𝐙𝐂. Dónde Dalmi quiere olvidar al chico rico que rompio su corazón y Chenle quiere tenerla de vuelta.
D.B 1.6
Historia corta.
Heterosexual.
Fluff, cliché.
Fecha de publicación: 28/01/22
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La biblioteca estaba vacía cuándo Dalmi entró en ella, encaminandose hacia los estantes de los libros.
Con su dedo acomodaba los libros leyendo los nombres y autores, buscando alguno que llamara su atención. Cuando sus ojos captaron uno de Stephen Hawking, rápidamente lo tomó.
"Mierda" chilló al sacar el libro y ver dos ojos detrás de ellos, observándola. "¡Chenle!" gritó reconociendolo.
Chenle tenía una manía con encontrarla dónde sea que se escondiera. ¿Como mierda lo hacía?
"Lo siento, Dalmi" se disculpó mientras rodeaba el estante hasta acercarse.
Tomó el libro en sus manos y se sentó en el suelo, cruzando sus piernas mientras abría el libro. Chenle la observó ligeramente.
"¿Puedo ayudarte en algo?" preguntó Dalmi al verlo inquieto frente a ella.
El chico rascó su nuca nervioso. "Uhm, q-quería agradecerte por ayudarme a aprobar el trabajo" tartamudeó nervioso.
¿Que le pasaba? Chenle nunca se veía así. El siempre era seguro y directo.
"No tienes que agradecerme, los dos hicimos el trabajo en equipo" murmuró Dalmi. Él asintió.
Rápidamente Dalmi fijó su vista en el libro, comenzando a leer. La presencia de Chenle estaba poniendo sus pelos de puntas y las malditas mariposas picoteaban su estómago sin parar.
"Uhm" balbucio sentando a su lado. "Dalmi... creo que me gustas" dijo repentinamente.
La nombrada abrió los ojos cuando su cuerpo se paralizó al escucharlo. Aún con su vista estaba en el libro, pero su mente estaba en un cortocircuito ahora mismo.
"No" negó. "No creo, me gustas" siguió diciendo más seguro.
Los hombros de Dalmi temblaron.
"Se que debes odiarme por lo que te hice pero en ese momento era un niño tonto. Luego de rechazarte me di cuenta que también gustaba de ti pero me negaba sólo porque eras diferente" comenzó a hablar. La chica alejo el libro, levantando la vista. "Creí que solo te acercabas por mi dinero, como todos lo hacían. Luego entendí... que no eras como todos"
Dalmi pestañeo razonando sus palabras.
"Volver a hablar contigo me hizo notar que realmente me gustas" susurró confesando. "Pero perdí mi oportunidad pero haré lo que sea por recuperarte" terminó agachándose hasta quedar frente a ella.
El corazón estaba latiendo con tan fuerza que Dalmi pensó que se escaparía de su pecho. De repente, las manos le sudaban y sus orejas ardían.
A la mierda todo.
Soltó el libro de sus manos y tomó la camisa del chico en sus puños acercándolo lo más posible. Cerró sus ojos y estampó sus labios contra los de Chenle sin pensarlo.
El chico se sorprendió de su movimiento pero rápidamente correspondió su beso, acunando sus mejillas cuando sus labios se enredaron en los suyos. Las chispas nacían de sus cuerpos ansiando más toques y caricias por lo tanto se habían estado negado.
"Te odiaba Chenle" dijo suave mirándolo al separarse. "Odiaba la idea que tenía sobre ti" aclaró cuando sus miradas se cruzaron. "Sabía que eras una buena persona a pesar de lo que aparentabas y todos decían. Odiaba que no pudieras corresponderme y odiaba que me lastimarás, pero no te odiaba a ti" alegó sonriendo tímidamente.
Chenle asintió con una mueca.
"También me gustas, de hecho, siempre lo hiciste" confesó Dalmi sintiendo sus nervios ahogarla cuando las manos de Chenle sostuvieron las suyas.
Segundos después, el chico volvía a acercarla hasta tomar su cintura y besar sus labios. Las mariposas bailaban dentro de su vientre cuando tenía los suaves labios de Chenle acariciar los suyos, sintiendo como sus dedos abrazaban su piel dejando pequeñas corrientes eléctricas.
¿Asi sentía ser correspondida por amor?
Dalmi estaba feliz de haber arreglado sus problemas con Chenle y poder empezar de nuevo.
Besándose entre los estantes de los libros en la biblioteca luego de confesar sus sentimientos, abriendo sus corazones sin esconderse ni un minuto más.Derritiendose de amor por el chico rico y egocéntrico que solía "odiar".
Porque cómo todos dicen, del odio al amor hay un solo paso. Y uno demasiado corto.
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