📖SESENTA Y SIETE📖

105 14 1
                                    

✨Notita rápida: muchas gracias por los 5k🥺
Atte: la escritora✨

El resto de la semana, no estuvo ni bien ni mal. Levi tenía un humor de perros, pero pese a eso, no afectaba demasiado a la tensión de la casa, que de por sí ya se sentía por mi regreso a clases, cada vez más cercano.

En esos días me convencí a mi mismo de que no estaba haciendo nada malo y de que no había porque temer a lo que pudiera pasar, de cualquier forma nunca me atraparian pues había sido demasiado cuidadoso hasta el momento y ni había duda de que así seguiría.

Con esas ideas llego mi esperado lunes, mi primer día de clases como alumno de séptimo año. Estaba más ansioso porque empezará el día, que preocupado por lo de la semana previa. Así que, incluso antes de que Ami apareciera en el umbral de mi cuarto, yo ya estaba con los ojos bien abiertos.

-buenos días, ¿quién está listo para su regreso a clases? - pregunto Ami alegremente.

De un salto se arrojó a mi cama cayendo a mi lado entre risas. Me rei con ella y aún más cuando se giro y comenzó a dejarme pequeños besos por toda la cara.

-¡mamá! - le dije cuando ya no aguantaba más la risa.

-ah, mi pequeño ya no es tan pequeño - soltó deteniendo su ataque.

-siempre dices eso - le dije.

-a veces lo olvido - comentó encogiendose de hombros.

Guardamos silencio un segundo. No importaba en que año estuviera, Ami nunca dejaba de deprimirse un poco en cada inicio de ciclo escolar.

-oigan, se va a hacer tarde - nos sermoneo Levi apareciendo de la nada.

-Agh, ya se, ya se - se quejo mamá levantándose de mala gana - ¿qué tal si lo educamos en casa y así me lo puedo quedar toda la vida? A mi me educaron en casa y no estoy tan mal...

-Ami es nuestro hijo, siempre será nuestro - le dijo Levi exasperado, siguió su camino, lo escuche bajar las escaleras.

-si estudiase en casa, ¿igual me levantaría temprano? - quise saber, como si de verdad considerará la posibilidad.

-si, seguramente... - confesó Ami con una sonrisa.

-entonces prefiero la escuela - sentencie decidido.

Eso le causó gracia a mi madre, me dio un beso en la frente y aún con una sonrisa divertida anunció que bajara a desayunar antes de irse por donde vino. Me estire sobre el colchón, me levante de un salto y baje a desayunar.

En la cocina, Levi ponía la mesa mirando con recelo los platos y vasos que tomaba, seguro los inspeccionada; mientras tanto Ami tarareaba una cancioncilla de cuna, a la vez que hiba y venía terminando mi almuerzo para la escuela. Me senté en mi silla habitual esperando pacientemente a que mis padres se sentarán para poder servirme del menú del día.

-¿quién irá por mí hoy? - pregunté para abrir la conversacion del día.

-Hange - soltó Levi sin delicadeza.

-¿Hange? - pregunté confundido. - no me quejo, pero ¿por qué?

-pasaré por ti a su casa - añadió mi madre con una sonrisa, pero evitando mi pregunta.

-¿por qué? - insistí con mayor curiosidad.

-no es la primera vez - recordó Ami adelantándose a lo que Levi parecía querer decir.

Por su estado de ánimo, sabía que no sería nada amable, eso tampoco me sorprendía, pero debía ser algo demasiado malo si Ami lo detenía.

-ciertamente no, pero lo raro esque no sea Armin o Eren - defendí mi punto.

Bueno, tenía una idea de porqué no el tío Armin, debía estar molesto Levi aún con el y en cuanto a Eren... De nuevo, no era extraño, pero tampoco solía ser tan drástico.

-Armin estará ocupado y que estés demasiado con Carla es un peligro para la sociedad - bromeó Ami.

Abrí la boca para protestar, pero ya había quedado claro que no responderían mi pregunta. De cualquier forma, dejar de insistir no era una perdida, igual la tía Hange me...

-lo dudo - hablo Levi leyendo mis intenciones en mi mirada.

-no dije nada - alce las manos en rendición.

-pero lo pensaste... - de nuevo abrí la boca esperando responderle, pero me detuvo añadiendo - no es algo que Hange sepa y tampoco que le incumba, así que no te dirá nada.

-eso quiere decir que no estoy tan perdido - señale algo creído - ¿es sobre la misma razón por la que se enojaron con Armin, verdad? Por eso, ni el, ni Eren pueden recogerme...

-se hará tarde - me apresuró Ami - si ya terminaste ve por tu uniforme...

Suspiré, había comido poco y ya que perdí el apetito me levante de la mesa, dejé mi plato en el lavaplatos y luego me encamine a las escaleras.

-dijiste que confiabas en el... - alcance a escuchar que Ami le reprochaba a Levi.

Si no seguía subiendo, ellos dejarían de hablar, así que no tuve más remedio que irme sin saber la respuesta a la acusación.

Una vez arriba, prepare mi mochila (guardando el diario en ella), me di un baño y me puse el uniforme. 30 minutos después ya estaba listo para la escuela, por lo que baje a paso relajado a sabiendas de que Levi estaria soltando chispas por ahí...

-¿listo? - pregunto Ami.

Ella estaba junto a la puerta, tomando un portafolio, vestía su uniforme de la legión. Sospechoso. Me paso mi almuerzo escolar y abrió la puerta de un tirón.

-¿y papá? - pregunté mirando a todos lados, pues usualmente era él quien me llevaba a la escuela.

-tsk, ese gato gruñón se adelantó - se quejo Ami entre dientes.

-ah...

No dije más, el haber perdido en diario parecía alterarlo más de lo que el decía y ahora me quedaba claro que yo era su sospechoso número uno. ¿Debería detenerme? Pero si estaba por llegar a la parte que quería, no podía detenerme ahora. Ojalá la tía Hange pueda decirme que hacer.

Ambos salimos de la casa y nos encaminamos al tren, donde el señor Vital hiba y venía repartiendo boletos a las pocas familias que ya esperaban por el siguiente tren a la ciudad.

-¡pequeño capitán! - me saludo entusiasmado.

-¡Hola, señor Vital! - salude del mismo modo.

Mi madre igual lo saludo educadamente. La gente seguía acumulándose en la estación, por lo que el señor Vital se mantenía en la entrada repartiendo boletos mientras nos hablaba.

-¿y su esposo, señora Ackerman? - pregunto el velador de la estación.

-salió antes, ¿no lo vio? - pregunto Ami con amabilidad.

-no lo creo, quizá tomó su boleto durante el caos de hace una hora - razonó el señor Vital (la hora pico siempre era en las mañanas y en las noches, por lo menos para la estación) y luego se dirigió a mi - Niggel se fue ayer, pero me pidió que te recordara llevarle el cuaderno...

Solté una carcajada, más por la mirada curiosa de mi madre que por el propio mensaje. Era solo yo o sonaba sospechoso aquello, sobre todo después de lo pasado la última semana.

-esperaba que lo hubiera olvidado - dije entre risas.

El abuelo de mi amigo me siguió en las risas.

-es más fácil que olvide comer, que su cuaderno de química... - bromeó.

-ya lo creó...

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora