Oscuridad...
Frío...
Mucha oscuridad y mucho frío.
Eso es lo que sentí cuando desperté la primera vez. No veía nada y no podía ni moverme por lo entumido que estaba. No sabía cómo sentirme al respecto. Pues no había sentido o conocido nada más que eso.
Siempre había estado solo por eso se me ocurrió que mi nombre podría ser "solo" pero solo se sentía muy solitario y muy simple así que decidí cambiar un poco mi nombre, ¿qué tal..? Sol. Si, Sol sonaba bien. Yo soy Sol y estoy solo en la oscuridad con mucho frío.
No se cuánto tiempo estuve así pero pronto noté que algo se aproximaba a gran velocidad. Era muy pequeñito y muy torpe y lo curioso es que se detuvo frente a mí.
Me saludo como si nos conociesemos o me estuviese esperando hace tiempo. Se presentó como Cometa 852817. ¡Que nombre tan original!
Me preguntó si sentía frío o calor, si me sentía muy enérgico o más bien relajado y si tenía pensamientos positivos o negativos.
Primero no supe cómo responder, pero al final opté por admitir sentir frío y, en realidad, estaba relajado, no había porque es sentirme negativo. El pareció asentir muy contento.
—¡Excelentes noticias!— Exclamó.
—Parece que eres una estrella, si trabajas con nosotros te daremos un abrigo permanente y no será aburrido, más bien, relajado. ¡Y muy pronto tendrás muchos amigos!Eso sí parecían buenas noticias, así que sin dudar acepte la que muy pronto se convertiría en la decisión más importante de mi vida.
•••
Mi trabajo era sencillo, dijeron. Solo tienes que quedarte quieto y básicamente calentar a todo lo que estuviera cerca de ti, dijeron.
El problema era que nada estaba cerca de mí. Nadie quería acercarse a mí, todos ya tenían una estrella donde girar. Solo había un par de rocas flotando por ahí, rocas sin sentido.
El cometa regreso y le conté lo que pasaba. De nuevo me sentía muy solo. Y aunque ahora podía "moverme" las demás estrellas no hablaban conmigo.
El cometa sonrió y me presento algunas otras estrellas.
Estaban las hermanas Centauri, Barnard y los mellizos Luhman.
Después de presentarnos, le pregunté para quien trabajaba en realidad. Pues solo lo había visto a el. No creía que el organizará todo. ¿O sí?
—En realidad. Fuimos advertidos por una realidad alterna en la que nosotros no tenemos vida ni controlamos nuestros destinos, ahí todo depende de unos seres tan diminutos y flácidos que no imaginarías todo el poder y sabiduría que poseen.
Esto no tenía ni sentido, ni la respuesta a mi pregunta pero al notar mi reacción siguió explicando.
—Ellos son los que dirigen todo esto y los que saben nuestros propósitos. De hecho muy pronto los conocerás. Ellos nos están guiando a cambio de que busquemos un planeta, el planeta que ellos habitan pero en esta dimensión. Para que puedan mudarse.
—¿Porqué quieren mudarse?
—Pues en su planeta paso algo terrible, y es culpa de unos monstruos que se acabaron los recursos de su planeta por lo que muchos están muriendo. Y ellos nos están guiando para que no nos lleguen esos monstruos a molestar nunca.
Eso tiene más sentido pero, ¿porqué habría yo de conocerlos?
El cometa se fue dejando que interactuáramos las estrellas y yo. Lo que por suerte para mi, si paso. Barnard dijo que su nombre estaba inspirado en uno que los seres diminutos de la otra realidad. Pronto éramos amigos y así me sentí bien por fin.
Yo soy Sol y estoy solo con amigos.
•••
Llego el momento de que nos separáramos y vi que aún no tenía más que rocas revoloteando alrededor.
Ya llegaran, intente convencerme. De todos modos así mi trabajo es más fácil, no necesito unos planetas girando a mi alrededor. Planetas con los que estaría hasta el fin de los tiempos. Planetas que no se irían nunca y no me dejarían solo jamás. Planetas para los que sería su único abrigo.
Bueno, si quería planetas alrededor de mi.
Por eso al no tenerlos me sentí solo otra vez.
Soy Sol y aun que tengo amigos, estoy solo.
•••
Desperté por segunda vez, y lo primero que vi...
Me hizo sentir tan bien. Por fin tenía planetas. No eran muchos, bueno, eran solo 3. Y estaban un tanto lejos. Pero eran míos.
Los presento el cometa de nuevo, sus nombres eran Plutón, Neptuno y Urano (en orden de cercanía).
Neptuno y Urano eran más grandes que Plutón.
—¡Ellos no son todos! —Exclamo sonriendo el cometa. —Plutón no es un planeta, no se lo recalques mucho, ¿de acuerdo?— Dijo esta vez susurrando.
Atrás de mi habían 4 aún más pequeños, pero no tanto como Plutón. Ellos eran Júpiter, Marte Venus y Mercurio. A Mercurio le gustaban mucho los abrazos y era tan pequeñito, adorable. Venus, Venus era algo ácido pero se sintió muy cómodo cerca de mi, venenoso. Marte era muy explosivo, siempre tenía la cara roja, iracundo. Júpiter los cuido mientras yo dormía, de todos modos tenia 79 ayudantes, era el más grande.
Por fin tenía mi propio... Mi propia...
—¡Que linda familia tienes! Digo, ¡Sistema!
Mi propia familia...
Soy Sol y tengo amigos y una familia numerosa.
—Hmmm, algo anda mal...—Empezó a decir el cometa. —Este es el sistema que nos dijeron los enanitos, ¡pero falta su planeta!
—¿Tengo más planetas?
—¡Si, dos más pero no los veo!
Los seres diminutos vivirán en mi familia. Ya nunca jamás estaré solo.
Soy Sol y mi familia es muy numerosa
—¿Quiénes faltan? —Pregunté al cometa.
—Saturno siempre tan distraído, seguro el se llevo a Tierra
¿Tierra? ¿Qué nombre es ese?
—¿Dónde vivirán los que se van a mudar?
—En la Tierra. ¡Ya se! Tendrás que usar tu poder. Pero es irreversible.
—¿Qué poder?
—Se llama gravedad y eso hará que todos los planetas se queden en un mismo camino para siempre, en una orbita. Cada uno tendrá una orbita diferente y jamás podrán tocarse.
—Esta bien, hagámoslo.
—Lo que tienes que hacer es, como sentir que los atraes, contraer tu espacio.
Y así lo hice. Saturno y la Tierra volvieron después junto con sus satélites. Y no se volvieron a ir.
Soy Sol y mi familia esta completa.