Caramella

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(Aclaración: Shuichi va a clases nocturnas, Kokichi va clases diurnas. Algo que Kokichi le deje a Saihara, Kokichi verá la respuesta a la mañana siguiente. Algo que Saihara le deje a Kokichi, Saihara verá la respuesta en la noche de el día siguiente)

 Algo que Saihara le deje a Kokichi, Saihara verá la respuesta en la noche de el día siguiente)

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—Pero no te los estás comiendo, ¿Verdad, Shuichi? Me asusta lo que pudiese contener eso.

—Solo es un caramelo, Kaede, además siempre tiene la envoltura.

—Eso no significa que alguien muy habilidoso no pudiese abrirlo y cerrarlo con agilidad.

—Ustedes dos están exagerando, en serio.

Shuichi Saihara, estudiante de criminología, iba acompañado por el campus de la universidad junto a sus mejores amigos; Kaede Akamatsu, estudiante de musicología, y Rantaro Amami, estudiante de periodismo.

Recién comenzaba el día, y sus amigos ya empezaron a llenarlo de advertencias sobre su reciente rutina de intercambio.

Un día en su clase extra, sin previo aviso, encontró un caramelo de uva en su escritorio. Al principio simplemente pensó que alguien lo había olvidado, así que ni siquiera lo tocó, pero cuando siguió apareciendo decidió tomarlo. Al día siguiente volvió a ocurrir y, ya que llevaba un caramelo de miel encima en ese momento, decidió dejarlo por simple curiosidad.

Ahora todo se convirtió en una extraña dinámica entre él y un extraño que ocupaba su asiento en un horario diferente.

Regresando a sus acompañantes, aprecia la preocupación, pero realmente no es nada peligroso.

—Les prometo que si algo, cualquier cosa, se vuelve extraña dejare de hacerlo.

—Aunque es un poco inusual en ti, Sherly. —Comenzó a decir Rantaro, con ese apodo de Sherlock Holmes cariñoso que había repetido últimamente.— No pareces el tipo de persona que intercambiaría diariamente caramelos con un extraño solo porque sí.

—Estoy de acuerdo, no es como que sea imposible, pero no lo adivinaría.—Kaede parece tener cuidado con sus palabras, no le gustaría ofender a su mejor amigo.

—Lo sé, yo también me sorprendí cuando se convirtió en un hábito, pero supongo que tenía curiosidad.

Realmente se definiría a sí mismo como una persona que se mantiene en su zona de confort, pero la curiosidad suele despertar lados de él que a terceros verdaderamente les sorprende.

Aunque lo que más le generaba curiosidad era la identidad de la persona con la mantenía estos intercambios, pero era un poco complicado, no puede solo esperar horas hasta que una persona aparezca y saludar. Es agotador y muy extraño, por no decir que como toma el turno de la noche implicaría desvelarse en la universidad y no era un plan que le apeteciera.

—Bueno, siempre que lo mantengas bajo control me parecerá bien, ahora debería irme, mi clase está a punto de comenzar. —Esto lo avisa Rantaro, quien recibe un asentimiento de Kaede.—

"Caramelos" {Saiouma}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora