#8 Algo mutuo

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Sophie
18 de Noviembre

Hoy ya estamos a viernes y a pasado una semana desde que Ross me lo contó todo. A partir de ahí a estado más transparente,  quiero decir, no a fingido una sonrisa cuando se encontraba mal porque yo ya lo sabía todo. Creo que eso ayuda bastante, no me parece que sea muy sano guardarse las cosas para uno mismo y sinceramente me parte el alma verla así

En cuanto a Mark, me lo he estado encontrando por los pasillos y nos sonreímos al cruzar miradas pero ahora lo veo siempre solo, no sé dónde estará ese amigo suyo con pequitas, cada vez que lo veía estaban juntos pero... En fin la vida da vueltas; supongo.

Me bajaba del coche para entrar al instituto, eran las 8:45 de la mañana y tenía un sueño impresionante

Tampoco sentía los dedos de las manos mientras cerraba la puerta del vehículo, mi nariz estaba roja y mis dientes chocaban delicadamente por culpa del tiriteo. El aire congelado se metía por el cuello de mi sudadera y los agujeros de los pantalones rotos ¿A quien se le ocurría traerse pantalones rotos con 7°? Pues a mí, porque antes muerta que sencilla.

Al llegar a la clase solté la mochila apoyada en las patas de mi mesa y me dirigí hacia la de Ross.

-Hey! ¿Que haces con pantalones tan rotos y este frío?

Ella llevaba unos vaqueros negros y un chaquetón enorme, y sin embargo le quedaba de lujo

Analizé su outfit- Veo que tú eres el ejemplo perfecto de que para presumir no hace falta sufrir-

Ella soltó una carcajada y me senté a su lado. Vi que  escribía algo en su cuaderno de Geografía y recordé que lo teníamos a primera hora

-¿Ross, que haces?- pregunte inclinando la cabeza para intentar leer lo que ponía

-El resumen ese que mandó hace tres días, era para hoy-

-Mierda- La miré con preocupación- No me da tiempo a copiarlo, verdad?

Ella negó frunciendo los labios

Justo en ese momento llegó el profesor Smith- Buenos días chicos, empieza la clase cada uno a su sitio-

Sinceramente estaba muy nerviosa, desde que llegué le tengo miedo a ese profesor.
Ya sé

-Señor Smith- dije levantando la mano- La verdad es que me encuentro un poco mal-

El acarició su bigote pensativo- ¿Quieres llamar a tu casa?-
Yo aproveché el momento- No creo que haga falta, pero ¿podría ir al baño para despejarme?-

Él asintió sin dudarlo

Salí de clase y crucé el pasillo hasta el baño. Una vez entré cerré la puerta con cautela y solté un respiro de alivio, pero justo cuando me di la vuelta no me esperé ver a un tío lavándose la cara en los lavabos.
Tanto fue el susto que automáticamente solté un pequeño grito y el chico también se asustó gritando a la vez.

Luego de eso hubo un silencio incómodo que a los segundos se rompió- ¿Que coño haces en el baño de tías?- Pregunte alterada

El se pasó la mano por la cara quitando así el agua que caía de ella- Estoy... Huyendo de alguien y temo encontrarmelo en el  baño de chicos-

Cuando ya pude ver con más claridad me di cuenta que su cara se me hacía familiar...

El también se quedó mirándome, como tratando de recordar

-Eres...¿Phosie, Rosy, Sophie?-
Yo parpadeé confundida y un flashback de aquel día iluminó mi mente.

Sonreí ante el recuerdo de cómo nos conocimos- ¡Sí! La misma. Tu eras...?-

-Noah- interrumpió el

Ahora todo me cuadraba, seguramente de la persona que estaba "huyendo" era de Mark, puesto que hacía una semana nos los veía ni mirarse si quiera.

-Bueno... Perdona que me meta donde no me llaman pero espero que lo solucionéis pronto-

-Eh?- su cara cambio a una total de confusión y sus cejas se fruncieron

-Sí ya sabes, tú y Mark- el dió un suspiro y dirigió su mirada al suelo- Siempre he visto como compenetráis los dos juntos y seguro que pase lo que pase lo podréis solucionar-

Volvió a dirigir su mirada hacia mí pero ahora su ceño fruncido no era de confusión, si no de rabia.

No sabía si había dicho algo malo ¿Acaso lo hice?

El no respondió y se acercó con brusquedad hacia mí. Imponía mucho y sin darme cuenta cuánto más se acercaba más retrocedía, hasta que choqué con la pared atrás de mí.

Su cara la verdad que daba miedo en ese momento, estaba dolido. Sin esperarlo pegó un puñetazo a la pared justo a mi lado y mantuvo ahí el brazo, no tenía escapatoria.

-Mira Sophie, lo que pase entre Mark y yo... ¡Es entre Mark y yo! Si?- habló amenazante a pocos centímetros de mi cara- No te metas donde no te llamaron, porque, que yo sepa- Hizo una pausa, como si lo que fuera a decir le rompiera por dentro como una fina lámina de hielo- tú tienes parte de la culpa-

-¿Yo?-

-¡Si, tu! Haber cuando cojones te enteras de que le gustas a Mark- Con eso abrió la puerta y salió del baño dando un portazo que hizo eco en todo el lugar.

¿Como? Que yo... Osea ¿yo?, Quiero decir, le... A Mark, ¿Como? ¿Como coño le voy a gustar a alguien como Mark?

Me quedé en el sitió, con la espalda pegada a la pared parpadeando una y otra vez para asegurarme de que lo que escuché era real y no un especia de sueño.

Doble mis rodillas y resbalé mi espalda hasta llegar al suelo quedando sentada

Ahora tenía muchas más preguntas ¿Eso era verdad? ¿Por qué Noah se puso así cuando le hablé de él? ¿Que tendría que ver que yo le gustara a Mark (en caso de que fuera cierto) con que hubieran discutido los dos? ¿Que pintaba yo ahí?

Mi cabeza a era un completo lió y mi corazón no sabía si ir a toda velocidad o pararse por completo.

El único sonido que se escuchaba era el grifo que usó Noah anterior mente goteando, era un sonido bastante relajante y pude calmarme unos minutos hasta que la vibración de mi móvil interrumpió ese silencio

Metí mi mano en el bolsillo trasero para sacarlo y ver de qué se trataba

Número desconocido_:

-Sophie, soy Mark, necesito hablar contigo urgentemente a la salida del instituto. A las tres en la puerta del parking de profesores.
...

Ese mensaje volvió a generarme más dudas que se acumulaban y no podían ser respondidas hasta la salida.

Eché un ojo a la hora, eran y media; quedaban aproximadamente 15 minutos de clase y el aburrimiento en el baño era demasiado.

Tenía que aguantar lo que me quedaba para no darle oportunidad al profesor de preguntarme por las tareas, chica lista

Lo único que me quedaba por hacer era imaginar mil cosas que podrían suceder a las tres de la tarde. La impotencia de no poder responder a las decenas de preguntas que tenía era insoportable, pero no tengo más remedio que esperar.

Al fin y al cabo esperar por una respuesta es lo único le queda a todo el mundo, durante toda su vida.

la hoja en blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora