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Jimin le habló a su jefe y le comunicó que no podría venir al trabajo con la excusa de que tenía una conferencia imprevista hasta muy tarde en la Universidad. A lo que su jefe entendió y le recomendó no sobrecargarse de muchas cosas, ya que el trabajo y la universidad podían poner en riesgo su salud. Jimin se sintió mal por la mentira, porque su jefe siempre estaba pendiente de él e inclusive lo consideraba un amigo.
— Gracias señor Jung. —Dijo Jimin para disponerse a colgar.

—Ya te dije que no me llames así. Solo dime Hoseok — Escuchó al otro lado de la línea

Jimin se sentía avergonzado de referirse así a su jefe, pero accedió y se despidió de él llamándolo por su nombre.

Solucionado el problema del trabajo, ahora faltaba encontrar al dueño del felino que se paseaba entre sus libros y laptop, pero primero debía salir a comprar un poco de comida para sí mismo y el gato, también conseguir arena por si es que el dueño no aparecía ese mismo día.

Después de media hora Jimin llegó a la puerta de su pequeño departamento con las cosas que tenía que comprar, pero al abrir la puerta fue recibido por un olor horrible que le provocó una arcada. Dejó las cosas en la cocina y se dirigió a su habitación, allí vio cómo Panterita se esmeraba en enterrar algo. Jimin corrió asustado, pues el gato estaba tapando sus desechos con las pequeñas florecitas de su macetero. El gato se había cagado en su gran macetero y las plantitas que estaban allí estaban rotas y cubiertas de excremento de gato.



— No te preocupes tanto Yoongi, de seguro ya te van a llamar por el gato. — Dijo Jungkook despreocupado. Los tres amigos caminaban rumbo a la universidad. 

— Allí está el problema... — soltó Namjoon con una sonrisa fingida.

Jungkook los miró esperando algún tipo de explicación, a lo que Namjoon procedió a contarle por qué la idea de que llamasen por el gato extraviado no era posible.

Hace ya casi un año Yoongi, Namjoon y otros compañeros de carrera estaban celebrando en el departamento del pálido el fin del ciclo. Hayan aprobado o no, igual se celebraba el final de los exámenes. En una de esas Yoongi totalmente ebrio se puso a hacerle una placa a Satán con un trozo de su lata de cerveza, con una aguja gruesa se puso a tallar su número para después incrustar la pequeña placa improvisada en el collar del felino negro. Era obvio que los números estaban ilegibles, pero Yoongi estaba orgulloso de su hazaña, así que no remplazó aquella placa por otra.

— ¿Acaso eres imbécil Min?

— A mí no me hables así mocoso—  escupió Yoongi.

Era obvio que Yoongi se arrepentía de no haberle comprado una placa de verdad a su gato, pero no lo admitiría ante sus dos amigos. Él creía que su gato era demasiado inteligente como para no salirse de casa solo, por eso no vio la necesidad de comprar una nueva placa. Su angustia era tanta que se ponía a rezarle a cualquier cosa que estuviese arriba por un milagro para que su gato regresase con él sano y salvo. Hasta le prometió a Dios, si es que existía, que ya no sería tan grosero con el resto y hasta sería capaz de cambiarle el nombre tan blasfemo a su gato.

Jimin ya se encontraba saliendo de su facultad al lado de Taehyung, el primero le había pedido de favor ayudarle a buscar al dueño de Panterita esa tarde, por ello le había mentido a su jefe y así no ir a trabajar. Ambos buscarían en lados contrarios de la ciudad, entre los tantos carteles de animales desaparecidos, alguno que cumpliese con las características físicas de Panterita.

La noche ya había caído y ambos amigos decepcionados se encontraban cenando en un pequeño restaurante. A pesar de que la ciudad donde vivían era una pequeña comparado con las aledañas, igual los pies los estaban matando.

—¿Y si te lo quedas Jiminie ? El gatito está bonito la verdad. —Dijo Taehyung a la par que sorbía sus fideos.

—Tae, creo que olvidaste dónde vivo.

— Cierto, cierto.

Jimin vivía en un complejo de departamentos de unos 5 pisos en el cual estaba terminantemente prohibido las mascotas, por lo que consideraba un milagro tener el gato dentro, ya que esa noche la dueña no estaba en recepción como siempre. Mientras comían Taehyung le sugirió publicar fotos del gato en grupos de la ciudad para que así el dueño lo encontrase más rápido y fuese a por el gato antes de que la dueña se diese cuenta.

Esta acción en cualquier situación hubiese funcionado, el dueño se topaba con una publicación de su gato perdido, llamaría a Jimin e iría a por su gato. Sin embargo, en esta ocasión no sería posible, puesto que Yoongi y Jimin vivían en ciudades completamente diferentes. 

 

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