20✓Terra

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Estar aquí de verdad es muy denigrante, me estoy desgastando poco a poco y no tengo intenciones de recuperarme, pero quiero hacer un ultimo intento con la señal que me envió la maldita de Ferideh, será mi ultima esperanza y mis ultimas energías. 

Y si esta mierda no funciona probablemente siga derecho al purgatorio, así que no tengo nada que perder.  Llevo tres días intentando encontrar el puto orificio en la pared rocosa que me indicó Ferideh, pero está siendo imposible, este lugar es pequeño, evidentemente, pero meter mi dedo en cada agujero que me encuentro me está debilitando más cada día, no creo que mi lava alcance para mucho más, estoy segura de que prontamente me voy a debilitar tanto que terminaré desmayada en el sucio suelo esperando que se cumplan los siete días de mi castigo.

Según el sueño que tuve con Ferideh, introducir mi dedo en cada agujero hasta que la puerta rocosa (que no sabía que existía) se abra es la respuesta que todos estamos buscando.

Si ella me mintió y me está haciendo pasar por esto solo para debilitarme y quedarme disecada me importa poco, ya no tengo nada que perder, estoy siendo injusta con Salvador y Austin, pero todos sabemos que sin mi también pueden lograr lo necesario para impedir lo que sea que está planeando Abdon.  

—¡Mierda!—Grito asustada cuando una compuerta se abre.

¿Qué mierda es esto? No creo en Dios, pero ahora mismo estoy rezando para que no salga una maldita araña peluda gigante.

Tomándome de la pared ya que estoy bastante débil me acerco a la puerta mirando en todas las direcciones cerciorándome de que no haya nadie, el lugar no está oscuro, unas antorchas que me llaman a gritos para que las tome y me caliente, hay un gran circulo formado por rocas de color verde brillante, como esmeraldas; hay muchas plantas, flores y algunas helechos, es raro porque se nota que no entra la luz del sol aquí.  No planeo ser tan estúpida como para gritar preguntando si hay alguien aquí, solo tomare fuego de la antorcha para recargarme un poco, así que dirijo mis pasos a esa llamativa llama.

—¿Fuego?Una voz bastante fémina se escucha en eco por todo el lugar.

Santa mierda, me llegó la hora.

—¿Muerte?—Mis labios tiemblan al hablar, nunca me había sentido tan asustada como ahora.

Hubo un momento de silencio, las plantas se movían por un viento que no sé de donde rayos venía pero ahí estaba, literalmente era casi imposible, estábamos en una cueva, no puede ser real algo así.

—Soy Terra—La voz en mi espalda erizo por completo mi piel.

Al girarme y mirar una chica alta, voluptuosa y con cabello color verde solo pude quedarme quieta, en shock, pensé que ya lo había visto todo en el otro lado, pero esto si era una sorpresa, más aún que parecía Eva; su cuerpo estaba cubierto solo por hojas y una que otra flor.

—No puede ser, Abdon...él es..—Susurré para mi misma.

—No pensé verte hasta el gran día.

Ella me miraba con mucha curiosidad, como si hace mucho no viera a un muerto, ¿Por qué estaba aquí oculta? ¿Qué había hecho?

—¿Cuál gran día?—Quise saber, pero ella estaba tan entretenida mirándome que no me prestaba atención.

Me ericé cuando la sentí caminando a mi alrededor y tomando partes de mi cuerpo como si no creyera que yo estaba aquí, como si sintiera que yo era una ilusión, esta chica probablemente llevaba aquí bastante tiempo, tenia que averiguar por qué y también como haría para sacarla, si la habían encerrado y ocultado de todos era posiblemente por que seria una amenaza para Abdon y es exactamente lo que necesito.  Lo curioso del caso es que todos en este lugar solo esperan al elemento aire, ¿Nunca se habían preguntado por Terra? Tal vez, de hecho ya sabían que estaba aquí y no habían querido hacer nada por esta mujer. ¿Por qué Abdon mintió diciendo que era un elemento natural? O ¿ Esta mujer me está engañando? Eso es casi imposible, en serio, es literalmente una mujer hecha de naturaleza.

—El día en el que llega Aire.—Respondió tomando mi cabello y detallándolo con cautela.

—¿Por qué Abdon te encerró aquí?—No hacía falta ser muy lista para saber que el encierro de esta chica era gracias a él, nadie más tenía acceso a este lugar.

—No puedo confiar en ti, probablemente estés de acuerdo con su plan—Su voz es tan relajante.

Evidentemente no confiaría en mi.

—¿Tu crees que si estuviera de acuerdo con el me habría castigado en la cueva?—Pregunté mirándola fijamente, sus ojos también tenían un tono verdoso.

—Él encierra aquí a muchos de ustedes, no solo por no estar de acuerdo con sus planes.

En eso tenía razón, pero como rayos haría para ganarme su confianza, era casi imposible.

—Lo que sea que está planeando no quiero que suceda, nos está ocultando esa información y sus seguidores son muy fieles, probablemente tu también estas de acuerdo con él, pero si no quieres decir usaré mi mente y leeré tus malditos pensamientos.—Sé que debo controlar mi furia pero es algo en lo que aún trabajo.

Aquí en El otro lado, todos tus sentimientos se intensifican, por ese motivo me ha costado controlar este sentimiento que es el que más recurría en mi cuando aun vivía. 

—¿Tienes dos dominios?—Pregunta asombrada, alejándose un poco de mi.

Asentí

—Los tengo y los usaré si te rehúsas a darme información—Amenazo—No tienes nada que perder diciéndome, ya bastantes muertos sabemos que él planea algo y me cuentes o no, vamos a saberlo tarde o temprano.

—¿Ferideh sigue viva?—Mis ojos se abren grandemente, esa puta pregunta no la esperaba.

—¿Cómo sabes de ella?—Cuestioné.

—¿Ella te envió?—Preguntó con cautela y yo sospechosamente entrecerré los ojos. 

Sé que Ferideh lleva aquí bastante tiempo, más que Salvador, eso explica porque esta mujer la conoce, también puede que explique porque Ferideh sabia de ella y quería que yo llegara hasta donde me encuentro ahora; probablemente Terra me asesine porque al parecer conoce a Ferideh y tiene buenas referencias de ella.

Esto es una navaja de doble filo, puede que Ferideh y ella estén en mi bando, como puede que me hayan tendido una trampa para impedir que yo descubra que pasará cuando llegue Aire.

—Se puede decir que sí.—Como dije antes, no importa el desenlace de mis palabras, si descubro algo, está bien; pero por el contrario si muero aquí moriré feliz porque conocí los mejores amigos que pude tener. 

—Entonces confío en ti.

¿Mierda, qué?














Después De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora