CRISTALINO

Encerrado

Capítulo 1

-no pasara nada- esas fueron las últimas palabras que escuche después de entrar a ese bosque.
Sabía que no correría peligro estando cerca de él, me protegería, o eso fue lo que pensé en aquel momento.

La suave mano que segundos antes se encontraba entrelazada con mis dedos se soltó.
Yo me detuve.
Grite su nombre tres veces con desespero, el no respondía, no se escuchaba nada más que mis gritos.
Me comenzaba a asustar, estaba llena de miedo.
Respire un poco, decidí no alarmarme y tranquilizarme un poco.
Trate de caminar de regreso, pero en ese momento ya me hallaba perdida en aquel bosque inmenso.
Todo a mí alrededor me parecía igual.
Me recargue el un árbol y suspire un poco.
El olor a tierra mojada se hacía notar.
El suelo a punto de oscurecer, dejando contemplar un resplandeciente ocaso.
El silencio que se propagaba por el lugar.

Cerré mis ojos por unos instantes.
Al abrirlos, me levante, el frio comenzaba a descender por mi cuerpo, por lo que decidí juntar un poco de leña para poder hacer una fogata, y permanecer un poco en calor.
En mi actividad por juntar leña, resbale y caí por una pequeña colina.
Trate de levantarme, pero al hacer el intento, note que mi pierna sangraba.
Frente a mí se encontraba un río.
Sin pensarlo dos veces me aproxime hacia él y unid mi cara dentro.
Sentí como una parte de mí, comenzaba a refrescarse lentamente de un momento a otro.
Mire mi pierna, esperando no fuera grave la herida.
Subí un poco la parte del pantalón de mi pierna, y la revise, aunque sangre estaba alrededor de ella, no se encontraba rota.
Lo que fue un gran alivio para mí.
Rompí un poco de tela se mi camiseta y la enrede sobre la herida.
Poco a poco me empezaba a quedar dormido.
Al despertar me encontraba en una casa un tanto acogedora.
Rápidamente analice mi situación.
¿Cómo había llegado a este lugar?
Lo último que recordaba es haberme dormido cerca de un rio.
Despegue la sabana de mi cuerpo, y la pierna que tenía herida ahora se encontraba con vendajes.
De pronto se abrió la puerta del cuarto donde estaba.
Entro una persona con una bandeja entre manos.-veo que despertaste.
Era un chico, a decir verdad bastante atractivo a mi parecer, alto, cabellos oscuros, con unos ojos verdes cristalinos, que te cautivan profundamente.
Pero volví a la realidad y mire al chico.
-¿cómo llegue hasta aquí?- le pregunte.
-yo te traje, perdón, pero no podía dejarte en ese lugar, lucias demasiado débil.
No entendía por que se disculpaba, si el prácticamente me había salvado.
-te lo agradezco, me perdí en ese bosque.-agache un poco la mirada.