Poco antes de la cena me deje caer en el suelo de la sala de estar, completamente agotado por mi búsqueda que sabía que no tendría resultados.
-¿terminaste? - pregunto Levi, el cual me había seguido con la mirada todo el rato, poniéndome nervioso.
-por hoy - dije resignado. -no había más posibles escondites, pero encontré una trampa para ratas, un dulce rancio y las tareas que creí perdidas de hace años...
-¿dejaste la trampa en su lugar? - quizo saber Ami desde su pequeño sitio de trabajo (la mesa de centro y el suelo).
-no, ya había una rata toda tiesa, así que mejor la tire - negué con cierto asco.
-entonces que tu papá pase por más trampas mañana - ordenó Ami, a lo que Levi resoplo.
Yo también suspiré, podía olvidarme de leer el diario lo siguientes días, estaría en la mira un buen tiempo. Sin embargo, me había quedado en una parte interesante y me moría de ganas por seguir leyendo. Tendría que buscar el modo de continuar y que mejor solución que mi próximo regreso a clases.
Así pues, aquella noche tuve que abstenerme de tomar el libro; lo cual, fue una sabia decisión pues, a media noche, cuando yo seguía dando vueltas en la cama, la perilla de la puerta de mi cuarto me alertó para que fingiera dormir. Como esperaba Levi abrió y se quedó en el marco de la puerta un buen rato:
-tu y tu mal hábito de no dormir - escuche que Ami le susurro después de un rato.
Habrían pasado quizá un par de horas y ciertamente el cansancio ya me estaba venciendo, pero al oírlos hablar trate de mantenerme aún consciente.
-¿qué haces despierta? - pregunto Levi del mismo modo.
-sentí tu lugar vacío y me preocupo que de nuevo estuvieras en la silla. - hizo una pausa mi madre - pero esto es peor, ¿que haces? ¿Sigues pensando en lo de la mañana?
-si... - confesó Levi con un ligero suspiro - las insignias y el cuaderno debían estar en ese escondite, aunque espero equivocarme y encontrarlos en la oficina...
-¿qué era ese cuaderno en realidad?
-algo que debí destruir hace mucho... - conocía tan bien a mi madre, que sabía que está respuesta no le bastaba y ya lo estaba presionando con la mirada para que se explicara, lo cual al final hizo - era un diario, en algún punto cargar con tantos recuerdos fue demasiado y lo mejor que se me ocurrió fue escribirlo...
-¿por qué no me lo mencionaste?
-porque había cosas que no necesitabas saber, ya de por sí vivías con pesadillas.
-escribiste de ellos, ¿cierto?
Un silencio, la mejor respuesta para Ami y la mayor tortura para mi; las ganas de soltarme a llorar de nuevo me estaban consumiendo. Mi padre, siempre protegiendonos, pero ¿quien lo protegía a él?
-¿qué harás si no están en tu oficina? Acaso crees que...
-no, se que el no lo tiene, se que es demasiado curioso al respecto, pero no es algo que Kai haría - se apresuró a responder Levi con seguridad. Un nudo en mi garganta me impidió respirar. - si no esta en la oficina, quizá...
Me gire sobre la cama haciéndola crujir para ocultar mi carraspeo en un intento de poder pasar saliva con normalidad, en el proceso moví mis cobijas descubriendome un poco.
Unos débiles pasos se acercaron y luego unas manos jalaron las cobijas y me abrigaron. El peso de alguien al sentarse hundió el colchón, luego una mano se posó en mi cabeza con delicadeza.
-a veces me pregunto si hice lo correcto - susurro Levi dejando unas tranquilas caricias en mi cabeza. - si esta bien que no lo sepa...
Ami se acercó y solo el roce de sus manos sobre la tela me hizo imaginarme que debía estar abrazando a Levi por los hombros.
-nos enseñaron a matar titanes, pero no a ser padres, Levi - le comenzó a decir con aquel tono dulce que te hacía sentir la calidez de sus palabras - decidimos lo mejor para Kai, sea correcto o no, nuestra intención siempre fue que fuera feliz y estuviera a salvo...
-supongo que tienes razón... - coincidió resignado mi padre.
Estuvieron así un rato más. Con el paso de los minutos, con mi respiración tranquila y con la afectuosidad de su compañía, poco a poco fui quedándome dormido. Lo último que recuerdo es sentir como Ami depositaba un tierno beso en mi frente.
A la mañana siguiente, cuando desperté aún me quedaba el fantasma de la culpa de la noche anterior; sin embargo, me las arregle para salir de la cama con el estado de humor correcto para no llamar la atención.
Levi ya no estaba en casa y Ami actuaba tan normal que no fue difícil hacer mis tareas diarias, más mi actuación de la búsqueda de lugares ocultos en la casa. Fue un día como cualquier otro, sin mucho que hacer y tan pacifico que cuando dieron las 7 de la tarde, de nuevo estaba recostado en el suelo de la sala de estar, mirando el techo, con Ami leyendo en el sofá.
La puerta se abrió de repente, llamando nuestra atención. Me enderece.
-volví - anunció Levi con tono neutral, pero una expresión de preocupación que me volvió a carcomer los sesos.
-bienvenido, ¿cómo te fue? - quizo saber al instante mi madre, estaba tan nerviosa como yo.
-hablemos de eso más tarde - le pidió Levi y luego me miró - parece que de nuevo no tuviste éxito.
-exactamente, comienzo a creer que sólo la biblioteca tiene sorpresas - me queje con pesadez.
-eso parece - coincidió encaminandose hacia el lugar - se traga las cosas y las pierde...
Se alejo con paso firme y azotó la puerta de la biblioteca cuando entró en ella. Sentí una punzada de remordimiento, seguro a esto se refería la tía Hange cuando me descubrió, pero ya era muy tarde para que yo confesase mi error.
-¿de verdad solo era un cuaderno de cuentas y unos trapos viejos? - pregunte armandome de valor para seguir con mi farsa.
Mire a Ami, aun sabiendo que quizá me delataria a mi mismo con mi propia mirada. Ella me sonrió un poco.
-bueno ya sabes como es tu papá, tiene todo en perfecto orden y si algo se sale de control se enfada - me animo con poca convicción - ademas, aquellos trapos eran prácticamente simbólicos para él...
-ya veo... - dije sin creerme ni una palabra.
Me deje caer en el suelo de nuevo, completamente afligido, pero sin poder decir nada más. Ami no tardó demasiado en levantarse y preparar la cena, que fue más silenciosa de lo que esperaba. La carga en el ambiente era demasiado pesada, o quizá sólo era mi consciencia reprochandome mis malas acciones.
Mi único deseo justo ahora, era que nunca se descubriera que yo tenía el diario. Anhelaba poder tener la oportunidad de devolver todo a su sitio y fingir que todo era causa de magia o algo parecido. Aunque la preocupación de que haría si se descubria todo me impidió conciliar el sueño aquella noche y las siguientes. ¿Qué pasaría si me descubrían? ¿Estarían demasiado molestos conmigo o comprenderían porque lo hice? ¿De verdad quería seguir con esto?
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Levi's diary
FanfictionMiembro de la Legión de Reconocimiento, proveniente de la Ciudad Subterránea, hijo de una Ackerman, soldado, compañero, líder, amigo... ¿Qué más podría decir para describirlo? Levi Ackerman, uno de los grandes héroes. Pero... Aún hay más que contar...