochila.

Esta fue por su mochila justo donde la había dejado para tomarla y ponérsela, aquel hombre ya no estaba en la ventana y Niki también parecía escuchar la conversación que tenían en donde decían que él era falso y parte de la imaginación de Mely, que solo era una etapa y pronto se iría. Él lo sabía, desde el primer instante en que apareció sabía que era falso pues nunca pudo tocar a Mely como lo hacían los demás, nadie más podía escucharlo más que Mely, y nadie más podía sentir sus toques.

—¡Mi hija está bien, no necesita ir a un estúpido psiquiatra!

Dijo molesta tomando de la muñeca de Mely para salir e irse de ahí— Mami duele —dijo Mely tratando de zafarse pero le era imposible. Niki comenzaba a molestarse pues no le gustaba que la hicieran llorar.

—Estás bien, no tienes ningún problema Mely, es solo tu imaginación, ese Niki, hombre alto, el ojo, nada es real.

—¡Niki es real!

—se detuvo para luego mirarla—No es real, es sólo tu imaginación pequeña.

—Niki si es real —repitió—, está aquí —dijo señalándolo parado junto a ella.

—Mely...—murmuró Niki.

—No hay nadie pequeña —se agachó a su altura—, es tu imaginación solamente, ¿si?

—Pero...Niki está aquí conmigo mamá.

—suspiró—Lo que digas Mely.

Volvió a tomarla de la muñeca jalándola hacia la entrada, debido a que caminaba a prisa la estaba lastimando de la muñeca lo cual la hacía sollozar intentando zafarse pero le era imposible, su mamá realmente parecía molesta.

—¡Señora deje a Mely! —dijo Niki tratando de hablarle—, ¡la está lastimando!

Se adelantó un poco abriéndose de brazos para detenerla—Niki quítate de ahí! —le dijo Mely. Pero cuando este cerró sus ojos con fuerza, la madre de Mely lo atravesó por completo. No era real. El pequeño corazón de Mely se partió en dos al ver como su madre atravesaba a su mejor amigo a quien miró incluso cuando ya lo habían pasado.

—Mely —se detuvo frente al auto—, ¿porque miras hacia atrás?

—Niki...—murmuró para luego mirarla—. No es real.

—¿Quien?

—Niki, lo acabas de...al igual como a copa...e-ellos...

—¿Vas a llorar? —suspiró—, entra al auto ya.

Abrió la puerta para que esta se subiera, volteó hacia atrás viendo a Niki a lo lejos viendo como sus lagrimas salían las cuales eran de color amarillo como si fuera pintura, le dolió verlo llorar, y le extrañó el que sus lagrimas fueran amarillas y no como las demás.

—Mely a auto —repitió su madre.

—¡Niki ven ya! —le dijo en voz alta.

Este solamente negó quedándose donde estaba. La madre de Mely volteo hacia donde miraba su hija sin ver nada, ya estresada por aquel amigo imaginario la cargó metiéndola en el auto para ponerle el cinturón, pero cuando lo hizo Mely empezó a patalear queriendo zafarse para ir por Niki y abrazarlo saber que era real, saber que no era su imaginación como había dicho su mamá y la maestra.

—¡Mely basta!

Cerró la puerta poniendo el seguro para niños, subió al auto para ponerlo en marcha y regresar a casa. En el camino, Mely le rogaba que regresaran por Niki que se había quedado en la entrada del preescolar pero su madre no le hacía caso solamente se concentraba en mirar al frente y llegar a casa.

—¡Mamá da la vuelta por favor! —rogó entre lágrimas—. ¡Niki no sabe como regresar solo!

—¡Basta Mely! —dijo molesta sin verla—. Niki no es real, es parte de tu imaginación, ¡él puede estar junto a ti si lo deseas así que ya cierra la boca!

—Niki está en el pre-

—la miró por el retrovisor—¡Vuelves a mencionar a Niki y te juro que-

Fueron solo segundos, segundos en donde la había mirado y de no ser por eso, aquella camioneta no le hubiera chocado. Todo pasó tan rápido y gracias al cinturón que Mely llevaba puesta no le pasó nada, en excepción a la cortada que se le había hecho en el costado de su cara a causa de un cristal, pero como si madre fue quien recibió aquel impacto, murió al instante ya que su cráneo chocó con fuerza con el volante y la ventana, teniendo varios cortes en partes de su cara.

Quien diría que un amigo imaginario podría causar tantas cosas.

Amigo Imaginario - NikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora