Hace días que el menor de los Wayne se mostraba más retraído, incluso con su mejor amigo que parecía ser quién mejor le entendía y con quién se sentía cómodo de pasar sus días.
¿Qué había cambiado?
No mucho, hace algunas semana que ambos peli negros comenzaron con una relación que se notaba, hacía a ambos inmensamente felices, y de parte de ambas familias no había desacuerdo con aquella relación, todo lo contrario, aun si algunos miembros de la misma no estaban enterados de la nueva pareja.
Pero Damián Wayne seguía sin parecer completo, aún si su sonrisa era más constante gracias al súper chico, seguía sintiéndose tan mal.
La ida de Pennyworth no ayudó, la única persona que le brindaba su apoyo y atención, un padre de verdad, ya no estaba, era lindo recibir un bonito desayuno hecho especialmente para él, que conociera a la perfección sus gustos y que estuviera para apoyarlo.
Y Jonathan se sentía mal por no saber ayudar a su novio.
Más si el ojiverde se encargaba de recordarle que no era lo mismo que Alfred, que no podría serlo jamás y que lo necesitaba.
Entendía que no fuera lo mismo, pero ¿Porqué lo trataba con tanta crueldad?
Sabía que tenía mucha presión también, o que no se permitía pensar y hacer muchas cosas gracias a la educación de Thalía y lo que vivió a tan corta edad, pero no era su culpa, solo quería hacerlo feliz y recibir lo mismo.
Las peleas se hacían constantes, Jonathan se cansaba de recibir sus gritos y malas palabras ahora siendo con odio, ya no era divertido cómo antes, está vez le dolía cada palabra que el hijo del murciélago le dirigía y no podía quedarse callado por más tiempo.
También tenía sus propias preocupaciones, no había aprendido a controlar del todo sus poderes, especialmente súper fuerza, y tampoco tenía el apoyo de su pareja para mejorar, solo gritos para recordarle que era un inútil y jamás sería digno del manto de Superman.
Pero parecía que el mayor no de daba cuenta del error que cometía, se metía en su propio mundo y se negaba a recibir ayuda, la estaba cagando y estaba perdiendolos a todos.
Ni siquiera Maya o Richard lograban acercarse al menor de los Robin, solo lograban recibir rechazo de su parte, y Bruce no se atrevía a interferir, cómo siempre.
El pelinegro de bonitos ojos azules había dejado de frecuentar a su novio, pero eso solo parecía haber empeorado las cosas, pues el mismo chico de ojos verdes decidió darle una visita en medio de la noche, con su traje de Robin mientras el menor jugaba videojuegos al no poder dormir.
— ¿Qué mierda pasa contigo? .—
Preguntó el Super chico en cuánto su control fue arrebatado, el mayor no parecía tener realmente una respuesta, solo pudo fruncir el ceño con molestia.
Hubo un silencio incómodo antes de que, de nuevo, fuera el Kent quién habló, levantándose de su cama para pararse frente a él con una expresión de enojo.
— ¿Qué mierda pasa contigo, Damián? .—
Repitió, mientras daba un paso más, sus rostros estaban cerca, pero no parecía que fuera a terminar en algo romántico y una reconciliación después de lo que había hecho el de menor estatura.
— ¿También planeas abandonarme? .—
Por fin dijo el de tez canela, haciendo al menor fruncir aún más el ceño, además de recibir un empujón que le dejó en el suelo gracias a la fuerza que llevaba el menor, sin mencionar que ni siquiera se esforzó en controlarla.
— ¡He estado intentando quedarme cerca tuyo!, ¡Todo lo que haces es alejarme y después echarme la culpa! .—
Gritó, se había aguantando decir algo todo ese tiempo, siempre había querido ser cercano al petirrojo, y ahora ese deseo parecía tan lejano, hubiera preferido no haberlo tenido jamás.
El mayor sabía que tenía razón, más no parecía querer disculparse, al contrario, terminó en un Jonathan en el suelo y un Robin empujando su bastón contra su cuello.
— ¿¡Alejarte?! ¡Solo buscas excusas para darme la culpa!, ¿¡Ya te aburrí?! ¡Ten los huevos para decirlo! .—
De no ser por la ausencia de Clark y Loise tal vez todo se hubiera detenido desde el primer grito.
Ambos estaban cada vez más enojados, ninguno con ganas de detenerse y sin querer dejar ganar al otro.
El oji azul rogaba detenerse, intentaba hacerlo y que dejará de forcejear con el menor de los Wayne, pero su cuerpo no parecía querer responder y ese tono azul cielo en sus bonitos ojos cambiaba a ese carmesí que el moreno conocía perfectamente, pero no iba a dejar que el miedo le ganará.
Mientras Jonathan sentía que había ganado por los fuertes latidos de Damián, sus manos fueron a parar a su cuello, el mayor no alcanzaba su cinturón y sólo podía empujar sus pecho con sus pies, siendo un inútil intento de alejarlo de su cuerpo, comenzaba a ver borroso y sus pulmones no recibían aire.
El peli negro no se daba cuenta de lo que hacía, mantenía sus manos juntas y apretando con aún más fuerza, sin medir la misma, tal vez olvidó por unos segundos la súper fuerza que poseía y la máscara de su novio no le permitía ver que pasaba con el mismo.
En cuánto reaccionó, el Al'ghul había dejado de patalear e intentar luchar contra él, justo cuándo estaba dispuesto a disculparse y su bonito color de ojos regresó a él, no vió levantarse al mayor.
— ¿Damian?... No juegues así, levántate .—
Se quejó, su tono parecía molesto por la boba broma de su pareja con la que aún estaba muy molesto.
Pero nunca se levantó.
— ¿Dami?... —
Sus ojos ya habían comenzado a llenarse de lágrimas, ¿Cuándo iba a levantarse y burlarse de él por verlo llorando? Necesitaba escucharlo.
Se dejó caer de rodillas junto a él, zarandeando su cuerpo de un lado a otro mientras la desesperación poco a poco se apoderaba de él, sus dedos de clavaban en su ropa con intenciones de hacerle levantarse más pronto y sus lágrimas no le permitían ver más que una mancha borrosa en el suelo.
— ¡Damian! .—
Comenzó a llamarlo a casi gritos mientras quitaba la máscara de su rostro, abrazandole a su pecho mientras recargaba la frente contra su pecho, sus lágrimas habían comenzado a mojar el costoso traje de Robin mientras intentaba escuchar los latidos de su corazón con su súper oído.
Pero ni así logró recibir una respuesta, nada que le dijera que su pareja seguía con él, el calor de su cuerpo se iba poco a poco y sus manos solo podían clavarse con aún más fuerza al mismo, mientras sus sollozos se hacían altos hasta el punto de gritar.
Sus llamados se habían convertido en balbuceos, no podía formular una sola palabra correctamente y no parecía haber señales de que eso se trataba de una simple broma.
[ • • • ]
— ¿Vas a perdonarme algún día?... .—
Preguntó en un tono suave y con esa dulzura que nunca iba a dejar, seguía siendo ese lindo chico que solía estar tan apegado al de ojos jade, mismo al que el pequeño Jonathan estaba aferrado a sus pies.
Pero está vez estaban tan fríos.
La estatua que había dejado Bruce Wayne en medio de Ciudad gótica era el "lugar favorito" del peli negro, no sabía si para recordar que había tenido la culpa de la muerte de su mejor amigo y novio, o por esperar a que un día iba a recibir ese "te perdono" que tanto esperaba.
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Yo no... [Jondami - One-shot ]
FanfictionPeleas, pelas y más peleas.... Era obvio que ésto iba a terminar mal.