Eyes On Fire (Ticci Toby y Clockwork) - [Continuación]

🍁Vendas🍁

🍁
Capítulo 14
P.O.V. Toby
Bosque;; 2:28pm
2018;; 8 de Febrero
🍁

La tierra de levantaba levemente, la hierba se pintaba de rojo, y mis pasos firmes sonaban junto con lo que arrastraba, al igual que un arado, lo llevaba hacia un lugar fijo.

Miré de vuelta a la bolsa, tenía figura humana porque en efecto, había un cadáver dentro.
Esos hombres persistentes no median la consecuencia que traía pisar el territorio de Slenderman; este fue obra mía.

Me sentí más relajado en cuanto ví el barranco correspondiente a deshacerse de cuerpos.
No tardé nada en rápidamente jalar la parte de los pies hasta la orilla y luego con mi pierna empujé el resto del torso, haciendo que el organismo completo cayera.

P.O.V. Clockwork

Tac, Tac, Tac Resonaba mi puño contra el tronco de un árbol, me detuve un segundo aún en posición defensiva contemplando mis nudillos color rojo cerca del sangrado, está fue una señal para detenerme.

Una hora de golpes hacia el tronco y un agujero se había creado en la zona que mantuve impactando.

—¿Tienes vendas? —Preguntó una voz femenina, una conocida.

Me dí la vuelta para encarar a la chica caminando en mi dirección, una albina de gran estatura, ropas color negro y su característica bufanda de rayas blancas con gris.

Suspiré y negué con la cabeza -No las necesito

—Claro que sí —De uno de sus bolsillos en su pantalón sacó un rollo de vendajes que me lanzó y exitosamente atrapé.

Miré a este comenzando a estirar y separar la tela para colocarla en mis nudillos -Gracias

—No hay de que...—Se quedó callada acercándose con tranquilidad, cosa nada común para una chica tan hiperactiva como ella. Sus hombros relajados u esa expresión de alivio. Se recargó en un árbol cercano volviendo a mirarme.

—¿Que tienes? —Cuestioné

—Nada...Pero he visto que pasas menos tiempo en la casa, también estás muy diferente

—¿Diferente yo? —Dije incrédula —Paso menos tiempo en la casa porque ese lugar me deprime, es tan.... monótono, yo que sé, y la diferente aquí eres tú

—Si, te ves más...¿adulta? ¿Acaso ya terminaste la pubertad? —Se burló con una sonrisa de burra —¿Que te pasó?...O más bien ¿Quien te pasó?

—Tú madre —La ignoré tomando una botella de agua que tenía en mi mochila, la cual estaba en el suelo.

—¡Ja! No evites la conversación, nena, ya te descubrí

Rodé los ojos terminando de pasar el líquido por mi garganta —No estoy evitando nada —Le señalé —Tu estás delirando

No tenía idea de si era verdad, no digo que sea imposible, pero personas como yo no cambian, es algo de lo que me he convencido desde un inicio. Mi vida actual y la anterior fueron las mismas o al menos yo estuve ante ellas de la misma manera, Natalie solo... se quebró, y empezó a ser ella misma.

Tampoco soy ingenua, Rogers llegó a mi vida, pero dudo que en mil años me haga cambiar.

—¿Es un él o una ella? —Rió, dejando de lado mis acusaciones

—¿Eso que mierda significa?

Gruñó cruzándose de brazos —Eres tan terca, por eso sigues soltera

—¡¿Que?! ¡Tu también estás soltera! Y yo no le veo problema

Se acercó a poner un dedo en mi boca, haciéndome callar —Shh, estamos hablando de ti

—Loca —Pero aún con mi molestia no pude evitar reírme a su lado, básicamente sonabamos como hienas llorando.
Eso hasta que unos pasos y hojas removiendose nos llamaron la atención.

Hablando del rey de Roma.

No puedo describir su rostro puedo tenía todo su circo cubriéndolo, pero algo me decía que estaba realmente molesto.

—¿Y este? —Se atrevió a hablar Zero, yo la miré en reproche y me separé.

Pasé una mano por mi cabello haciéndolo hacia atrás, y este volvió a su lugar —¿Si?

Por fin habló —No pueden estar aquí tanto tiempo

—Ya nos íbamos

—Y será mejor que no regresen, van a causar problemas con el operador

Alcé una ceja, claro la albina no se podía quedar callada —¿Tu y cuántos más nos van a sacar? Perro con bosal

Le dí un codazo, esa tonta no sabe en lo que se mete y se lo toma a la ligera —Nos iremos...si eso es lo que quieres.

Oh, y yo sé que no lo quieres, Toby.
Claro, no se lo dije con palabras, si no con la mirada, cuando uno tiene poder sobre otra persona no hay nadie que se pueda oponer.

No respondió, siguió mirándome fijamente, una batalla que me negué a perder.

—Bueno...creo que mejor me voy —Dijo Zero con un tono algo incómodo —Estaré en la ciudad por si me buscas, Natalie —Recalcó mi nombre, era obvio que no tenía buen genio con el chico frente nuestro.

Cuando sus pasos se desvanecieron tomé mi mochila colgando ésta en mi espalda —Supongo...que me iré

—Esta parte del bosque el peligrosa —Me detuvo su voz, sonreí discretamente.

—¿Estás diciendo que me valla a otra parte? Creí que querías que me fuera del bosque por completo

—Eres...libre de hacerlo —Aclaró

—A diferencia tuya

El silencio volvió, también una extraña sensación de pena, pena por mi propio comentario. Rara vez me arrepentía de hablar.

—¿Estás bien? —La pregunta me dejó desconcertada —Tus manos...

—Ah —Las dejé a la vista, había visto las vendas con sangre —Si, solo entrenaba

—¿Una herida?

—No, mi cuerpo puedo soportarlo

—Su lo hiciera entonces no sangrarias, debes obedecer tus límites —Avanzó firmemente hacia mi tomando mis manos en las suyas bruscamente.

Me quedé algo atónita, no era fan del contacto, pero algo en la forma que sostenía mi mano me hizo sentir tranquila. Las suyas estaban llenas de cicatrices casi como las mías, las cuales sostenía con delicadeza, removió el vendaje con cuidado y observó mis nudillos detenidamente.

Puso uno de sus dedos sobre este y uno de mis reflejos se hizo presente al cerrar mi puño rápidamente y luego volviendo a abrirse.

—Te duele

—He pasado peores

—Se puede infectar —En los bolsillos de su pantalón rebuscó hasta encontrar una botella pequeña de alguna clase de medicina; agua oxigenada, volvió a meter su mano sacando una gasa empaquetada. La sacó del plástico colocándole gotas del líquido y luego puso la gasa sobre mis heridas, ajustando estas con las vendas de nuevo, dando vueltas hasta que estuvieran bien envueltas, cuando terminó me soltó.

—Mantente así unos días

Asentí observando mi puño ahora con la sanación adecuada, se sentía más cómodo que antes, de eso no había duda.
—Gracias...de verdad

—No hay de qué, pero hablo enserio, debes irte de aquí, no le agradará que alguien a disposición de Zalgo ronde por esta área, se levantarán sospechas

Asentí —Lo entiendo

Hubieron unos segundos en silencio, y con algo de cautela de forma incómoda puso una mano en mi hombro sin saber mucho como actuar.

—Si...bueno, cuídate

—Lo haré, eh...tu también —Se dió la vuelta regresando por la misma dirección, su silueta desvaneciendo entre la niebla.