Capítulo 23: La Verdad

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Enero 19, 1977

Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería

Salón de transfiguración

11:30 a.m.

Sirius se mordía los labios y enredaba su cabello con sus dedos en vez de prestar atención a la explicación de transfiguración. En su mente no cabía otro pensamiento que no fuera la manera de decirle a Remus la verdad o el hecho de poder disculparse con Stella por lo que ha estado pasando últimamente.

Ahí sabía que definitivamente la había cagado y en grande.

Por primera vez en mucho rato, deseaba poder tener el pensamiento fijo en la clase. Él no lo solía tener, solía pedir alguna que otra información a James y a Remus, de ahí solucionaba y pasaba con un promedio bueno. La cosa era que al menos en esos momentos su mente divagaba, pasaba de una cosa a otra. 

Sabía que ese día debía ser cuando le dijera a Remus. Sin embargo, quería primero intentar hablar con Stella y, aunque le molestara admitirlo, Severus.

Si quería el perdón de ella y, si se podía, Regulus, sabía que primero debía pedirle disculpas a Severus Snape. 

El problema era que, de todas las personas que había dentro de la escuela, justo le debía gustar la persona que él más odiaba. En sí, sabía que tampoco le hacía mucha gracia a Severus que él fuera pariente de su novia y mejor amigo, pero era lo que había. Además, empezó a caer en cuenta de que con lo que hizo pudo arriesgar el hecho de que su mejor amigo siguiera recibiendo sus dosis mensuales de poción.

"Oh, Sirius, confirmaste que definitivamente eres idiota" pensó él jugando con su varita.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una McGonagall seria. 

—señor Black—dijo ella con calma—¿Podría hacer una demostración de la transfiguración que acabo de mostrar?

—Eh...—Sirius miraba a todos lados sin saber cuál era el encantamiento que debía hacer.

—Eso creí—suspiró pesado—. Diez puntos menos para Gryffindor, señorita McDonald ¿Podría hacer la demostración?

Sirius resopló para seguir jugando con su varita.

—Hey ¿Qué tienes?—preguntó Remus, el cual estaba a su lado escribiendo—. Estás más distraído de lo usual, al menos sabes cómo responderle a Minnie.

—Eh...es que...bueno...—empezó a decir Sirius y respiró hondo para verlo—¿Podrías verme cerca del sauce boxeador después de clases? Es que hay algo importante que debo decirte.

—¿Por fin me darás una declaración de amor, Black?—lo molestó un poco Remus riendo.

Sirius trató de reír en ese momento, pero sabía que definitivamente estaría muy molesto con él. Eso harían tres personas que apreciaba odiarlo por haberlo arruinado todo. 

En un momento menos tenso, habría seguido el juego y decirle que claramente él no se podía resistir a su belleza. Teniendo aquellos pensamientos constantes recordándole a cada rato que definitivamente arruinaría su amistad con los demás, su respuesta fue un poco más cercana a lo que se supondría respondería Remus.

—Moony, quiero que sepas que eres un buen amigo...mereces buenos amigos—respiró hondo y miró un momento a Severus.

Si bien sólo podía ver la parte de atrás de su cabeza, se podía sentir un aura de felicidad aún algo extraña tratándose de él. Notaba que estaba dibujando a la par que prestaba atención a la clase. No se esperó nunca verlo así, pero ya se estaba acostumbrando de a poco.

La Noble Casa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora