𝙏𝙧𝙚𝙨

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¿Cómo había terminado así? Bueno, si este chico normal llamado Min Yoongi, se dedicaba a recapitular cada momento de su vida desde la llegada del pequeño minino, todo habría sido muy fácil de explicar, claro, si estas metido en una película de ciencia ficción en donde es posible que los cerdos vuelen y que las jirafas conduzcan autos, aún en tremendo año 2025, este tipo de cosas continuaban considerándose tan irreales para él.

Realmente le parecía muy fascinante como ahora podía decir que sentía una especie de adoración por aquel gato, sí, porque le era imposible tomar a Jimin como una persona normal, cuando en ese preciso instante lo tenía durmiendo sobre él, hecho un ovillo, con su larga y peluda cola enredada en la parte superior de la pierna del susodicho.

El minino respiraba lenta y profundamente, clara señal de la gran confianza depositada en Yoongi, a pesar de haber estado ahí menos de dos días.

¿No se supone que los perros eran los fieles? ¿Por qué Jimin no se iba después de haber arrasado casi con toda la leche de la casa de Yoongi? El mayor había intentado hacer dormir al pequeño gatito en su cama, mientras él dormía en el sofá, al menos durante esa primera noche, pero después de más o menos media hora, sintió a Jimin venir caminando a paso suave y sigiloso, asegurándose de que Yoongi estuviera "dormido" Y acostándose en su pecho como ahora lo hacía. Él peli-negro tuvo que levantarse y decirle "Ven, vamos a la cama" porque era ilógico el terminar durmiendo ambos en ese estrecho sofá.

Y fue así como Min Yoongi, este don nadie que estaba sintiendo cosas raras por el gatito Jimin, pasó su primera noche con el pequeño híbrido.

A la mañana siguiente, la situación mejoró un poco, se había quedado dormido más que nada por el cansancio, sorprendiéndose por su nuevo temor de que la frase conocida en donde hablan de que los gatos solo nos usan y luego se van, se pusiera en práctica con Jimin, pero no, el niño rizado aún dormía sobre su cuerpo al amanecer.

Una sonrisa lleno de calidez de hizo notar en su rostro y dejó que su mano se posara sobre los esponjosos rizos del más pequeño, empezando a acariciarlos, admirando lo bien que se veía desde ese ángulo. Jimin al instante comenzó a ronronearw, clara señal de que estaba despertando. Abrió sus hermosos ojos color gris y subió la mirada, encontrándose con esos ojos oscuros, los ojos de la persona que más quería, de su salvador, de aquél por quien su corazón latía con tanta felicidad.

—Yoon.—Saludó el pequeño felino, desperezando sus orejas también, las sacudió un poco. Actos como este hacían sorprender al mayor por su gran capacidad de lanzarlo contra la cama y comérselo a besos, literalmente.

—Buenos días, pequeño.—Yoongi continuó acariciando sus rizos un poco más, mientras Jimin estiraba su cabeza para hundir más la suave y pequeña mano de su salvador entre su gran cantidad de cabello.

Luego de eso, no pasó gran cosa que no haya ocurrido ya la noche anterior, Jimin se acercó más a su rostro y ¿A quién mierda le importa el aliento mañanero? Fundió sus labios con los del mayor, siendo correspondido al instante. La noche pasada , después del profundo beso, se podía decir que el cerebro de esponja del minino había aprendido otras formas de besar simples piquitos en los labios. Ahora le era más fácil abrir apenas un poco la boca para darle paso a la lengua traviesa de Yoongi, y aunque al comiendo se sentía desfallecer, poco después ya le correspondía y permitía que sus lenguas jueguen de ese modo, causándole esa conocida sensación de mariposas en el estómago, aunque según Jimin, era hambre.

Si él tenía hambre siempre que Yoongi y él se besaban.

Soltó un pequeño quejido cuando sus labios se separaron, aunque no duró mucho porque otro largo y profundo beso se inició. Yoongi no comprendía cómo, pero ya había volteado las cosas, teniendo el cuerpo de Jimin tumbado en la cama con él casi sobre este, acariciando su cuello, sintiendo sus rizos en el dorso de su mano y las pequeñas manos de niño aferrándose a su espalda, acariciándola, creando deliciosos espasmos en su cuerpo.

Jimin no sabía qué era excitarse, de hecho, él seguía creyendo que era hambre, pero cuando su cuerpo se sintió caliente y su pequeño miembro empezó a ponerse duro, notó que algo no marchaba normal, jamás se había puesto así por el hambre, era algo que solo le causaba Yoongi.

—¡Ahh!—Un pequeño gemido salió de su boca cuando sin desearlo, su entrepierna rozó una de la piernas de Yoongi, mientras terminaban de acomodarse en esa nueva posición. Se separó de los labios del mayor y un diminuto puchero apareció en sus ahora enrojecidos labios.—Yoon—Murmuró en un quejido suplicante.

Sí, ni el mejor premio del mundo podiia ganarle a aquella imagen, Yoongi siempre terminaría fuera de sí, y también eso era algo que solo causaba Jimin.

—Tranquilo, bebé.—Susurró sobre sus labios, dejando que una de sus manos pase por el desnudo pecho de Jimin, estaba tan agradecido de haberle quitado la playera durante la noche cuando el minino tuvo calor. —¿Que tienes?

Jimin mordió su labio con importancia, no sólo no sabía cómo explicar lo que tenía, sino que tampoco podía hacerlo, él no sabía hablar ¿Cómo decirle a Yoongi que le estaba empezando a molestar su entrepierna?

Entonces, en su inocente mente, se le ocurrió algo. El pequeño minino sonrió decidido cuando tomó la mano de Yoongi que estaba sobre su pecho y la guio a su miembro, aún sobre la ropa interior y el pantalón que traía.

Fue cuando el peli-negro comprendío.

El pequeño miembro del niño de aparente quince años despierto, estirado y duro, listo para ser atendido por el causante de tal grado de excitación.

Yoongi sintió como la saliva pasaba por su garganta, tragando profundo, impresionado porque, sinceramente, no esperaba que el cuerpo de Jimin reaccionara del mismo modo que el de él.

—Yoon.—Jimin insistió, queriendo volver a sentir esa corriente de placer que experimentó cuando colocó la mano del mayor sobre su miembro.

Yoongi entonces, perdido en el morbo de la situación, volvió a cazar los labios de su felino, con hambre , ansias y deseo, distrayendo la atención de la pequeña mente del chico quien ahora se dedicaba a corresponder lo mejor posible. Jimin sentía que esta vez las cosas iban diferentes, el beso no era dado con delicadeza, Yoongi mordía sus labios, acariciaba su lengua y exploraba su boca con insistencia, de modo demandante y controlador, pero Jimin no tenía ningún problema con eso.

La mano del mayor empezó entonces a delinear el delgado cuerpo de Jimin, su pecho, tan suave, una piel delicada y tan tierna, una que algún lado de su ser deseaba marcar, llenarlo de sus mordidas, de sus moretones, dejar en claro que le pertenecía, que lo ansiaba más que cualquier otra cosa. Yoongi pudo sentir la yema de sus dedos tocar el inicio del pantalón que usaba Jimin, y cuando su mano se empezaba a adentrar bajo este , escuchó el molesto sonido del timbre sonar, resonando por toda la casa.

—Mierda.

Después de tranquilizarse un poco, se alejó de Jimin de manera sutil, no tan rápido como si este quemara porque tampoco deseaba hacerle creer que lo que estaban haciendo estaba mal, aunque lo estuviera.

Acostó su delicado cuerpo en la cama y lleno de pequeños besos todo el rostro del minino, dejando un último pequeño pico en sus labios, susurrándole con voz cálida:

—Ponte la playera y me sigues ¿Si, amor?

Bajó con pereza las escaleras, intentando arreglar el desastre que seguro tenía en su cabello, y de hecho cuando se observó en el espejo de la pared, sí que parecía un erizo.

Abrió la puerta y después gruño una maldición ¿En serio? ¿Justo ahora? ¿ Después de haber deseado que se aparezca durante tanto tiempo, él tenía que venir y perturbar su momento con Jimin, justo en ese maldito instante?

—Oh, a mi también me da gusto verte, Suga.



































¿𝙘𝙧𝙚𝙚𝙣 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙖 𝙥𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖 𝙫𝙞𝙨𝙩𝙖?

¿𝙌𝙪𝙚 𝙩𝙖𝙡 𝙤𝙩𝙧𝙤 𝙘𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙢á𝙨 𝙩𝙖𝙧𝙙𝙚?

𝙉𝙚𝙠𝙤 𝘾𝙤𝙧𝙥𝙤𝙧𝙖𝙩𝙞𝙤𝙣 | 𝙔𝙈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora