CAPITULO 5

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Capitulo cinco

Tenia mis auriculares puestos como de costumbre, llegue a mi casillero y lo abrí para sacar lo que necesitaba. Una hoja cayo y me agache para recogerla, me levante casi en shock, era la hoja que Jacob me había dado ayer, pero ¿Qué hace esta hoja aquí? mis ojos se abrieron como platos y me percate que todos los que estaban a mi alrededor tenían también la hoja, me acerque a un grupo de chicos y se las quite

—¿Quién les dio esta hoja? ¿de donde la sacaron? —pregunte 

—Estaba en mi casillero —dijo uno de los chicos

—Esta en el casillero de todos, en realidad —agrego otro chico

—Son las ideas mas idiotas que he visto —susurro uno de ellos

Voltee a verlo furiosa y me acerco —¿y cuales son tus ideas? ¿tienes ideas por lo menos? ¿tu cerebro sirve? —pregunte irritada

—Wow, tranquila madison —carcajeo el chico 

—Son ideas de el chico de internet, no debería sorprendernos —todos empezaron a carcajear

Mire la hoja y note que arriba tenia su nombre Jacob Jones.

¿Sabes quien repartió las hojas verdad?

Amber.

Por eso se fue así, por eso estaba nerviosa cuando llegue, por eso no podía hablar.

—Escúchenme muy bien idiotas —chasquee mis dedos para llamar la atención del grupo de chicos —estas ideas son geniales pero ustedes no lo comprenden porque su cerebro no llega a tanto.

Me aleje del grupito y volví a mi casillero, guarde algunas cosas y lo cerré. El timbre sonó pero no importa, estaba en búsqueda de Jacob, llevaba quince minutos buscándolo como loca por todo el instituto, al final lo encontré en el aparcamiento sentado.

—Jacob —hable agitada

Volteo a verme —hola madison, ¿oh prefieres que te llame traidora?

—Yo no repartí la hoja, lo prometo —me acerque mas a el

—¿Enserio? entonces dime ¿Quién fue? —se levanto de golpe —la única que sabia y tenia esa hoja eras tu y exactamente un día después de que te la doy todo el instituto la tiene.

—Fue Amber —confieso —ayer ella fue a mi casa, yo le ofrecí algo de tomar y cuando volví ella estaba nerviosa, no podía nisiquera hablar

—¿Crees que te creeré? —pregunto incrédulo

—No estoy mintiendo —respondí ofendida

—Bien —volteo su mirada a otro lugar —no te culpo, la culpa es mía por haber confiado en ti, en la popular del instituto, en la lucrecia montesinos de este lugar —bufo —quizás no debí creer que eras diferente, ¿por eso me escuchabas con atención verdad? —su mirada se clavo en mi —para luego poder burlarte con tus amigos. Por un momento pensé que eras buena persona, claramente me equivoque, confié en una traidora.

Mis ojos se llenaron de lagrimas sus palabras dolían, dolían de verdad, no soy como lucrecia montesinos, no quiero ser así, no quiero que los demás piensen que soy así, no quiero que el piense que soy así.

—no soy como ella —baje mi mirada a mis manos.

—Díselo al instituto, todos te llaman lucrecia montesinos —tomo mi cara con sus manos haciendo que lo mirara fijamente  —y ahora yo también.

Eso hizo que me sintiera peor, estaba siendo tan cruel conmigo que una parte de mi lo entendía, el no sabia lo que paso realmente sin embargo, la otra parte de mi le dolía que pensara que seria capaz de burlarme de algo que es importante para el, o para cualquier persona.

EL CHICO DE INTERNETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora