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Tan solo bastó una búsqueda en Google para descartar por completo la idea de adoptar un niño. El proceso es tedioso y ligado a las tradiciones japonesas, al punto que incluso las parejas hetero tienen complicado conseguir una adopción exitosa. Creo que ahora entiendo por qué Yui y Azusa optaron directamente por la inseminación a la hora de tener a su hija. Aunque técnicamente, ellas se sometieron a fecundación in vitro. Si bien, ellas no nos han confirmado eso, no es difícil de deducir al notar lo mucho que Kumiko se parece a Yui y sabiendo que quien se embarazó fue Azusa. Y eso me lleva a la siguiente pregunta: Entre Ritsu y yo, ¿cuál será la que quede embarazada?

Personalmente, me aterra un poco la idea del embarazo. Con tantas condiciones variables que pueden llegar a complicarse, existe la posibilidad de que no pueda completarlo, o peor, de que muera. Sé que esa posibilidad es bajísima, pero desde siempre mi mente ha tendido a exagerar las cosas cuando algo puede salir mal.

—¿En qué piensas, Mio? —pregunta Ritsu, dándome un pequeño beso en la mejilla que me saca de mis pensamientos.

—En todo lo relacionado a nuestro futuro hijo. Adoptar es prácticamente imposible para nosotras, así que creo que lo mejor es someternos a algún tratamiento de fertilización, pero...

Un breve silencio se instala entre nosotras. Ritsu me clava su mirada como si intentara leer mi mente, aun sabiendo que no necesita ninguna habilidad sobrenatural para hacerlo.

—¿No crees que aún es pronto para preocuparse por eso? —cuestiona.

—¿A qué te refieres con "pronto", Ritsu? Ya tenemos treinta años. Muchos dicen que esta es la edad ideal para tener un hijo. Además...

Y una vez más ella logra desarmarme con un beso. Ella sabe que todos mis sentimientos negativos se esfuman cuando posa sus labios sobre los míos. Apenas logro disfrutar de este efímero momento antes de que ella se separe de mí con esa sonrisa pícara que me enloquece en todos los sentidos.

—No me refería a nuestras edades, sino a nuestro momento actual. Estamos grabando el nuevo álbum y, si bien no tenemos planeada una gira por las circunstancias actuales y el hecho de que Mugi aún no regresa al país, es probable que tengamos que hacer alguna que otra presentación, firma de autógrafos o cosas por ese estilo. ¿No crees que es mejor esperar unos meses más?

Debo admitir que tiene un punto. Pese a ser la más centrada de nosotras, a veces suelo obsesionarme con alguna idea, y dicha obsesión puede nublar mi mente. Sonrío dejando escapar un suspiro.

—¿Desde cuándo tú, la encarnación de la impaciencia, me pide que espere?

—¡Oye! —reclama fingiendo indignación—. ¡Ya deberías saber que no soy tan impaciente como cuando éramos adolescentes! Y aunque odie admitirlo, en parte fue gracias al accidente.

Un atisbo de tristeza se refleja en sus ojos. A pesar de haber pasado varios años desde que mi imprudente novia cayó de una montaña al intentar escalarla, rompiéndose un brazo en el proceso, ese recuerdo aún le causa dolor. Sonrío y le acaricio su mejilla con dulzura.

—De acuerdo, unos meses más.

Ritsu me sonríe de vuelta, victoriosa. Algo me dice que ella también está nerviosa por el reto que ser madres representa. Supongo que en este tiempo adicional podremos estar un poco mejor preparadas para ello.

Una pequeña conversaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora