Nueve

1.4K 167 3
                                    

Un suspiro salió de la boca de Chenle cuando tomó asiento en las gradas del salón de deportes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un suspiro salió de la boca de Chenle cuando tomó asiento en las gradas del salón de deportes. Sus amigos estaban jugando entre ellos mientras el chico no podía concentrar su mente.

Hace exactamente tres semanas había comenzado a trabajar con Dalmi y desde entonces todo había cambiado.

Chenle recordaba a Dalmi tan preciosa como aquellos días... pero era un idiota, porque sabía que ella no lo quería cerca. 

Su comportamiento con la chica no había sido el mejor cuando eran jovenes. Chenle la había rechazado drásticamente humillando la frente a todos diciéndole que ella no era como él.

Comenzaba a sentir un estúpido por tratarla así. Luego de un tiempo, se dio cuenta de lo que había hecho y cuando quiso disculparse, Dalmi se alejaba de él y lo ignoraba.

El mal gusto quedó en sus boca desde entonces, pero ahora era peor. Ella era realmente amable y le gustaba. 

Si, le gustaba.

¿Cómo podía acercarse a ella luego de todo?

"¿Que haces aquí?" escuchó a su amigo Jaemin sentarse a su lado. Chenle levantó los hombros. "¿Es por Dalmi?" preguntó.

Chenle no dijo nada.

"¿Cuando le dirás?" insistió Jaemin.

"¿Decirle que?" murmuró fingiendo no saber de lo que hablaba.

Pero Chenle lo sabía perfectamente.

"No te hagas el tonto Chenle, ella te gusta desde el día que decidiste rechazarla" palmeo su muslo juguetón.

No pudo decir nada, porque era cierto. Le había tomado más tiempo de lo que esperaba creerlo, pero Dalmi siempre le había gustado.

Tragó saliva pensando en ella. Siempre solía mirarla cuando estaba con sus amigas o en las fiestas que solía ir. En las clases a veces la miraba inconscientemente o quería acercarse en la biblioteca para hablarle. 

Pero no podía. 

Chenle conocía mucho de ella, como que su bebida favorita era de fresas y limón, sus snack favoritos eran de batata dulce y su lugar favorito era la biblioteca, dónde solía pasar la mayoría del tiempo.

Se había arrepentido de haberla rechazado cuando tenía catorce años. Pero él no solía abrir su corazón y todas las personas que se le acercaban lo hacían por su dinero y poder. Sonrío con nostalgia al recordar a la Dalmi de tan solo catorce años frente a él sosteniendo una carta, nerviosa, tartamudeando... pero luego se decepcionó cuando recordó las palabras que le había dicho y la cara de tristeza de Dalmi al romper su corazón.

Le gustaba y mucho, pero Dalmi lo odiaba.

Sabía que ella solo le hablaba por el trabajo y ahora que lo habían terminado, ella lo querría lo más lejos posible.

Pero su corazón seguía insistiendo en buscarla.

El que no ariesga, no gana. ¿Podría volver a acercarse a ella y hacer que se enamorara de él otra vez? Porque tenía muy en claro que, esta vez, no iba a lastimarla. Nunca más.

Iba a hacerlo. 

Iría por Dalmi.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝚛𝚒𝚌𝚑 𝚋𝚘𝚢 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora