Un leve quejido se escapó de la boca de Pieck al sentir que la jeringa se retiraba de su piel. Una vez que sus extremidades se regeneraron por completo, Hange comenzó a tomar muestras del fluido espinal de la guerrera para examinarlas en un intento de encontrar la cura a la transformación.
—¿Segura que con eso es suficiente?
—Por ahora sí —respondió Hange al dejar los tres tubos adquiridos del fluido sobre la mesa—. Ojalá pudiera tener una muestra de los cuatro cambiantes restantes.
—El que te debería interesar más es el de Zeke, él puede transformar eldianos a voluntad con tan solo ingerir un poco de esto —dijo señalando las muestras—. La habilidad de su titán es un peligro para la isla.
—Entonces regresaré a la muralla.
—Olvídalo —exclamó poniéndose de pie.
—Acabas de decir que la muestra de Zeke es importante, necesito obtenerla de algún modo.
—Es peligroso, te podrían asesinar.
—Mis camaradas están muriendo en estos momentos, Pieck. —Fijó la mirada en las muestras de la mesa—. No puedo dejar que sus muertes sean en vano cuando puedo ir y obtener esa muestra.
—Dijiste que nos quedaríamos aquí.
—Lo sé, pero Zeke puede ser la clave para la cura, debo actuar rápido aprovechando que está en la isla.
—¿Y si mueres en el intento?
—Será mejor que morir sin haber hecho nada.
Pieck soltó una risa nerviosa, había olvidado lo determinada que podía ser Hange cuando se proponía a hacer algo, incluso si para lograrlo tendría que enfrentar a la misma muerte.
—Iré contigo —dijo después de algunos minutos—. Es muy peligroso enfrentar a Zeke sin refuerzos, pero creo que entre las dos podemos hacerlo.
—¿Segura que quieres enfrentarte a tu superior?
—Nunca lo consideré como tal. —Se acercó a Hange para acariciar una de sus mejillas—. Hagamos esto rápido para volver aquí.
Hange asintió, tomando la mano de Pieck para depositar un beso en ella antes de ponerse en cuclillas para sacar el baúl que estaba debajo de la mesa, buscando en su interior un equipo de maniobras para Pieck.
—Dime que aún sabes cómo usarlo.
—Déjame practicar cinco minutos en el bosque —respondió tomando el equipo mientras Hange sacaba algunas cuchillas del baúl.
La pelinegra se colocó los arneses de protección sin poder evitar recordar los años que pasó como miembro temporal en la legión de reconocimiento, pese a que su facción oficial era la policía militar, solía ayudar constantemente a la legión con sus exploraciones por petición de Erwin y, sobre todo, para asegurarse de que Hange no muriera por acercarse de más a un titán. Una vez que terminó de asegurar el equipo de maniobras a su cuerpo, tomó un par de cuchillas y salió de la cabaña para practicar, aunque se había considerado una experta con el artefacto, también era cierto que durante esos cinco años que pasó en Marley no había vuelto a usar uno, por lo que debía concentrase en recordar cómo activarlo y en cómo debía ser la posición de su cuerpo al balancearse sin correr el riesgo de caer.
Hange, por su parte, aprovechó para darle un mantenimiento rápido a su equipo que le permitiera enfrentar a Zeke sin problema, cambiando también sus cuchillas por unas nuevas y preparando un par de jeringas en caso de que no pudieran cargar el cuerpo de Zeke hasta la cabaña. Aunque estaba decidida a salir por su cometido, una parte de ella tenía miedo de hacerlo por la posibilidad de ver los cuerpos sin vida de todos sus compañeros; sintió una presión en el pecho al pensar en ello, ¿cómo podía tener el título de comandante si no había hecho más que abandonar a sus soldados? No sabía cuál era el estado actual del enfrentamiento, no sabía si aún tenían en su poder a los titanes de Eren y Armin, ni siquiera sabía si Moblit y Levi seguían con vida. Aquella preocupación le palpitó en la herida de su ojo izquierdo haciéndola consciente del dolor que aún tenía por haber perdido la mitad de su vista.
Respiró con profundidad, alejando todos sus pensamientos para ajustarse el equipo de maniobras al cuerpo, terminando de asegurarlo al momento en que la puerta de la cabaña fue abierta por Pieck, anunciando que ya estaba lista para partir.
—Regresemos al río, desde aquí podemos seguir en dirección a la corriente para llegar más rápido —indicó Hange al salir de la cabaña, cerrando la puerta tras de sí.
—Supongo que usaremos los árboles cercanos para balancearnos.
—Será más efectivo que correr.
—Y el gas se nos gastará antes de llegar con Zeke —dijo golpeando el tanque de su equipo con la mano—. Hay otra forma de llegar sin necesidad de usarlo. —Alzó la mano dejando ver el corte en su pulgar cuya sangre había escurrido hasta su muñeca.
—Los soldados tienen órdenes de atacar a los titanes, si te ven llegando con el carreta...
—Estaré bien, además estarás conmigo, puedes darles nuevas indicaciones mientras vamos por Zeke. ¿Qué dices?, ¿quieres cumplir tu sueño de subirte a un titán?
—¿Me dejarás montarlo? —preguntó sin poder ocultar su entusiasmo.
—¿De qué otra forma crees que te voy a llevar?
Pieck se alejó un poco para ya no reprimir más su transformación, siendo una sola con el titán carreta. Hange se acercó a ella maravillada, olvidando que una hora antes le había lanzado uno de sus relámpagos para detenerla.
—Sube.
—¿Puedes hablar? —preguntó sorprendida.
—Hange...
—Lo siento —dijo con una sonrisa para subirse al lomo del titán.
—Intentas algo extraño y te mato —advirtió para comenzar a correr en dirección al río como Hange había dicho.
Con la rapidez del titán carreta las dos llegaron en un abrir y cerrar de ojos a la muralla, escuchando disparos y los rugidos de los otros titanes que les dejaron en claro que el enfrentamiento aún no había acabado.
—Subiré el muro, desde ahí podremos encontrar a Zeke, así que sujétate.
—¡Espera!
Hange señaló hacia arriba para que Pieck viera la misma escena que ella. Arriba del muro se encontraba el cuerpo sin vida de su objetivo y a su lado estaba Levi sosteniendo la cabeza decapitada de Zeke.
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En otra vida
FanfictionSus caminos se separaron y la razón del mismo fue disfrazada por una mentira que las mantendría a salvo. Aquellos planes que tenían se fueron a la basura tras la traición de una de ellas que terminó por fragmentar su relación. Aferrada a la idea de...