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« Observó su reflejo en el espejo, las ojeras eran más que evidentes se podían notar a kilómetros, sus labios estaban secos, su mirada estaba apagada, las clavículas se lo notaban más cada día, inclinó su cabeza. –Estaras bien– se repetía una y otra vez cada noche, incluso solía recitar el nombre de Yelena, Natasha y el de su tía como si de una oración se tratase, a veces solo así podía dormir otras veces que no lograba dormirse creaba escenarios imaginarios en su mente dónde los finales siempre eran felices pero, sabía que eso jamás pasaría.
Tomo una bocanada de aire y lo soltó dejando ir cada pensamiento negativo que tenía, pero, parecía que el coraje y odio se acumulaban, a veces ni si quiera podía verse a ella en el espejo.
—Al menos hay algo bueno en esto— la rubia tomo su mano— No sufriremos como otras chicas al tener su período.— intentaba hacerla sentir mejor, era su ceremonia.— Escuche que cuando lo tienen les duele demasiado que no pueden ni salir de sus camas, no pasaremos por eso.
—Pero no podremos tener una familia.
—¿Por qué querríamos traer a alguien más al mundo?, esto ya es una mierda— exclamó molesta— Nosotras dos somos la familia de la otra.
—Lo sé pero, ¿y si no sobrevivo?— se miraron a los ojos.
—Lo harás— juntaron sus frentes.—Tenemos que irnos o se darán cuenta de que no estamos.
—Besame.
Yelena la miro sorprendida.—¿Qué?— titubeó.
—Besame— dijo con firmeza— Si algo me pasa solo...
Sin previo aviso la rubia juntó sus labios interrumpiendo a la pelinegra, sus labios se movieron al compaz, al instante habían conectado, ambas habían cerrado sus ojos, sus pechos subían y bajaban rápidamente, sintieron que el corazón les iba a explotar, sus mejillas comenzaron a teñirse de rojo miles de emociones disparadas en aquella habitación que no si quiera cabían. Lorna colocó su mano en la mejilla de Yelena, profundizando el beso, se dejaron llevar por sus sentimientos,incluso sus poderes se habían dejado llevsr; las brumas verdes de Lorna rodearon la habitación, el dorado sobresalía del verde,
Al separarse sus respiraciones eran agitadas, tenían los labios entre abiertos sus miradas estaban conectadas, no podían dejar de mirarse.
—Eso fue...— Lorna relamio sus labios.
—Viviras porque tenemos que hacerlo de nuevo— aseguró Yelena y ella solo asintió.
Salieron de la habitación con una sonrisa en el rostro, cada una tomo su lugar, se miraban de vez en cuando, ninguna podía evitar sonrojarse al verse. Ansiaban que la cirugía terminará para poder juntar sus labios de nueva cuenta.
