— ¿Por qué no vienes a Barcelona? — siento cómo un dedo sube lentamente por mi espalda, saltando con cada una de mis vértebras— Puedes quedarte en mi casa — entrecierro los ojos mirándolo apoyada en mis brazos.
Aparta con la mano el pelo que cubre mi espalda, sonrío mirando su gesto al hacerlo. Sigue pasando su dedo con toda la atención puesta en eso, tiene la cara tan relajada que produce paz. Aprieto los labios mirando su pecho desnudo y su brazo colocado sobre mi cuerpo, que se pierde en cuanto se cierra mi campo de visión.
— No me puedo quedar en casa de tus padres — murmuro, él alza una ceja y deja su mano quieta, me mira a los ojos con una sonrisa pícara—. No me mires así, amor.
— ¿Por qué? — su sonrisa es preciosa.
— Me despistas — apoyo el codo en la almohada igual que él y llevo la otra mano a acariciar su mejilla—, no puedo pensar con coherencia.
— ¿Entonces solo tengo que mirarte cuando quiera conseguir cosas? — río en bajo, él se encoje de hombros.
— Tienes que mirarme así — le doy un toque en la nariz antes de levantarme un poco y dejar un pequeño beso sobre su boca—, de esta manera.
— ¿Y cómo te estoy mirando? — trago saliva mirándolo a los ojos, sonrío y muerdo la punta de la lengua antes de hablar.
— Como... — suspiro—. Cómo me miraste el día del partido, de esa manera.
— ¿Cómo si fueras lo más bonito del mundo, dices? — agacho la cabeza y me muevo en la cama hasta lograr esconderme en su pecho, él ríe— ¿Te ha entrado la vergüenza? Parece mentira en ti — sus manos se posan en mi espalda abiertas, apretándome contra él.
— Nico... — susurro pegada a su cuerpo.
— Sabela... — me imita en un tono alegre, suspiro antes de dejar un beso sobre su pecho.
— No puedes decirme estas cosas y quedarte tan pancho — me acurruco contra él, el sonido de su risa inunda mi cavidad auditiva—. No te rías, no puedes — tiro de su brazo cómo puedo, sé que se deja llevar por la facilidad en la que lo muevo—, es que mira — entrelazo sus dedos con los míos y poso la palma de su mano sobre el lado izquierdo de mi pecho—, no puedo estar así cada vez que me dices algo.
— Cielo — escucho su risa, me aprisiona contra él con sus brazos—, pero si es cierto — siento el calor tomar mis mejillas—. Mira — se mueve para verme la cara, me peina el pelo con la mano echándolo hacia atrás, estirándolo sobre la cama—, si estás más cómoda sin que te diga estas cosas no te las digo, pero vamos... — sonríe sin dejar de mirarme, suspiro rodando los ojos—. Estamos hablando, no hagas eso — pone una mano al otro lado de mi cuerpo y queda apoyado sobre ellos, encima mía.
— Y tú vuelve a tumbarte — pongo las manos en sus hombros e intento que se vuelva a acostar—, amor — río haciendo fuerza, él ni se inmuta con una sonrisa.
— Quién diría que serías la más melosa de los dos — deja un beso en mi mejilla antes de levantarse, me giro para mirarlo andar hacia el baño, muerdo mi labio inferior y me dejo caer en la cama.
Me paso la mano por la cara y es inevitable no sonreír, siento que por fin tengo todo lo que quería. Por primera vez en mucho tiempo, no necesito contar las estrellas que decoran mi techo para intentar que aparezca el sueño, o tomar alguna de las pastillas que tengo en el cajón de la mesilla. Inspiro profundamente escuchando la cadena del baño, me siento en la cama cubriéndome con la sabana, me fijo en Nico caminando hacia mí, perdido en sus pensamientos mientras camina hasta que llega a mi lado.
— ¿Pasa algo? — niego sin dejar de mirarlo, sonrío inconscientemente— No me mires así.
— ¿Así cómo? — no cambio mi gesto, ladeo ligeramente la cabeza pasando mis ojos por todo él.
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Firefly · Nico González
FanfictionF | FIREFLY (Dream Teen #1) "¿No has intentado alguna vez explicar una sensación? Cuando hay una parte de ti que quiere soltar el pedal, tú sigues acelerando. No sabes porqué pero parece que te sientes vivo. Aunque no estés en el mismo lugar, tú cre...