La habitación se percibió silenciosa y la oscuridad inundaba cada rincón, únicamente iluminada por las débiles luces de las estrellas.
—Que... ¿Cómo me llamaste? —pregunta en voz baja el chico.
—Ehh, ¿Beto? ¿Te molesta que te llame de ese modo? —preguntas apartándote un poco de Alberto.
—No. Es que, jamás me habían llamado así. ¿Qué significa?
—Pues...es tu diminutivo verdad.
Alberto duda un momento:
—No estoy seguro, pero me agrada. —Suspira y vuelve en un tono más serio—. Bueno, ya le quité mucho tiempo, debes descansar. Lo mejor será que no volvamos a hablar de esto ¿le parece?
Respetaste la decisión de Alberto pues ya había tenido suficiente por hoy. Aun tenías tus dudas pero es mejor dejarlas pasar.
—Te entiendo —dices levantándote de la cama— será mejor ir a dormir ya es bastante tarde.
El moreno repite tu acción y se dirige a la puerta, pero antes reacciona y se vuelve para mirarte.
—¡Ups! que olvidadizo soy —dice riendo nervioso— olvidé darte esto.
Alberto mira nuevamente su mano con el pañuelo envolviendo algo, y seguidamente toma tu mano entregándote el objeto. Sientes una impresión ante aquel gesto inesperado y lo miras directo a los ojos.
—¿Recuerdas la crostata que hicimos esta mañana? —dice Alberto tratando de evitar contacto visual— Bueno... en realidad era para ti.
—Oh, ¿así que era para después de almuerzo? —contestas irónicamente mientras ambos se rieron.
—Okey fue mucha charla por hoy. ¡Fino a domani! (Hasta mañana)
—Sí...fino a... ¿Qué dijo? —Te ríes y cierras la puerta.
Te comiste el postre que Alberto te había preparado, pese a que eso había sido un lindo detalle, sentías una molestia como una piedra en el zapato. Todos le dedicaron tiempo para hacerte una sorpresa y no salió como esperaban, y se sentías muy mal por ese incidente.
No dormiste en toda la noche, ni siquiera te pusiste el piyama ya que no conciliabas el sueño, por lo tanto decides buscar algunos libros y cuadernos que Giulia te había obsequiado y empiezas a leer. Talvez así te de sueño, aunque es algo improbable.
Las horas pasaron con lentitud mientras observabas por tu ventana el oleaje del mar y sus olas tan calmadas, y del cansancio por dar vueltas y vueltas, te quedaste dormida.
Transcurrió el lapso del sueño profundo, pero de golpe de despiertas y vuelves a perder el sueño, te encuentras con todos los libros regados alrededor de la cama y suspiras con pesadez.
—Otra vez ¿Por qué no puedo dormir? —Frustrada te tapas la cara con las manos y luego escuchas otro suspiro afuera de la ventana.
—Yo me pregunto lo mismo.
Una voz de imprevisto te hace brincar del susto.
—¿Quién está ahí afuera? —dices levantándote de la cama inspeccionando la ventana—. ¿Alberto?
—Ciao, volvemos a encontrarnos otra vez —dijo él.
—¿¡Pero que haces en el techo!? —Te asomas por la ventana y vez al chico sentado tranquilamente sobre las tejas de la casa—. ¿Buscas pleitos con los gatos?
Alberto se ríe a carcajada limpia para después taparse su boca con las manos.
—¡No! ¿Cómo crees? —dijo acercándose un poco en donde estabas—, yo tampoco puedo dormir así que sólo estoy contemplando el mar, es muy hermoso.
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La persona Correcta en la realidad Equivocada// Alberto x reader// Fanfic
Teen FictionÉl no solo es mi carácter de consuelo, es todo mi corazón y mi mundo ♥️💐 -Lo lamento tanto -dije con voz quebrantada y dolida mientras me lanzaba hacia él- eres lo más preciado que tengo y no quiero dejarte, pero me dolerá confesarte esto... Todo...