(NOVELA ACTIVA)
El final de la estudiante de honor académico en Hogwarts, Hermione Jean Granger, dio un giro inesperado cuando abandona el ministerio a sus treinta y seis años y se presenta como profesora en el colegio Hogwarts de magia y hechicería...
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Hermione Granger
Tomé aire y la miré, repiqueteaba sus dedos contra la mesa de madera.
—Lo de anoche estuvo mal —dije rápido, su rostro estaba impasible.
No dijo nada, ni una vaga respuesta por su parte, su vista seguía fija en mi.
—No puede volver a repetirse Léa, jamás— dije más clara, por si no sabía a donde yo quería llegar.
Se encogió de hombros, empujó lentamente el plato de comida que yo había puesto frente a ella y me miró.
—¿Cuál es la contraseña?— preguntó.
Volvió esa expresión fría, vacía, su voz salía sin ningún tipo de emoción, como estos días atrás.
Abrí la boca para insistirle de que ignorar el tema no ayudaría pero volví a cerrar la boca.
—Mestizo —dije.
Sin decir nada más se puso de pie, salió de la cocina y escuché como la puerta del despacho se cerraba.
La última expresión que vi en sus ojos, la frialdad, sus palabras secas... Iba acorde con su apellido, sus ojos grises vacíos la hacían ver como una verdadera Malfoy y eso no había sido un plato de buen gusto.
Solté el aire que tenía retenido en la boca, me pasé las manos por mi cara y me digné a recoger la mesa.
Cuando había terminado me puse unos tacones negros, tomé mi bolso y salí del despacho, intentando apartar de mi mente aquellos ojos grises que me perturbaban.
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En el turno de por la tarde, que me quedaban tres clases, fui directa al aula donde vendrían los alumnos tras terminar de comer.
Slytherins y Gryffindors.
Revisé lo que habíamos visto, les estuve hablando de todo el primer año que aquel famoso trío, vivió por primera vez en su primer año en Hogwarts.
Les hablé del elegido, del pelirrojo glotón que se le daba muy bien el ajedrez y de la sabelotodo insoportable que tuvo la necesidad de estar con ellos.
Hoy terminaríamos aquel tema, les contaría aquel final que pocas personas sabían, y como otro profesor de defensas contra las artes oscuras abandonaba el castillo una vez más.
