Esta historia sucede un día común, en la vuelta de un viaje de cinco horas desde Pucón a Concepción.
Estábamos mi mamá, su pareja, mi amiga Paula y yo en el auto durante la noche, exactamente a las 22:27, ya cansados por tanto tiempo en el auto. Mi mamá y su pareja conversando entre sí, mi amiga viendo el paisaje mientras imaginaba historias y yo escuchando música mientras miraba mi teléfono.
De repente, sin darnos cuenta, nuestro auto estaba cayendo por la carretera hasta el lago. Mi mamá me habló para que cerrara la ventana, pero yo estaba demasiado ocupado mandando un mensaje, por lo que el agua comenzó a inundar el auto.
Mi amiga agarró un arma y empezó a disparar al agua, pero aquello no sirvió de mucho ya que entró de todos modos y, en segundos, el auto empezó a fallar mientras nosotros comenzábamos a ahogarnos, finalmente, el auto cayó sobre un volcán submarinon, que para la mala suerte de nosotros, hizo erupción y nos mató.
Fin.
