Parte 1.

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Eren POV's

Apoyé la barbilla en la bandeja metálica a la vez que soltaba un suspiro bajo por la escena que estaba presenciando. Intenté componer la mejor expresión de neutralidad, cuando por dentro quería darle una patada en el culo al sujeto que Armin había llevado a comer.

¿Por qué tenía que traer gente nueva cada vez? Ni siquiera viene a verme a mí, maldición, que soy su mejor amigo de toda la vida.

Fruncí el ceño bufando y rodando los ojos, sin poder creer aquella inaudita acción que el desconocido había osado con el rubio. Se estaban tomando de las manos y entrelazando las mismas por sobre la mesa.

— Pero qué demonios, Armin — Gruñí molesto al ver que le sonreía al desconocido como todo un colegial enamorado – Vamos, amigo, ese chico no me llega ni a los talones ¿Es en serio?

Apreté los puños con molestia, sintiendo la sangre arder de cólera, optando por apartar la mirada cuando Armin se inclinó hacia adelante para dejar un beso en la mejilla de su cita. No era necesario hacer aquello, estaban solo conociéndose y ya le estaba dando alas.

No puedo creerlo, de todas las personas que pudo haber traído para presentarme, este es el peor. De solo verlo me dan náuseas. No lo entiendo, Armin es atractivo y tiene ese encanto que atrae a cualquiera, sin mencionar su gran intelecto que me hace sentir un idiota cada vez que lo escucho hablar, lo cual admito, porque me tiene completamente enamorado.

Si debiera de indicar una fecha exacta desde que comencé a sentirme atraído hacia mi mejor amigo, debería mencionar que fue en mi pubertad, descubrí mis inclinaciones sexuales un día en que comencé a fantasear con un Armin de quince años que se había quitado la camiseta después de una clase de educación física. Definitivamente fue una gran revelación el darme cuenta de que tenía fantasías con mi mejor amigo.

Desde luego, no fue para menos, estuve cerca de seis meses actuando como un enamorado a su lado, sonrojándome y sintiéndome nervioso. Todo esto hasta que lo vi interactuar con otras personas y de pronto, se consiguió un novio. Así nada más, en frente de mis narices. Y yo, como abnegado, no me quedó de otra más que apoyarlo.

Y aquí estoy, con veintiún años, observando otro pretendiente más a la fila de novios que se ha echado encima mi gran amigo rubio.

— Si tan solo me miraras a mí, maldición.

— Si tan solo te declararas, cobarde — La voz de Mikasa me hizo saltar en mi lugar, sonriéndole con fingida simpatía antes de fulminarla con la mirada – No vas a lograr nada mirando desde lejos.

— Tampoco puedo ir y arruinarle la cita.

— Cobarde.

Gruñí nuevamente, casi mostrándole los dientes ante su provocación, era obvio que lo que buscaba era nada más y nada menos que provocarme como siempre. Pero no caí. Al menos no de inmediato.

El gerente me entregó el nuevo pedido para la mesa cinco y me dirigí allí luego de llenar mi bandeja con las cosas, teniendo cuidado de equilibrar todo en antes de tomarla por el centro con una sola mano, caminando entre las mesas con cuidado de no pasar a llevar a ningún cliente.

— Buenas tardes, les traigo su pedido, si me permiten — Compuse una sonrisa coqueta al mirar a las jóvenes en la mesa, comenzando a dejar las copas en cada lugar correspondiente frente a las chicas que me miraron fijamente.

No pude evitar guiñarles un ojo en consecuencia, causando que ambas rieran divertidas. Una de ellas, la de cabellos azabaches largos y lacios, comenzó a enrollarse unos mechones en el dedo índice mientras me miraba sin disimulo.

Step by step 「EreMin」› Shingeki no Kyojin ‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora