Único

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Han pasado un par de semanas desde la competencia de la banda, con estrés y problemas con la logia, sin quitar el hecho del inesperado beso de la hermosa brasileña frente a todos.

Pensé que ya todo estaría más calmado, pero no pude estar más equivocada. No sé si haberle presentado a mi mamá o el beso la asustó, pero cortó cualquier mínimo contacto conmigo. Solo la contemplaba las veces en las que no trataba de evadir el mismo camino.

Me siento agotada, tanto física como mentalmente, no solo por su rechazo sino también por las constantes pruebas, problemas con mis padres y los odiosos comentarios de Sebas.

Por mucho que intenté hablarlo con los chicos, las palabras simplemente no me salían y terminaba cambiando el tema.

Es como llevar un ruido permanente en la cabeza que no se va ni aunque me entretenga. La música siempre ha sido mi escape, pero no estoy segura de que en estos momentos lo sea. Empecé para desahogarme y terminé trasnochándome tocando más de 8 horas mientras acababa por vendar y poner mis manos en hielo.

Las noches se sienten como una bomba a punto de estallar con el maldito ¡Tick! ¡Tack! Todos siguen avanzando mientras yo sigo estancada aquí. Por unos días pensé que el problema era algo más, pero finalmente noté que era yo.

Quizás nunca debí venir.
Quizás la música no es lo mío.
Quizás mi padrastro tenía razón y no sirvo para nada.
Quizás no merezco ser amada.
Quizás debería abandonar la escuela.

Todo un revoltijo de voces zumbando sin detenerse y yo sin poder pedir ayuda.

Agobiada de estar en la habitación, decidí dar una vuelta aunque eso me causara una detención. A pasos ciegos terminé frente al mural donde se encontraban los uniformes y premios de la antigua generación.

En ese instante recordé a MJ diciendo: "50% es visión y 50% intentarlo". Por muy tonta que sonara, me dio el pequeño impulso que necesitaba para continuar.

Quizás comencé solo por un sueño, pero a lo largo del tiempo, aparecieron personas muy especiales que considero familia e incluso una chica que me mostró lo cálido y a la vez difícil que puede ser enamorarse.

Girando sobre mis pasos, me dirigí hacia su habitación. No dejaría que todo se fuera a la borda simplemente porque me evadía. Esta vez no permitiría que decidiera solo ella. Me escucharía y si después de eso me evade, aunque duela, lo aceptaré y seguiré.

Rascando mi nuca nerviosa, observaba la puerta frente a mí, una decisión un poco impulsiva pero necesaria.

- Bien, tocaremos, hablaremos y luego se huye - Toda la poca valentía que tenía se fue al golpear un poco fuerte mi cabeza contra la madera. - ¡Que pendeja! - musité mientras calculaba en cuánto tiempo podría salir corriendo sin que me vieran.

¿Qué se hace en estos momentos de estupideces?
A) Nos fuimos, nos perdimos, nos desaparecimos.
B) Se pone la capucha y se convierte en el hombre araña.
C) Finge ser sonámbula mientras corre y se estrella contra la pared.

¿Qué creen que hizo? ¡Ja! Se abrió la puerta y frente a ella apareció una Emilia confundida, dejando así a nuestra heroína encapuchada muy avergonzada.

- ¿Qué haces aquí? - cuestionó con un tono seco mientras restregaba sus ojos.

— ¿Así de simple abres la puerta? Y si era alguien que te quería hacer daño. - Indignada, pasé por su lado, sentándome en su cama. — No me quejo, la verdad. — Pasé levemente la lengua por mis labios. — Mi vista ha sido bendecida.

Antes de que pudiera renegar o posiblemente pegarme, solo vine a que me escuches y luego me iré. Exasperada agité mi cabello mientras jugaba con mis manos y mantenía la vista fija en ella. - No sé por dónde empezar. Desde pequeña compartí mi pasión por la música con mi abuelo; era como si estuviéramos conectados, ¿se entiende? No había la necesidad de hablar; con una sola mirada podíamos expresar todo. Por muchos problemas que tuviera en la escuela o constantes insultos, al estar con mi abuelo y escucharlo cantar o enseñarme a llevar el tiempo me hacía sentir infinita.

MelifluoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora