CAPÍTULO 6

31 6 2
                                    

Son las seis de la mañana cuando se nos obliga a levantarnos, el baño de agua fría para despejar el sueño fue una mala idea ya que mi mal humor apareció con la primera gota de agua. Una vez listas nos dirigimos al comedor por el desayuno y las clases comenzaba a las siete y media. Mi primera clase es modales y etiqueta.

-Y yo no sabía por qué me lo decía, entonces no sabía si reírme o mantener la compostura...- Issy seguía parloteando una historia con un chico que conoció en su pueblo y algo sobre una tarta en la cara del chico. No le presté mucha atención.

-¡Creo que llegamos!- Exclamo emocionada porque dejará de hablar.

-Vaya, no me había dado cuenta- Mira el salón muy intrigada- Eres buena escuchando.

Yo solo le sonrío y espero a que ingrese para ir detrás de ella. Unos minutos después ya el salón se encontraba lleno con las demás damas y la instructora ingresó de manera puntual.

-Buenos días señoritas, soy Miss Margot y seré su instructora de modales en lo que dure la preparación para la primera consorte.

Una mujer regordeta y algo mayor nos daba las reglas que debemos seguir.

-La primera regla que deben saber, es que está prohibido hablar con el Rey.- Las jóvenes presentes comenzaron a quejarse- ¡Silencio! Tienen prohibido relacionarse con él antes de la escogencia y quien rompa esta regla será castigada.

Siento que estoy ingresando a la milicia.

-La segunda regla es que no pueden deambular de noche por el palacio y sus alrededores, tienen prohibido ingresar al palacio a menos que sea para alguna de sus clases y siempre deben estar presentables, esa es la tercera regla.

-¿Debemos arreglarnos aunque no hagamos nada?- No puedo evitar preguntar.

-Una aspirante a Reina debe saber que siempre debe mantener una imagen de belleza y elegancia, no vestirán con trajes de gala pero si deben mantener una belleza simple, no hay nada más elegante que la belleza sencilla.

Levanté una de mis cejas y no pude evitar mirarla como si lo que dijera fuese tonto y es que para mí si lo es, el que seas Reina no te convierte en una muñeca de porcelana que debe desprender perfección y es un pensar que muchos en este lugar tienen.

-Comenzaremos corrigiendo la postura, deben mantener la espalda erguida y la barbilla un poco elevada, pero sin perder la elegancia. Todas tomen un libro y colóquenlo sobre sus cabezas, caminarán unos minutos y yo observaré qué tal lo hacen.

Hicimos lo que se nos ordenó y a decir verdad, no es tan difícil como pensaba.

Mi libro cayó al suelo.

Retiro lo que dije, me está costando mantener el equilibrio con esto.

-Señorita, levante la cabeza y camine derecha.

-Lo estoy intentado.

-Y no se le responde a tus instructores.- Mi mirada de pocos amigos no tardó en aparecer.

No logré mantener el libro sobre mi cabeza mucho tiempo, la clase terminó y fue Issy la que mejor lo hizo.

-Señorita...Melián- Mis Margot llamó mi atención y me detuve frente a ella.

-Si, Mis Margot.

-Tienes mucho que mejorar, podrá ser la primera clase pero debes practicar mucho más si quieres alcanzar el puesto de primera consorte.

No estaba interesada en ser Reina, pero no era algo que iba a decirle.

-Entiendo.

-Bien, puedes retirarte.

Salí del gran salón y frente a este Issy me esperaba con la gran sonrisa que siempre tenía.

-No estés triste, sé que lograrás hacerlo mejor, solo es cuestión de practicar.

-Me esforzaré por hacerlo mejor, por ahora solo quiero relajarme.

Tenemos una clase por día pero son desde la mañana hasta la tarde.

-¡Issy!- Una chica venía corriendo y gritando el nombre de la pelirroja, la cual se congeló en su lugar cuando la escuchó.- Por fin te encuentro, traté de hablarte en el salón pero me ignoraste.

-No pude reconocerte, lo lamento- Issy soltó una risa nerviosa y parecía algo incómoda.

-No hay problema, en las clases no es fácil conversad de todos modos.

Es una chica de cabello oscuro y ojos rasgados, su piel es bastante blanca y luce algo inocente. Su mirada se posa en mí y me sonríe.

-Cielos no te había visto, me disculpo, mi nombre es Ciel.

-No te preocupes, soy Melián.

-¿Eres amiga de Issy?- Iba a responder cuando Issy me interrumpió.

-Nos conocimos ayer, nos juntamos para las clases.- La miré confundida, ya que su comportamiento era extraño.

-Si gustas te puedes unir a nosotras- Finalicé por ella y cuando lo propuse, Issy giró su cabeza tan rápido que creo haber escuchado un par de huesos tronar.

Ciel miró a Issy de una manera que no pude descifrar, dirigió sus ojos a mi y me dio una gran sonrisa.

-Sería un placer.

-Bueno, será mejor que sigamos al comedor, tengo hambre.- Intervino Issy.

Nos dirigimos a caminar y tenía planeado visitar a Nana después de comer.

-¿Ese no es...?- Ciel llamó mi atención y observé a la persona a la que se refería.

Evegolia caminaba en nuestra dirección junto a dos jóvenes, ambos vestían de negro y tenían un emblema en el pecho. Eran bastante guapos.

Su mirada se juntó con la mía y sonrió con picardía. Nosotras permanecimos en nuestro lugar y las dos chicas junto a mi hicieron una pequeña reverencia, cosa que no hice.

-Como se esperaba de ti, me hubiese sorprendido si hacías una reverencia.- Lo miré divertida.

-Es porque veo a un pequeño niño con corona.

-Puedo enseñarte lo que este niño sabe hacer si gustas- Me respondió de la misma forma que yo lo hice.

-¿Se conocen?- Issy intervino y tenía la misma mirada de confusión que las otras tres personas.

-Se puede decir que somos almas destinadas, ¿no es cierto Regina?

-Claro que no, solo nos conocimos cuando iba a la panadería donde trabajaba a comprar pan.

-Entonces no son cercanos- Issy dijo eso más para ella que para los demás.

Sentí como alguien tomó mi brazo y miré como Ciel me miraba de manera tímida.

-Recuerda que tenemos prohibido hablar con el Rey, si alguien nos ve nos castigarán.

-Lo sé, será mejor que nos retiremos.

Miré a Evegolia y a los otros dos chicos que hasta el momento no dijeron ninguna palabra.

-Será mejor que nos retiremos.

Issy y Ciel hicieron una última reverencia, yo solo incliné mi cabeza y nos dirigimos al comedor.

-Nos vemos después Regina.

-Es Melián.

-Regina.

Su sonrisa apareció un poco antes de que se diera vuelta y comenzara a caminar.

Reina de ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora