permanezco sentada en el sofá, de brazos cruzados y con el cabello acomodado de forma que todos pudieran ver mis ojos. Tan calmada e indiferente como puedo lucir, cuando por dentro estoy muriendo de miedo por el simple hecho de que no tengo ninguna excusa válida para dar.
Mi miedo es porque probablemente haga o diga algo que lo arruine todo, provocando que mi familia se entere sobre lo que ocurrió en el Dark world y, con eso, acerca de los Au's. De ese modo todas las mentiras que shade y yo hemos dicho habrían sido en vano y sería más difícil para nosotros protegerlos, ya que mientras menos personas sepan, más seguras están.
Una mano se posa sobre el espaldar del sofá y luego aparece shade, saltando sobre este para caer sentado junto a mí; pasa una mano sobre mi hombro y se acerca como si me fuese a abrazar. — No te preocupes — Me dice, en un tono lo suficientemente bajo como para que mamá y papá, quienes están recostados junto a la ventana a la espera de cierta rubia, no oigan. — Ya me hago una idea de lo que pasó, así que trataré de ayudarte. — Mira sobre el hombro a lucia, quien viene bajando las escaleras para luego sentarse a mi lado, en donde se supone que va Ana.
Sinceramente envidio a estas dos y la relación que tienen. Mientras que ellas son del tipo de chica que es popular y carismática, yo soy socialmente torpe.
Si, lo soy.Porque si tengo amigos, es por shade. Él es quien se toma la molestia de buscarse amigos que sabe que les podría agradar. Mientras ellas utilizan faldas y vestidos para salir, yo nunca usaría un vestido ni para salir al patio de la casa. Son perfectas, lindas, agradables y talentosas. Prácticamente el tipo de chica ideal que cualquier chico podría desear.
Mi punto es que ellas son todo lo que yo no.
Luego de unos minutos Ana bajó, fue hacia lucia, quien se levantó para darle el asiento y sentarse en sus piernas, y la abrazó, dedicándome una sonrisa. Movió los labios formulando cierta oración y como si realmente lo hubiera dicho, su voz hizo eco en mi cabeza. Tenemos una conversación pendiente. Asentí nerviosa bajo la mirada confundida de shade y de Lucia.
Nuestros padres se sentaron en los sillones frente a nosotros (Los acomodaron así antes de que yo llegara, solo para dar un efecto dramático en este momento). Mamá se cruzó de brazos, al igual que las piernas, poniendo en su rostro tanta seriedad como podía; mientras papá apoyaba sus codos sobre las piernas, escondiendo su rostro entre las manos. Yo solo seguía de la misma forma, solo que rogando que cierta niña, que no debería estar aquí, no arruine ninguna de mis mentiras perfectas.
— ¿Se puede saber por qué te saltaste tu primer día de clases? — Comenzó mamá, tratando de sonar lo más severa posible, pero creo que sus años trabajando como policía le fallaron justo ahora, cuando se trata de interrogarme, dado que su voz se quebró.
Tal vez fue por la emoción de ser la primera vez que pasa algo así conmigo o por el hecho de que estuviera orgullosa de que por fin haya hecho algo más que solo estudiar y dibujar o que se yo.
Cerré los ojos por unos segundos, pensando en cualquier mentira posible, y luego los abrí, mostrando un inquebrantable semblante de tranquilidad e indiferencia ante la situación. — Me enviaron a buscar a kris y a la chica que había ido con él a buscar tiza, y, como me tocó ser la nueva, me jugaron una mala broma, encerrándome en el salón sin uso durante todo el día.
— ¿Y qué hay de kris? A mi parecer él estuvo contigo todo el día. — A pesar de tener tan solo diez años, lucia es una persona muy aguda y es algo que amaría en otra situación, pero en un momento así... es lo que más odio.
— En realidad, él se había ido de la escuela antes de que yo quedara encerrada. — Expliqué con tranquilidad, sin dirigirle la mirada a Lucia.
