Cinco días desde de la muerte de Yondu
Otra vez despertó.
Las sábanas eran más delicadas de lo normal rozando su cuerpo semidesnudo, se estiró un par de veces para comprobarlo. Quizá su alma estaba tan separada de su cuerpo que estaba perdiendo el sentido del tacto.
La música terrana resonando en sus oídos y el pequeño tamboreo insistente en sus orejas estaban indicándole que era hora de volver a la realidad.
Ya no estaba drogado, estaba en la cruda realidad, él solo con su cabeza.
"No es opción, Kraglin", sostuvo fuertemente sus manos, mirándolo a los ojos, "sabes que no".
"No importará, Cap'n", se soltó del agarre y lo abrazó por el cuello, sus lágrimas se desbordaron, "no quiero otro día más", susurró en un sollozo.
Para cuando salió de sus recuerdos se dio cuenta de que se había aferrado tanto a la chaqueta de Yondu que había enterrado sus uñas en ella, rasgándola un poco. Estaba sentado en la esquina de su cama, llorándole al recuerdo.
Su pecho ardía salvaje ante el arrepentimiento y la rabia de saber que probablemente había sido su culpa, yendo más atrás... con más guerreros dispuestos a dar su vida con tal de obtener la victoria, las cosas habrían podido ser diferentes.
Y en ese momento, probablemente no estaría abrazando una chaqueta, sino al propietario.
