Capítulo 1. Jesse: ¿Caprichoso o peligroso?

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     Es diez de enero y todos volvimos a clases, a las mismas rutinas hasta las siguientes vacaciones

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     Es diez de enero y todos volvimos a clases, a las mismas rutinas hasta las siguientes vacaciones.

     Lena y yo salimos de nuestra penúltima clase, teníamos una hora para comer así que fuimos a la cafetería para ver que había de nuevo en el menú. Se corrió el rumor que la comida de este semestre era mucho mejor que el anterior y yo quería confirmarlo.

—Tengo que decirte algo importante, Aurora —anunció Lena con un tono nervioso mientras entrabamos a la cafetería que emanaba deliciosos aromas que confirmaban el rumor.

     La miré a los ojos.

     — ¿Qué ocurre? —pregunté al llegar por mi charola y elegir mi comida.

     —Se trata de Jesse.

     Puse los ojos en blanco al escucharla, odiaba que se pusiera a hablar de ese mal nacido que la trataba como basura, pero me obligué a callar porque Lena terminaba enojándose conmigo.

     —Tranquila, es algo bueno, es que... ayer —agachó la cabeza, escondiendo ¿Tristeza? ¿Decepción? ¿Alivio? —. Ayer, terminé con él.

¡Por todos los libros que leo!

     La miré de nuevo, impresionada, impactada y anonadada por lo que me confesó que me olvidé del nuevo menú. Al fin ocurrió lo imposible y agradecí a todos los dioses.

     — ¿Hablas en serio?

     Asintió con las cejas fruncidas.

     —Ya no lo soporto, es demasiado controlador —expresó Lena como queja y no pude ocultar mi felicidad.

     — ¿Apenas te das cuenta? —inquirí, y tal vez fue un error sonar sarcástica, pero odiaba a ese tipo. Seguí viendo el increíble nuevo menú y elegí una deliciosa hamburguesa con queso y deliciosos pepinillos.

Y para mi sorpresa, había guarniciones: ensalada o papas. Cielos, tenía tanta hambre. Hoy me había levantado tarde que apenas logré tomar agua.

     Lena me fulminó con la mirada.

     —En mi defensa, creí estar enamorada de él.

     Sacudí mi cabeza, tomando mi charola en manos después de pagar y nos fuimos directo a una mesa cerca de unos enorme y alargados ventanales.

     —Él no te merece, Lena.

     —Lo sé —bajo la mirada con un hilo de voz.

     — ¿Y ha tratado de hablar contigo? —pregunté, era una gran espinita porque conocía a ese patán persuasivo y manipulador, si Lena tenía dudas lo más probable es que regresara con él.

     Lena miró su móvil.

     —Me ha mandado mensajes, quiere que volvamos, pero no he querido responderle, no quiero. 

2º COLISIÓN: para siempre te protegeré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora