Éramos Dos Mentirosos ~ Fanfic ~

24. Mi Culpa.

ALEIXANDRE CASH

Mis hermanos siempre cuidaron de mi, siempre se preocuparon de que yo comiera saludable, fuera un niño responsable y que deslumbrara a todo el mundo por como era, sin importar lo roto y dañados qué ellos se encontraban, estaban dispuestos a cuidarme siempre, para que no me preocupara, para que no viviera el mismo infierno que ellos, solos y con miedo. A consecuencia de eso salí mimado, queria todo y me preocupaba en exceso de la gente que amaba, era un niño feliz, jugar con mis hermanos en el patio trasero o pasar horas mirando esa televisión hasta que nuestros ojos ardieran, pero aun así, teniendo el cariño y apoyo de mis hermanos, me sentía vacío, sentía que algo dentro de mi faltaba y nunca supe por que, a lo mejor extrañaba demasiado a mi madre o realmente solo queria que mi padre dejara de preocuparse tanto del trabajo y me viera aun que sea por cinco minutos. Mi vida fue fácil, conseguía todo como se me antojase, tomaba los descanso que queria y no había problema, entraba a lugares para mayores y consumía alcohol reducido, no era tan fanático. Tenía el mundo en la palma de mi mano pero no entendía la importancia de aquello.

Cuando entre a la adolescencia descubrí quien realmente era, no me sentía cómodo encerrado dentro de una mentira que quemaba cada vez, mis gustos hacia las mujeres nunca llego, ese sentimiento que mencionan en donde te vuelven loco y tu cosita empieza a desesperarse cada vez que vez un poco de piel, en mi caso fue lo contrario, los hombres eran mi debilidad aunque lo negué millones de veces no podía negar lo que sentía, me gustaban los hombres, o mas bien dicho uno solo. Owen el amigo de la familia, o mas bien de mis hermanos y mío también, cada vez que lo veía mi cuerpo reaccionaba de una manera que nunca sentí pero como siempre no le dije nada, el se veía demasiado hetero como para fijarse en mi, pero tampoco podría esconderme por tanto tiempo así que decidí abrir mi asfixiante closet. 

Me abrí con mis hermanos, le conté como me sentía y a lo mejor oculte como lo descubrí, me apoyaron, problema no había, era mi vida y yo decidía que hacer con ella, eso me alivio mucho pero cuando decidí contárselo a mi padre no fue lo mismo, volví a sentirme inútil, despreciado y estúpido, rechazo todo y si seguía con esa idea el servicio militar me iba a quitar lo gay, pero no quise rendirme, tirarme abajo por un viejo que nunca estuvo para ningún cumpleaños ni tampoco el de mis hermanos, el era una persona mas viviendo en esa inmensa mansión así que su opinión intenté olvidarla, solo que intentar nunca será suficiente. Quise contarle a mi mejor amigo Owen y al parecer no fue lo mejor, lo acepto pero necesitaba procesarlo, estaba ebrio y le dije lo que sentía por él y que las mujeres no eran lo mío y a lo mejor nunca lo fue, me evito lo hizo por meses y decidí olvidarme de el, aunque nunca lo pude hacer, me gustaba mucho, fue el primer hombre en mover mi piso, en hacer sentir mariposas en mi estomago y ahora ese mismo chico me evita como si fuera un virus, como si fuera a contagiarlo, así que con un corazón roto mi etapa de rebeldía llego.

Salía de fiesta, deje de escuchar los reclamos y castigos de mis hermanos, estaba demasiado destruido, me sentía enfermo, como si mis gustos fueran una enfermedad que si me hablas te contagias. Drogas, ellas me ayudaron, me salvaron por un tiempo, sentía que podía ser yo si las consumía, las conseguía fácilmente y eso me hacia mas adicto. En la escuela empezaron a sospechar de mi sexualidad y aunque les dije que no me interesaban sus rumores o sus comentarios me dolían de todas maneras, cuando me encontraba sobrio o inclinado en un baño.

cuando por fin cumplí 17 decidí salir del closet abiertamente pero no todo salió como esperaba, por tantas drogas, peleas clandestinas en las que veía como el resto se mataba a golpes, me hice amigos, estaba en último año ya, pero mi rebeldía y desprecio hacia el hombre que me dio vida seguía intacta, seguía sin poder estar bien, aunque mis hermanos seguían apoyándome y aconsejándome como siempre me faltaba algo.