perfección y destrucción

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¿De quién era la culpa?
De alguien tenía que serlo.
¿Era su culpa?
No, definitivamente no lo era.
Pero tenía que culpar a alguien.
Tenía que descargar todo su odio en alguien.
¿Por qué tenía que odiar? Qué agotador vivir con esos sentimientos.

Eren no recordaba cómo era dormir plácidamente sin ser atormentado por nada durante las noches.

Las noches eran silenciosas y eso lo hacía pensar. Pensar lo llevaba a recordar su odio:
¿Odio por el silencio?
¿Odio por sí mismo?
Odiaba al culpable de que su vida se tornase un infierno. Odiaba a los titanes, odiaba al colosal, odiaba al acorazado, odiaba a su padre y en especial odiaba el silencio.

(En realidad, odiaba no ser capaz de cambiar las cosas).

Se preguntaba si alguno de sus compañeros aprendices también tenía esta clase de pensamientos, si alguno de ellos también se exigía de más durante los entrenamientos para descargar sus emociones.

Quería pensar que había más cómo él, que podía ser comprendido. Pero mayormente era tratado como un loco por querer enfrentarse a los Titanes, ¿así que qué cosas podría esperar de los demás?

Era un sentimiento desalentador. Suerte para Eren que tenía una meta fija: recuperar su libertad. Él único enfoque en su vida, la razón por la que vivía...

Tristemente se sentía obligado a perseguir aquella meta algunas veces, quizás porque nadie más lo anhelaba como él. Porque desde que nació tuvo el mismo ideal.

A veces se sentía manipulado por sí mismo, si eso tenía algún tipo de sentido. Pero cada que pensaba en eso siempre se encontraba yendo de un lado a otro en su equipo de maniobras tridimensional, así que cada idea irracional rápidamente era pasada a segundo plano.

Tal vez por eso Armin leía tanto, para no pensar en cosas irracionales.

Ojalá Armin pudiese entenderlo a él. Aunque en parte lo hacía porque Armin también quiere adentrarse en el mundo exterior, con otra finalidad, pero al menos lo acompañaría.

Al igual que Mikasa, pero Mikasa no tenía ninguna meta propia más que seguirlo. Eso le molestaba a veces, ¿por qué no puede pensar en lo que ella verdaderamente quería en vez de seguirlo ciegamente? Ya no era un niño y no necesitaba su ayuda.

(Pero sin Mikasa, él estaría igual de perdido que un infante sin sus padres, pero nunca podría aceptar esa verdad; o al menos no verbalmente).

Eren quería dormir y no podía. Sólo necesitaba dormir y mañana estaría bien.

Cerró sus ojos inútilmente para esperar caer en los brazos de Morfeo (una descripción tan poética que había escuchado de Armin).

Eren sentía el tiempo pasar y cada vez se desesperaba más. Si lo descansaba apropiadamente entonces mañana no podría entrenar como siempre. Y eso sería tiempo perdido que nunca recuperaría.

¿Podía golpear su propia cabeza contra la pared y esperar auto-noquearse?

Ese golpe sería ruidoso. Y no sabe si es capaz de hacerlo.

Qué maldito cobarde.

Así que de vuelta, su cuerpo boca arriba mirando el techo.

Contó las grietas, las maderas, las telarañas y clavos visibles en la oscuridad.

Sólo quería dormir y dejar de pensar. Sólo quería tener energía para entrenar otro día y hacerse más fuerte.

Quería arrancar sus cabellos y ver los mechones entre sus dedos. Quería arañar sus brazos hasta ver la sangre gotear.

Sólo quería dormir y despertar mañana en otro día, así poder empezar de nuevo.

Y entonces, no sabe cuándo ni cómo, pero el cuerpo de Eren finalmente cedió al sueño con su rostro salpicado de lágrimas secas.

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2022 ⏰

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egoísta (el deterioro de un pingüino) ; eren jaeger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora