EVERYTHING I DIDN'T SAY

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Boys don't cry de The Cure sonaba con fuerza dentro del auto de Jeno, el cual estaba cantándola a todo pulmón. Yuta se tapó los oídos molesto, Lee no cantaba mal, simplemente se sentía bastante irritable por el hecho de tener que escuchar a su mejor amigo en un volumen del 200%.

— ¡Jeno! ¿Puedes callarte la maldita boca de una vez? Dios, ni siquiera sabes pronunciar bien el inglés.

El menor miró por el retrovisor a Chenle y le sacó el dedo del medio en señal de protesta, Mark soltó una gran carcajada y Yuta le siguió después. Haechan simplemente frunció el ceño, el humor de estos chicos era un poco más simple de lo que él pensaba.

Jeno seguía resentido con Chenle, pero eso no le impidió contestar a su llamado para que le recogiese y así ir todos juntos a la feria. Lee no era el único ahí que tenía auto, de hecho, Yuta, Mark y Chenle podían perfectamente ofrecerse, pero no estaban del humor de ser serviciales. Además, pretendían tomar todo tipo de alcohol que se pusiera en su camino, y nadie quería ser "el conductor elegido".

Después del compromiso de Nakamoto, dos días después, todos los amigos decidieron ir al último día de la feria, donde podrían pasar un agradable rato después de todos los malentendidos. Era fácil para Yuta convencer a sus amigos para este tipo de planes, más incluso si les amenazaba con recibir un puñetazo en la cara si no cumplían con sus caprichos.

— Hey Lee, tienes que doblar aquí para recoger a Renjun, es una vía más rápida hacia la casa — dijo Chenle con una naturalidad que fastidió de sobremanera al chico, apretó el volante con fuerza y no dijo más nada.

Jeno claramente estaba irritable por la presencia del mayor, y sus comentarios fuera de lugar no ayudaban mucho, por lo general lo ignoraba pero ya estaban pasando el límite. Miró nuevamente por el retrovisor y esta vez fue Yuta quien captó su atención, el mayor le estaba dando una severa mirada de reproche, advirtiéndole que no váyase a arruinar el momento.

La llegada a la casa de Renjun no tardó, y solo bastaron dos minutos para que el pequeño chico corriese escaleras abajo en dirección a su encuentro.

— ¡Hyung's! — gritó el chico antes de entrar de lleno en el auto, sentándose en la única parte libre, de copiloto — es bueno verlos.

La sonrisa que le dirigió Renjun a Jeno lo dejó sin habla por unos minutos, ya no sabía hasta qué punto podía seguir ignorando a ese muchacho.

— Jeno hyung — la voz de Mark sonó por encima del motor — ¿Y qué hay con Nana?

Renjun se tensó al escuchar ese nombre y por instinto miró a su mayor.

—Tiene que ir con su madre y su abuela a hacer unas diligencias, dijo que quizás se reuniría con nosotros en unas horas. Pero dejó en claro que nos divertiramos — soltó con una pequeña risa.

Todos en el auto asintieron.

El camino fue largo hacia la feria, considerando que estaba a las afueras de la ciudad era casi hora y media, con suerte y sin tráfico. Pero claramente ellos no tenían suerte, y Seúl siempre tenía tráfico. El celular de Renjun sonó sin parar por al menos cinco minutos, era Ten insistentemente preguntando donde se había metido, porque había regresado del trabajo y no le había encontrado, el menor simplemente ignoró sus mensajes mientras reía al ritmo de sus amigos.

— Dios Renjun-ah, contestale de una vez a mamá Ten porque está volviéndome loco con sus mensajes — dijo Yuta haciendo una mueca que le hizo reír aún más fuerte.

La pelea entre Chenle y Renjun había pasado a segundo plano, cuando el mayor (después de los golpes de Jeni) entró en la casa, Yuta le dio el sermón de su vida, reclamándole por el daño que le había hecho al más pequeño, llamándole un inmaduro sin remedio. Al final curó sus heridas y le obligó a no estar enojado con ninguno de los tres chicos, porque una amistad era más importante que un amorío. Ryujin escuchó todo eso y le terminó a Chenle.

Todos los chicos hicieron un acuerdo silencioso de mantener todo en orden y justo como estaba antes, fingiendo que nada malo pasó y dispuestos a arreglar las diferencias.

La llegada a la feria se dio antes de lo esperado, y apenas Jeno logró acomodar el auto en un espacio vacío, los maknaes, Mark, Haechan y Renjun salieron corriendo justo hacia el puesto de premios.

— Amoooor — dijo Mark endulzando el brazo de Haechan— quiero esa ardillita.

Una tierna ardilla de peluche descansaba en uno de los estantes con una gran sonrisa, Haechan tenía que admitir que era muy adorable.

Después de pedirle un ticket al chico que atendía allí procedió a jugar, era el típico juego de feria en el cual tenías que derribar una pila de vasos con una pelota. Haechan por más que intentaba derribarlos no lo lograba, ya había gastado 4 tickets y comenzaba a creer que el juego estaba trucado.

— Hey Renjun.

Jeno apareció detrás del chico, quien estaba intentando sacar un pingüino de una máquina traga monedas. El pequeño solo le miró a través del reflejo del vidrio y le sonrió.

Justo cuando Jeno iba a volver a hablar el chico lanzó una maldición al aire al no poder tomar el peluche que tanto deseaba.

— Déjame ayudarte, esto es más fácil de lo que crees.

A Renjunse le cortó la respiración al sentir como Jeno se ponía detrás de él y guiaba sus manos. Tenerlo en esa posición hizo que la sangre subiese completamente a sus mejillas, toda la timidez del pequeño chico.

El pequeño pingüino cayó por el hueco de la máquina y un sonido seco indicó que habían conseguido su objetivo.

— ¿Ves? No fue tan difícil.

Renjun giró sobre sus pies y vio como su mayor sostenía con una gran sonrisa el peluche, el menor sonrió de igual manera y le dio un gran abrazo. Ambos se quedaron en esa posición un buen rato, disfrutando el uno del otro.

Jeno había hablado con Jaemin, ambos chicos se dieron cuenta de cuán arrepentido estaba ese pequeño chico, dándole así el beneficio de la duda, no había nada de malo en perdonar una pequeña infidelidad ¿o si? No eran novios, no había compromiso ¿por qué enojarse con ese pequeño ser inexperto en relaciones sanas?

— Creo que conservaré la foto.

Una voz detrás de ellos los hizo apartarse, ambos sonrieron al ver a Jaemin con una cámara en mano observandolos con admiración.

— ¡Nana!

— Se veían adorables así abrazados.

— Borra esa foto, Na.

— ¿O qué Lee? ¿Me pondrás 1.0 en mi calificación final?

Jeno rio a carcajadas, aquello no era más que una tonta burla hacia su ética en el trabajo, a decir verdad Jaemin ha estado subiendo considerablemente sus notas en filosofía, y no es precisamente porque se dedique a estudiar.

— Pues mira que no suena tan mal la idea, así necesitarías de clases particulares.

— En ese caso ¡yo también quiero aprender filosofía! — dijo Renjun con un brillo en los ojos mientras se acercaba al chico de cabello castaño para darle un fuerte abrazo.

La tarde transcurrió en orden, Mark y Haechan teniendo su cita perfecta, Yuta discutiendo de vez en cuando con Chenle, y los tres chicos felizmente tomados de la mano disfrutando de cada atracción. Ten llegó tiempo después sumándose al divertido plan de feria, aunque no lo pudo disfrutar del todo porque la mayoría de atracciones se interponian entre su miedo a las alturas y él.

El atardecer caía suavemente sobre la rueda de la fortuna, donde Jaemin, Renjun y Jeno estaban casi llegando a la cima en una hermosa cabina color azul.

— Gracias por estar aquí — dijo Renjun rompiendo el cómodo silencio - desde que los conozco mi vida ha dejado de ser una tragicomedia, ahora soy realmente feliz, gracias a ustedes. Gracias por perdonarme.

— Renjun-ah, no te disculpes por nada, sabemos que eres un idiota pero te queremos así.

Jeno recibió un golpe por parte de Jaemin.

— No eres un idiota, Junie, solo estabas confundido es todo.

— Chicos — ambos vieron como el menor sacaba dos sobres color púrpura de su mochila — esto es todo lo que nunca he dicho.

Del poliamor y otros pecados del Catolicismo ≤NoReMin≥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora