Rompiendo su frialdad-Kirinon

I

Capitulo 1: Un nuevo comienzo

Advertencia: Esta historia sucede luego de la segunda temporada de Sword Art Online , cambie algunas cosas como la relación amorosa entre Kirito y Asuna, si me equivoco en algo entiendan que arranque esta historia sin volverme a ver el anime así que probablemente no me acuerde mucho de los hechos.

Era difícil el como poder expresar aquello que sentía cada mañana; tarde o noche, quería ignorarlo, no darle importancia a todo eso, mas sin embargo una parte deseaba curiosear un poquito, era de las primeras veces que sentía esa clase de experiencia con una mujer, algo de lo más inusual para él, claro esta, teniendo en cuenta que en toda su vida, tanto la real como virtual convivio con muchas mujeres, ni con su mejor amiga Asuna con la que paso gran parte de su tiempo conviviendo demasiado cerca. En sus pensamientos solo habían voces que le convencían que solo era algo pasajero, inútil resultaba puesto que hacia de los oídos sordos para no oír una y otra vez esas vagas palabras, ¿pero porque lo hacia?

-Demonios-Se pronunciaba en voz alta, lo cual despertó interés en su hermana, está tenia cara (¿y a este que demonios le pasa?),este mismo no deseaba que Sugu se enterara de ese problemita, era personal hasta el momento y, aunque ella sea cercana no estaba preparado para confiárselo, era su pequeño secretito, realizo un ademan de manos diciendo un "no es nada", acabado de arreglar las cosas dio un ultimo mordisco a su emparedado y, poniendo su maleta en hombro cruzo la puerta de su casa, no sin antes despedirse de su hermana.

Con unos aires de confianza y una sonrisa de oreja a oreja (algo que ni siquiera noto, y si lo hacia la quitaría porque se ve idiota) se encaminaba a cierto lugar que ya sabia de memoria su ruta, aunque solo fueron unas semanas ya se grabo cada atajo que le facilitaba su viaje, aunque algunas veces prefería los caminos largos en raras ocasiones, deseaba matar tiempo a estar haciendo del vago en su casa. El motor dio un alto a su rugido tan característico de ese vehículo que, ya ocasiono curiosidad hacia las jovencitas de la institución, palabras como "ya llego de nuevo el chico lindo" o "diablos esta si se gano un lotería ,espero que tenga algún hermano igualito a él" no pasaron por alto, claro el muchacho sintió un rubor en las mejilla, eran demasiadas las féminas que le rodeaban, cada una con un alago diferente que causaba cierta incomodidad en el pelinegro, aprendió todo el camino del derecho al revés pero no a manejar ese nerviosismo por unas cuantas chicas, algo cómico la verdad . Pero dejando eso de lado buscaba con impaciencia un solo rostro que de seguro se escondía por ahí, eso o de seguro  ella aprendió cuando el llegaba, esto lo aprovechaba y de seguro tomaba otra vía de escape para no verle, ya paso unas cuantas veces.

Mas ahora sin embargo algo cambiaria.

-Te dije que no tenias porque venir aquí-Se pronunciaba aquella fémina  que salía tímidamente de la multitud, mas sus palabras imponían algo de seriedad en Kazuto, algo que le decía que ya la hizo enojar, no la culpaba pero el chico no tenia remedio.

-Bueno te envié unos cuentos mensajes al móvil y ya ni te reúnes con los chicos, pensé que te paso algo...o es que no recibiste mis...-Sus palabras son interrumpidas bruscamente-

-Si, los recibí, solo no los quise contestar es todo.

-¿Aunque sea podemos hablarlo?- La pelinegra mantenía aun la vista lejos de la del muchacho- Podemos ir a hablar en otra parte si lo deseas-

La chica soltó un breve suspiro, en el poco tiempo que mantenían una relación algo amistosa conocía a detalle a Kirito, o al menos se daba la idea de algunas mañas que este traía, de seguro aun vendría de nuevo a realizar un escandalo como era de costumbre, ya tenia suficiente con eso, desde que Kazuto realizaba sus visitas cada chica se le acercaba a su pupitre, lanzando preguntas que ya ni siquiera a veces se dignaba a responder, ni siquiera soltaba una respuesta falsa que perjudique al mencionado, solo para vengarse de su alboroto, además las incontables veces que el rector le decía lo prohibido que estaba traer novios al instituto, no deseaba cargar con eso peso siquiera un día más.