Ya habían salido de clases, y Dylan estaba realmente emocionado por saber a donde irían ese día.
Ambos chicos se habían encontrado en el almuerzo, y después de acordar su primer salida, se habían tenido que separar para volver a sus clases.
El castaño revisó su reloj nuevamente y suspiró con pesadez al ver que Noah ya llevaba más de 15 minutos retrasado. Solo se iría a casa, le mandaría un mensaje diciendo que le había surgido algo y qué tal vez podrían posponer su salida. Sonrió cuando tuvo todo el plan en perfecto estado, y justo cuando iba a dar un paso fuera de la escuela escuchó una voz un tanto agitada.
—Me retraso un par de minutos y ya piensas dejarme, esta relación no va para más, no puedo con esta falta de confianza— Noah posó una mano en su pecho mientras lo miraba acusatoriamente y después se dio la vuelta—Vamos, mi castigo no hará que lleguemos tarde.
Y sin darle tiempo a Dylan para responder Noah tomó su mano y comenzó a correr, obligando al castaño a hacer lo mismo para poder seguirle el paso.
Cuando ambos llegaron al lugar Dylan se dobló en sí mismo y comenzó a respirar con dificultad.
—Oh vamos Dylan, fue un pequeño recorrido, no me digas que ya estás cansado— El pequeño tono burlón se logró escuchar en la voz de Noah y el castaño lo volteó a ver con reprobación.
—No todos tenemos tu misma complexión atlética, señor Don Perfecto— El castaño rodó sus ojos y sonrió cuando se hizo un silencio, más cuando volteó a ver a Noah y vio su sonrisa complaciente se sintió desfallecer. Por supuesto, le había dicho perfecto, ¿porqué jamás pensaba antes de hablar?
Un quejido salió de entre sus labios y se sintió tranquilizar cuando Noah solo se rió un poco y decidió dejarlo en paz.
—Vamos, este lugar lo descubrí por accidente el primer día que llegué, pero créeme que es absurdamente lindo— El rubio tomó la mano de Dylan y lo dirigió por una pequeña hendidura en una reja.
El castaño sintió una pequeña corriente pasar por su cuerpo en el momento en que ambos se tocaron, más prefirió ignorarla.
—¿Sabes que esto es ilegal?— Dylan no se consideraba una persona totalmente tranquila, pero siempre que podía intentaba evitarse problemas.
—Solo es ilegal si nos descubren— Noah se encogió de hombros con diversión e hizo que ambos se agacharan para poder pasar por la hendidura. Una vez hecho esto Dylan abrió los ojos en demasía al ver lo que estaba del otro lado.
Había un gran campo de flores, todas de distintos tamaños y colores, pero juntas hacían que todo se viera muy bonito.
—Te dije que era absurdamente lindo, y espera, aún no has visto la mejor parte— Noah arrastró a un maravillado Dylan por todo el prado hasta que estuvieron frente a una pequeña roca y el castaño se quedó extrañado al ver cómo Noah se agachaba y parecía ver algo. Tiempo después un pequeño perrito se dejó ver y Dylan sonrió en grande—Tobby, este es Dylan. Dylan, este es Tobby, espero que puedan llevarse bien.
Noah los presentó mientras alzaba en brazos al pequeño perrito y el castaño sonrió ante la vista. El pelaje del perro tenía unos pequeños rulos dorados, y el cabello de Noah también, así que podía decir con toda la seguridad del mundo que Tobby era la versión perruna de Noah.
Río ante sus propios pensamientos y tomó de entre los brazos de Noah al perro.
Ambos chicos se sentaron en un pequeño espacio que no estaba lleno de flores y mientras acariciaban al perro comenzaron a platicar.
Ahí Dylan descubrió que tenía mucho en común con Noah, y realmente no le molestaba, pero sí lograba aumentar las pequeñas mariposas que sentía al escuchar la risa de Noah.
Definitivamente ese sí sería un problema.
ESTÁS LEYENDO
My favorite part of you
Romance¿Qué pasaría si te das cuenta un mes antes de San Valentín que tu novio te es infiel? Bueno, a Dylan Thompson pudo haberle pasado algo parecido, así que sin cita para aquella fecha, y con malos recuerdos de San Valentín anteriores decide que esa fe...