🔖; No me digas tus secretos, no importan cuando tenemos sexo, Jen.
N o t a s:
Historia propia, no adaptaciones.
Contenido sexual y sensible para cierto público.
Fielmente creó, que es más sincera la relación que está junta por el sexo, que la otra donde dicen estar juntos por el sentimiento.
¿Por qué? La carne siempre buscará la carne. No palabrería sin fundamento.
- Bohiraqui, mientras se enfrentaba una vez más a escribir en tercera persona porque es necia, 2O22.
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Secrets.
Depender de él, de su cuerpo, de su aroma, de sus caricias, de su sonrisa y de la estúpida idea que tenía suya, jamás creyó que llegaría a pasarle.
Lee Jeno, está lejos de ser un gran hombre; como muestra basta un botón, es un alcohólico que vive a base de miserias de amor y parece verdaderamente no molestarle aquello. Digo, por lo menos, noches en soledad nunca ha pasado, no hay mujer que por más apestoso aliento que tenga, se niegue a darle un beso, no hay mujer que por más obscenidades repugnantes le susurre como la melodía más sensual de todas al oído, no termine en un espectacular fajón en el sitio donde se encuentren con él siempre imponiendo su autoridad, no hay coreana o extranjera que después de una brutal sesión de sexo, no se sienta tentada a delinear los tatuajes negros que lleva hermosamente trazados en su blanca espalda o brazos, pues los que vayan más allá de eso, son piezas de arte inalcanzables para cualquiera.
Lo más terriblemente cómico del asunto, es que, sin duda, Lee Jeno es una persona basura, es un hombre que nadie debería desear tener cerca y del que no tendrías que sentirte excitada con tan sólo un vistazo de escasos tres segundos a su cuerpo, no obstante, pareciese que eso es parte de su encanto. Porque, por más que se repita la historia, nadie entiende que de verdad, la vida sería más sencilla si nos alejamos un poco de amenazas como aquel diablo con cara de la más perfecta de sus tentaciones hechas realidad en el mismo.
Es así, como llegamos a este preciso segundo en el que está sentado a los pies de una vieja y poco funcional escalera de pedazos de metal y tablas de madera, está en uno de los peores barrios que podrían existir, pero después de ir a ese sitio tantas veces (que es de verdad imposible recordar cuantas), es cómo si le hubiese dejado de dar miedo el hecho de que podría terminar siendo asaltado por alguien dada la poca seguridad de ese sitio.
Como de costumbre, las noches en Corea del Sur es como estar nadando en medio de una alberca llena de hielos, aunque, pareciese que Lee Jeno no siente ni siquiera aquello, no, lo único que le importa y por lo cual visita aquel lugar tan a menudo, es por ese otro chico de cabellera azulada que justo salió de la puerta a la que te llevan esas horribles escaleras de la muerte. Un joven que su atractivo físico, está a la par que el de Jeno, sólo se podría decir que la más grande diferencia, es el hecho de que tiene una deficiencia de peso sumamente notable, aunque, a Jeno le gusta aquello, le agrada saber que por lo menos, hay una mínima cosa en que puede superarlo.