Después de que "casita" fuese reconstruida, y que la familia Madrigal estuviese completa otra vez, la armonía regresó a Encanto con mucha rapidez. Todos hacían uso de sus dones como era de costumbre, pero siempre dándose un momento de dispersión y descanso. Antonio comenzó a ayudar con el ganado, hablaba con los animales para que no escaparan. Esto ayudó mucho a Luisa, quién si bien seguía usando su fuerza hercúlea, recibía ayuda del resto para no sobre esforzarse. Isabela por su parte, usaba su nuevo gusto por las flores para decorar algunas casas poco convencionales, y brindarle ayuda a su madre con plantas poco comunes para preparar remedios. Camilo hacía lo suyo, mientras que Dolores trabajaba junto a su querido esposo, Mariano. Mirabel continuaba como siempre, corriendo de aquí a allá intentado buscar la manera de cooperar. Julieta sanaba enfermos, Bruno trabajaba como una especie de prevencionista de riesgos, y Pepa...Pera era todo un dilema. Últimamente había cambiado el clima de manera brusca, más de lo usual. Le decían "pío" y su humor cambiaba en menos de lo que canta un gallo. Estaba excesivamente sensible, pronto se convirtió en una piedra en el zapato para la familia, y como siempre, quién debía resolverlo sería la más joven de las Mujeres Madrigal.
-Mira -Félix se acercó a su sobrina-. Tú tía no ha querido hablarme, tus primos están ocupados ahora mismo -dijo-. ¿Te importaría ir a ver como está, y averiguar si hice algo para molestarla?
-Claro Tío -subió las escaleras corriendo alegremente, tocando la puerta de Pepa varias veces-. ¿Tía Pepa? ¿Te encuentras bien? -le habló Mirabel desde una distancia segura.
-¡Sí! ¡Estoy estupendamente! -estaba en su cama, usaba un camisón amarillo, y el cabello completamente suelto. Tenía consigo una caja de pañuelos, y su libro de romance favorito. Su cuarto era un caos, muchas veces se preguntaban como es que Félix podía soportar estar allí. Había nubes por todos lados, incluso la cama parecía ser de este elemento, salvo por las almohadas, sábanas, y cobertor anaranjado que cobijaban al matrimonio. Toda la habitación cambiaba de color dependiendo de lo que sentía, salvo los muebles y puertas a los armarios, por supuesto. En todas las paredes había gotas de lluvia, y en la de la cabecera había tres soles, siendo el de en medio el más grande. Las lámparas tenían pequeños cristales en forma de gota, y sobre su velador había un tocadiscos. Tenía también un estante con fotos y discos de vinilo, otro con recuerdos de sus hijos, tales como muñecos, zapatitos, accesorios, y regalos que le hacían para el día de las madres.
-Aha, y eso qué tienes en la cabeza es un arcoíris -dijo sarcástica, a lo que Pepa miró hacia arriba y sacudió las manos para despejarse un poco.
-¿Qué quieres Mirabel? -se limpió la nariz-. Pensé que estarías ayudando con la mesa -la chica asintió, acercándose.
-El Tío Félix me envió a por ti -explicó-. Piensa que hizo algo para enfadarte, pues dice que no lo haz hablado el día de hoy.
-Pues informale que no hizo nada -respondió.
-Pero, has sido muy -vio que se estaba formando otra nube-, impredecible estas últimas semanas.
-¿Y eso en qué les afecta? -cayó un rayo en frente de ellas, dejando a ambas con los ojos abiertos-. Continua.
-¿Hay alguna razón en especial? ¿Algo que no nos estés diciendo? -la mujer pensó, levantando seguidamente los hombros.
-No que yo sepa, simplemente soy la loca que llora por todo -sus ojos claros se humedecieron, y Mirabel tuvo que esquivar varios rayos más. Justo en esto tocaron a la puerta, era Antonio, quién al ver a su prima bajo la cómoda de su madre se largo a reír-. Uy, lo siento -Pepa se puso roja de la vergüenza-. ¿Estás bien mija? -la chica se puso en pie con las manos en su cintura.
-Sí, no te preocupes -ambas miraron al niño, que se acercaba con cuidado al costado de la cama.
-Mami, la abuela quiere que vayas al balcón a tomar un té con ella y Tía Julieta, como suelen hacer antes de...cenar -su madre le acarició la cabeza con una dulce sonrisa.
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Sombras de Luna
FanfictionUn año después de los hechos ocurridos en Encanto, los problemas regresan de la forma más inesperada posible. ¿Será la familia Madrigal capaz de enfrentar esta nueva amenaza? Pd: La edad de los Trillizos es otra (42), pero esto no implica que perso...