EXTRA

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ESPECIAL

|Esteban Morrison|

Nota rápida.

Esta parte va a ser contada por Esteban dado que nuestra querida Sara estaba demasiado ebria como para recordar algo. 🤭

Llevaba más de una hora esperándola. Supuestamente su salida era a las siete, pero simplemente no la vi salir al dar esa hora. Solo vi entrar a Carmen con lo que parecía ser un cerrajero. Me acerqué a América para preguntarle si ya se había marchado sin que yo me diese cuenta, pues con lo pequeña que era no lo dudaría.

— No ha salido — respondió y lentamente se recargó sobre el mostrador dejándome ver más de lo que yo recuerdo haber pedido.

Era muy sexy, pero no iba a arruinar algo bueno que pudiese tener con Sara por un acostón de una noche.

— Ya es tarde y aún no ha salido... — dije mirando a mi alrededor y fue entonces cuando la vi salir del elevador.

Y con una gran sonrisa me acerqué a ella.

— Hey, Sara — la saludé y ella dio un traspié por la sorpresa.

— ¿Sigues aquí? —  preguntó amablemente.

— Te estaba esperando, pero tardaste en salir — respondí — ¿Dónde estabas? Pase a tu escritorio y no te vi.

— En el baño — respondió de inmediato y después soltó una sutil carcajada — ¿Por qué me estabas esperando?

— ¿Quieres ir a bailar?

— Y si mejor vamos por unos tragos — opinó — Estoy muy estresada y de verdad necesito beber. Sabes que últimamente no he dormido muy bien y tampoco he comido como debería. Estoy frustrada o tal vez cansada. Que se yo.

— De acuerdo — accedí — Conozco un lugar buenísimo que te encantará.

Le ofrecí mi brazo fingiendo ser un caballero de la realeza y ella lo sostuvo soltando una ligera carcajada.

La llevé a "The Sun", uno de los mejores bares de la ciudad. No quise preguntar el por qué de su cansancio, simplemente esta noche solo quería hacerla sonreír.

— Siempre que pasaba por aquí me preguntaba que tal estaría este lugar — dijo mirando todo a su alrededor maravillada. — Acaparó mi atención a lo lejos.

— Te va a fascinar. — respondí tomándola por la cintura — Vamos, pedí los mejores lugares.

Insistí en que nos dieran uno de los asiento de la segunda planta con vista directa al escenario donde se estarían tocando covers de música indie.

— ¿Quieres una cerveza? — pregunté. Y no pude evitar sonreír al ver como disfrutaba del ambiente.

Hacía tiempo que no la veía sonreír. Últimamente se le miraba seria y su mirada reflejaba tristeza. Tampoco quería insistir sobre el motivo por el cuál se comportaba así.

Debía ser prudente y no impertinente.

— Quiero un Vodka de mango.

LA CHICA DESASTRE ©° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora