Capitulo 8

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¿Qué tenía?

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¿Qué tenía?

¿Qué era lo que tenía ella para atraerme de tal manera?

La observe, la detalle y aun no lo sabía. ¿Y si simplemente me gustaba porque era nueva en el pueblo? Era una posibilidad, pero era todo de ella no porque fuera nueva. Era como un maldito viento nuevo, era suave, frio y misterioso. Te hacía temblar hasta la medula pero lo buscabas, lo buscaba como si fuera la última botella de agua del desierto...

Okey, no, eso fue patético.

Solo podía asegurar que era un nuevo viento...

—Todos nos preguntamos lo mismo. —escuche detrás de mi haciendo que me girara por el susto.

Sean estaba a unos pasos de donde yo estaba. Tenía una gorra de béisbol negra, vestía completamente de negro. Trague duro mientras veía como se acercaba, todo en él era muy fuera de lo común. No era como los Kincaid que manejaban esa aura de misterio y oscuridad, pero tampoco era como Crista. Era un aura fuerte, dominante, algo fría pero suave.

Se detuvo a mi lado, sus ojos castaños me miraron de reojo antes de mirar hacia el estanque. Lo mire un rato más preguntándome si había sido bueno venir, mire hacia el estaque...

— ¡Tory! —chillo Amber que tomaba la mano de Silas mientras patinaban cerca de la orilla.

Toryan giro hacia la niña pelirroja, se hizo a un lado esquivando a Trevor que tenía un cayado en su mano. Ella sonrió de lado alejándose rápidamente, Trevor fue a su caza, me quede sin respiración cuando Toryan se inclinó y barriendo el piso con su pierna derribo a Trevor para luego darle un golpe en el estómago.

—Es rápida. —aseguro Sean lo que ya sabía. — ¿Por qué no le dijiste a la policía?

Pensé en ello, por días lo había hecho. Mi mano apretaba el celular en mi mano, el número de emergencia marcado pero nunca presione el botón de llamada.

Ellos no son los malos, pero tampoco sus intenciones son buenas.

Exhale recodando las palabras de Crista. Me había confundido. No sabía cómo interpretar eso, ¿tenía sentido?

— ¿Por qué mataron a esos hombres?

Sean rio por lo bajo metiendo sus manos en los bolsillos de su mullido abrigo. Me miro un segundo y asintió para luego mirar detrás. Seguí su mirada y Crista venía con Talyana y un perro pegado a ellas. Nos miraron, la mirada de Talyana lanzaba una sola cosa...

Fastidio.

Miro a Crista y ella cabeceo al estaque. Talyana camino dando zancadas seguida del perro. Sean puso su mano en mi hombro dando un apretón antes de irse tras de Talyana. Crista me miro por un rato, yo solo podía permanecer ahí...

—Ven, no aguanto como ellos el frio, y creo que tu tampoco. —ofreció señalando la casa detrás de ella.

Gire mi mirada al estaque. Todos hacían un semicírculo mirando a Sean quien hablaba y movía la mano. Todos estaban ahí. Los gemelos, Tatyana, los mellizos, Talyana y Amber, todos miraban a Sean.

Bajo La Piel (Saga Kincaid 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora