Exceso de confianza. Parte 3

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Darren llegó a la mansión de los Lan acompañado de dos hombres de traje gris, característico de Qinghe e hizo sonar el timbre con dos contundentes presiones. Colgado en su cinturón había un par de esposas y su rostro tenía una sonrisa un tanto ladina imaginándose al pelinegro con ellas en sus muñecas, aunque no precisamente con las intenciones con las que se encontraba en ese momento.

La puerta la abrió WenHan con una rebanada de pizza en su mano y el pequeño A-Yuan tras él, pues estaban viendo una película ya que no había nadie más que se hiciera cargo de él.

-¡Darren!- saludó WenHan abriendo la puerta de par en par invitándolo a pasar, aunque cuando se percató que no estaba solo sus ojos se entrecerraron. -¿Qué haces aquí?- preguntó recordando que Jackson ya no se alojaba en aquella mansión.

Del bolsillo interior de su saco negro, Darren sacó un citatorio a nombre de Wei Ying con calidad de urgente.

Nie Huaisang había dado la orden ya que Wei Ying no había compartido la visión de Ahqing y la clave para detener a Zhuliu.

Una motocicleta se detenía en ese momento en la entrada, y de ella descendió Yibo.

-¿Qué está sucediendo?- preguntó Yibo mirando directamente a Darren con su rostro lleno de frialdad.

Darren hizo una mueca de desagrado cuando miró a Yibo. -El jefe ha mando por Wei Ying- le respondió- En calidad de urgente. - hizo una seña a los hombres que lo acompañaban para que se acercaran de forma amenazante.

Yibo tomó el citatorio, después vio a los hombres que acompañaban a Darren y sonrió de forma condescendiente - ¿Crees que ellos son suficientes refuerzos para obligarnos a acompañarte?

-¿Estás diciendo que se rehúsan? – preguntó a su vez Darren molesto de la mirada burlona de Yibo.

-¿Por qué el jefe de la familia Nie pide la presencia de Wei Ying?- preguntó Yibo.

-No está pidiendo la presencia – Darren contestó con desdén a Yibo – Él tiene que venir sin opción a negarse. Está reteniendo información primordial sobre un caso en curso. Prometieron que al salvar a Ahqing tendríamos la clave para detener a Zhuliu, ya ha pasado una semana y no se ha presentado a rendir el informe. Wei Ying vendrá conmigo o Ahqing o ambos.

A Yibo le asaltaba la duda de por qué Zhan no había hablado del tema, siempre que le preguntaba al respecto, el mayor esquivaba la pregunta y aquello no le gustaba pues sospechaba que no era porque no confiara en él, sino por la idea de estarlo protegiendo. Siempre esa era la razón, misma por la que después Zhan se metía en serios problemas. No podía permitir que aquello sucediera. No otra vez.

El castaño miró el documento en sus manos, suspirando accedió – Ambos nos presentaremos por la tarde – dijo tajantemente esquivando la figura del detective.

Darren lo tomó por el brazo deteniéndolo - ¿Qué te hace pensar que tienes la opción de decidir el momento que mejor les convenga?

-Como ya te dije, estos hombres no son suficiente refuerzo para obligarnos a hacer nada – Yibo se colocó frente a Darren de forma retadora – Estaremos ahí por la tarde. Ahora salgan de mi propiedad.

Darren lo miró unos segundos, su poder no era exactamente activo por lo que a regañadientes dio la orden de retirada.

.............

Xiao Zhan conducía hábilmente por la carretera a exceso de velocidad, pero aquello no era nada nuevo para él. Conducir era como respirar, siempre había sido así para él, algo que su inconsciente se encargaba de hacer a la perfección. Maniobraba por las curvas con una mano en el volante y la otra acariciando de vez en cuando su mentón hundido en sus pensamientos.

Iba solo. Había evitado a Yibo durante toda la mañana ya que cada vez que se encontraban solos, el castaño insistía una y otra vez en que revelara lo que había obtenido de Ahqing. En su mirada dorada podía apreciar que comenzaba a sospechar sobre su silencio respecto al tema por lo que teniendo en la mente las palabras de la joven, con confianza creyó que cualquier decisión que tomara a partir de ese momento estarían bien, porque al final el mataría a Wen Zhuliu.

Los siguientes días después de hablar con Ahqing, se dedicó a investigar los movimientos de Zhuliu. Su repentina desaparición le dio a entender a Zhan que este ya sospechaba lo que se le avecinaba. Zhuliu era consciente de la visión que había tenido Ahqing, la predicción era clara: La muerte lo perseguiría una vez que la chica pereciera. Él mismo se encargó de correr el rumor sobre la muerte de los sobrevivientes en aquella operación, sin aclarar nombres no dudó que el mismo Wen sospechara quién habría muerto, más aún considerando el estado deplorable en que él la había dejado.

Una vez escondió a la joven nigromante, simplemente esperó a hacer su siguiente movimiento, lo cual llegó gracias a la conversación con Xichen, la revelación de que Qiren podía sanarse a sí mismo fue la pieza clave. No forzaría nada, dejaría las cosas correr y simplemente seguiría por el camino señalado por Ahqing. No era difícil imaginar cuál sería el próximo objetivo de Zhuliu.

Zhan conocía muy bien Luanzang, así que escogió un lugar donde ocultarse esperando a Zhuliu. Su celular sonó un par de veces durante la hora que se mantuvo en completo silencio, con pesar rechazó las llamadas de Yibo, pero quería acabar con todo aquel maldito asunto de una vez por todas.

-¿Qué diablos estás haciendo aquí?- una voz a sus espaldas lo hizo brincar de su lugar - ¿Por qué estás ocultándote?

-Estoy esperando – respondió Zhan esquivando la mirada de Jiang Cheng - ¿y tu qué haces aquí?

-¿Esperando qué? – preguntó Cheng entrecerrando sus ojos. A lo lejos miraba a Xichen entrando a una de las chozas con la maleta de medicamentos seguido de Wen Qing.

Zhan suspiró. No había motivo de ocultar sus verdaderas intenciones, todo acabaría aquel día. – Yo mataré a Wen Zhuliu – confesó – Él sabe que está cerca su fin. Qiren es un sanador que puede curarse a sí mismo, es obvio que buscará su poder.

La realización llegó a Cheng en unos segundos, tomó con fuerza el brazo de Zhan - ¿Lo estás usando como carnada?, ¿Piensas hacer esto tu solo?

Zhan zafó su brazo vigilando aún los alrededores – No dejaré que pase nada. Yo lo voy a matar. Lo haré rápido.

-Yibo no lo sabe, ¿cierto? – preguntó aún con el entrecejo fruncido molesto de que Xichen estuviera ahí sin saber del plan de Zhan.

-No quiero arriesgar a más personas – contestó Zhan, después de giró hacía Cheng – Cuando llegue el momento, no te acerques, sólo protege a los demás. Aléjalos lo más que puedas. Yo me encargaré.

-Eres un idiota – le respondió Cheng – Siempre lo has sido y veo que nunca vas a cambiar.

-¿Y ahora porqué soy un idiota?- preguntó Zhan con un suspiro.

-Sigues sin entenderlo. Cometiste el mismo error hace dos años. No entiendes que al tratar de proteger a los demás alejándolos, al final los terminas arrastrando.

Zhan se giró a encarar a Cheng que mantenía su entrecejo fruncido mirando a Xichen sintiéndose inquieto -¿Qué es lo que no entiendo?

La respuesta de Cheng quedó trabada en su garganta cuando llegaron un par de camionetas negras.

No Imaginaba 2. PERMANECERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora