Capitulo 1.

354 3 1
                                    

Como todos los viernes me fui a disfrutar con mis amigas, necesitaba distraerme de la universidad, estábamos terminado trimestre y teníamos muchos parciales que presentar, esta vez optamos por ir a discoteque sensantions, abríamos acudido un par de veces a esta discoteca y era un sitio donde la pasaríamos fenomenal.

Apenas eran las 11pm y la discoteca aun no estaba llena, al entrar al local vimos una mesa cerca de la barra y nos dispusimos a sentarnos en ella.

-Bueno chicas, ¿que les parece si empezamos con unos mojitos de parchita?-propuso gustosa Tifany.

-Excelente idea, ve a por ellos, la otra ronda voy yo. -Dijo Graciela.

Me quede observando el lugar, sonaba una electrónica por el Dj que quedaba perfecta con el ambiente.

-he aquí nuestras bebidas chicas. -comento Tifanny mientras nos entregaba la bebida.

-Esta noche es para disfrutar -dije mientras me levantaba para acomodarme la mini falda que traía -así que salud.

Disfrutamos del mojito y nos encaminamos a la pista, a hacer lo que mejor sabíamos, bailar solas como locas, una vez que quedamos cansadas nos dispusimos a sentarnos en nuestra mesa, una vez en ella, nos dimos cuenta que tres chicos desde la barra nos observaban, los observamos y no paso mucho tiempo para que empezaran a encaminarse hacía nosotras.

-Buenas noches chicas, ¿podemos hacerles compañía? -pregunto uno de ellos con la mirada fija en mi.

-Adelante chicos, sientense- murmuro Tifanny desde su silla.

De las tres, Tifanny era la peor, cada semana la veía con un ligue diferente, Graciela era mas tranquila. Pero nadie le quitaba sus rollitos salvajes de vez en cuando, en cambio a mi solo me importaba disfrutar, la diversión era lo primordial.

-Que mal educados somos, no nos hemos presentados, el es Antony, el es Omar y yo soy Sebastian-dijo este ultimo mientras señalaba a sus amigos.

-Mucho gusto, ella es Graciela, ella es Andreina y yo soy Tifanny.

Conocía esa mirada que tenia Tifanny, ya le había puesto el ojo a uno de ellos. -¿que les parece si bailamos un rato? -propuso Antony.

Tifanny y Graciela afirmaron con la cabeza y se encaminaron a la pista, en cambio me negué y me quede sentada, me dolían los pies ya había bailado mucho, Sebastian se quedo sentado conmigo, y duramos un rato en silencio.

-¿cuantas veces has venido a esta discoteca? -murmuro Sebastian en mi oido. Rompiendo el silencio.

-un par de veces nada mas. -conteste.

-¿y sabes que se viene a hacer a esta discoteca? -pregunto con sus ojos fijos en mi.

-si, claro lo que se hace en todas las discotecas. -logre responder.

Frunció el ceño y me dijo: -Esta discoteca es diferente nena.

-¿a que te refieres con eso? -Pregunte algo confundida.

-En esta discoteca las personas vienen a compartir mas que bebidas, aquí se viene a disfrutar de la musica. El alcohol y el sexo. -murmuro.

No entendía lo que decía, estaba algo ebria y pensé que me estaba tomando el pelo, pero ví su mirada y supe que era cierto lo que me decía. -Detrás de esas cortinas hay unos cuantos cubículos que cuenta con lo necesario para que las personas disfruten del sexo, y creo que ya mis amigas le informaron a tus amigos. -comento.

Atónita por lo que acaba de decirme dirigí la mirada hacia las cortinas y ví traspasarlas a Tifanny y a Graciela junto con Omar y Antony.

-Ahora esta en tus manos disfrutar de la noche o quedarte ahí sentada. -comento mientras me tendía la mano.

Finalmente cedí, estaba lo suficientemente ebria como para pensar que era un deaconocido, tome su mano y me guió hasta detrás de la cortinas, la luz del lugar era algo oscura pero podía ver lo que en los cubículos hacían, escuche gemidos, gritos y jadeos, cada vez me excitaba mas, entramos a un cubículo contaba con juguetes sexuales, preservativos, toallas, agua y un sofá que se veía cómodo, voltee la mirada y me quede atónita al ver en los cubículos de enfrente a Tifanny haciéndole un perfecto oral a Omar y a Graciela siendo penetrada bruscamente por Antony.

Sentí que unas manos rodearon mi cintura, Sebastian me atrajo hacia su cuerpo y me acomodo en el sofá, sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo, se pasearon por mis pechos hasta que llego a mis bragas, metió su mano dentro de mi braga y empezó a dibujar círculos con su pulgar en mi clítoris, la excitación se apoderó de mi y se me escapo un gemido, introdujo un dedo dentro de mi vagina y empezó a hacer movimientos lentos, introdujo otro y acelero sus movimientos, empezó a masturbarme y un placentero orgasmo se apodero de mi cuerpo, mi respiración era agitada al igual que la de el.

-Follame, hazlo ya. -logre decir con la respiración entrecortada.

-Aun no Andreina. tienes que esperar.-me dijo serio.

Retiro sus manos de mis bragas me beso con tal ímpetu que me encanto, este hombre me estaba llevando al séptimo cielo y era un perfecto desconocido.

Sus manos volvieron a mis bragas y me las arrancó y tocó debajo de mi monte de venus, noto mi sexo húmedo y guió su boca hasta el, su lengua rodeo mi clítoris y la introdujo dentro, mis jadeos se escuchaban uno tras otros, me devoro mientras succionaba mis fluidos.

Sus manos fueron a mis pezones, que se iban endureciendo poco a poco mientras hacia y deshacía con mi boca, se quito el pantalón y dejó al descubierto su gran erección, aquello era enorme, grueso y excitante.

-¡madre mía! -murmure para mis adentros.

-abrete de piernas. -me pidió.

Hice lo que me pidió, su pene entró dentro de mi en un solo movimiento, sentí dolor, no estaba acostumbrada a su tamaño, pero era un dolor placentero.

-¿todo bien nena? -pregunto preocupado.

-si, dejame acoplarme a tu tamaño. -respondí mientras hacia ciertos movimientos lentos para lograr estar cómoda. -Estoy lista, hazlo. -Murmuré.

Empezó sus embestidas lentamente, poco a poco iba acelerando el ritmo, y mis gemidos no paraban y como si me leyera la mente cuando estuve a punto de correrme me dijo: -No te corras aún Andreina.

Sin poder decir una sola palabra Sebastian aceleró sus embestidas y con una última llegamos juntos al clímax.

Nuestros cuerpos permanecieron agotados juntos, durante unos minutos permanecimos así hasta que recuperamos la respiración, se levanto, cogió un envase con agua me lavo y me limpio con una toalla, repitió lo mismo para el, nos vestimos, tomo mi mano y salimos de la discoteca.

Afuera ví mi reloj y marcaban las 4:15 a.m. me dispuse a caminar hacia la avenida para tomar un taxi y sentí las manos de Sebastian que rodearon mi cintura, me volteo hacia el y su mirada se encontró con la mía.

-¿a donde vas? -pregunto con el ceño fruncido.

-A tomar un taxi. -conteste.

-Estas loca, no te iras sola, te llevare en mi coche. -murmuro mientras me cogió de la mano y me guiaba a su coche.

Me quede impresionada cuando se detuvo frente a un BMW deportivo de último modelo, me abrió la puerta del copiloto, entre y me puse el cinturón.

Durante el trayecto a mi casa permanecimos callados, lo guíe y finalmente llegamos a nuestro destino. Me baje del coche, abrí la puerta de mi edificio y le dije: -Buenas noches, un placer conocerte.

-Buenas noches nena. -contesto.

Subí en el ascensor, abrí la puerta de mi piso entre en silencio y me fui a mi cuarto, me quite los tacones, me acosté y no tarde mucho en agarrar el sueño, menuda nochesita que tuve.

DESCUBREMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora