Algodón de azúcar

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Ethan Winters, exacto; un sujeto bastante atractivo cabello rubio, ojos marrones que trabajó ingeniero de sistemas de Texas, EE. UU. Es amoroso, detallista, caballeroso con las damas y un carácter algo fuerte. Éste le encanta dar su prueba de amor en las noches cuando esta con ella, le demuestra su amor hacia ella para hacerla suya. Ama sentir una química sexual ¿Quién no querría a un hombre atractivo como Ethan?

En cuanto a Karl Heisenberg un genio en el mecánismo que pierde su tiempo en hacer sus creaciones usando su genealidad y creatividad. Un sujeto canoso, ojos color miel. Le encanta sentir una química sexual se ha acostado con cuantas mujeres en el pueblo y las mujeres cuando salen embarazadas de este hombre, lo único que hacen es abortar para hacerlo con él las cuantas veces que quieran pero más se ha acostado con la variedad de hombres que se les ponen en frente. ¿Quién no lo querría en su vida?

[...]

Dulce como caramelo, soy la manzana que quieres morder.

Nuestro rubio llega al poblado en búsqueda de su hija, Ethan por primera vez cuando se adentra al "Castillo Dimitrescu" para ver si Rose estaba en ese Castillo que dicen que sangre y muerte. Pero fue emboscado por un sujeto magneto gracias a una cámara que estaba en la entrada del Castillo.

━━Vaya vaya, eres el chocolate para darle sabor a mi boca.━━

Una vez, sale de esa puerta.

Heisenberg: Vaya vaya, pensaba que no habría nadie por aquí. Tú debes ser de los duros. ── Dijo el sujeto del sombrero tirando su cigarro al suelo.──

Ethan: ¿Quién eres? ── Habló Ethan.──

Heisenberg: Oh, no eres de aquí ¿Verdad? Mucho mejor. Eres el dulce que le da sabor a mi lengua. ── Habló de manera sensual lazando la variedad de metales hacia Ethan.── Madre Miranda estará encantada de conocerte. ── Habló el canoso.──

Arrastra a Ethan a una reunión con Miranda y los otros Lores bajo las ordenes de Miranda.

Alcina: El mortal no es una gran utilidad para los demás. Y a mis hijas les encanta jugar con los forasteros. Es más, te aseguro que si me entregas el mortal a mí. Mis hijas y yo haremos una merienda de sangre. ── Habló la dama.──

Ethan permanecía inconsciente.

Heisenberg: Lo único que quieres es torturarlo. ¿Qué gano yo con eso? Dámelo y me haré encargo de él. ── Dijo sacando el cigarro de su boca soltando el humo.──

Lady Dimitrescu rodeó sus ojos por el comentario del magneto.

Alcina: Patético. ──Espetó.── ¿De qué nos servirá? Además el sufrimiento del mortal ya está asegurado. ── Declaró la dama Dimitrescu.──

Heisenberg: Sí, claro si un hombre se pierde en el castillo, bla, bla, bla... ── Dicho esto pone en el suelo su martillo de cabeza.──

Miranda: Escuche sus argumentos, algunos menos convicentes que otros. ── Predijo.── Pero mi decisión está decidída. Heisenberg, tu destino están en tus manos. ── Habló del antifaz del cuervo señalando al mencionado.──

Alcina: Madre Miranda, necesito protestar. ── Se levanta de su asiento.── Heisenberg es un niño sin remedio y su devoción para tí es cuestionable. ── Se acercó a Ethan para verlo con detalle.── Dame el mortal a mí y me aseguraré de prepararlo. ── Comentó Lady Dimitrescu.──

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❝𝐀𝐥𝐠𝐨𝐝𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐚𝐳𝐮́𝐜𝐚𝐫❞ | 𝒲𝒾𝓃𝓉ℯ𝓇𝓈𝒷ℯ𝓇ℊDonde viven las historias. Descúbrelo ahora