Pedido por: jyxshi <3
Temática Hanahaki disease:
La enfermedad de Hanahaki es una enfermedad nacida de un amor uniteral, donde el paciente lanza y tose pétalos de flores cuando sufren un amor no correspondido.
La infección puede ser removida o eliminada a través de una cirugía donde se deshacen de la flor desde la raíz llevándose consigo los sentimientos para siempre.
O en algunos casos se puede curar sin efectos secundarios sólo cuando los sentimientos comienzan a ser mutuos.
¿Desde cuando aquellos sentimientos nacieron en su corazón? No lo sabia, lo único de lo que era consciente era de que amaba ver a aquel hombre desde la lejanía.
En todos los atracos que compartían adoraba "hacer perimero" que en verdad se basaba en escuchar aquella gruesa voz humillando a cualquier criminal.
Horacio siempre le aconsejo dejar de pensar así, alejar esas mariposas que revolotean en su estómago. Jack Conway no era conocido por ser un hombre amable y fácil de conquistar.
Pero el no se rendiría fácilmente, así que empezó con dejarle todos los días un café acompañado de una rosa en su despacho... Su corazón se estrujaba al ver como aquellas bellas flores acababan siempre en el mismo lugar: la papelera.
Pero no se rendía, patrullaba horas y horas para que el Superintendente se sienta orgulloso de él. Atendía pilas de papeleos para aligerarle el trabajo. Y nada, simplemente nada parecía ser recíproco amorosamente.
H.- Gustabo para ya, mira las ojeras que tienes por estar toda la noche con esos informes-. Su hermano siempre se preocupaba por él, solo exageraba.
G.- No es nada osito, no te preocupes. Quiero que el super esté orgulloso de nosotros.
Y así estuvo toda la noche, entre tinta y papeles. A primera hora de la mañana se dirigió a aquel frío despacho y toco esperando permiso para entrar.
C.-Adelante-. Se oyó desde dentro, sentía su corazón danzar ante el.
G.- Buen día Super, le traje estos informes corregidos-. Dejo la pila de papeles sobre una silla y se quedo quieto esperando algo.
C.- Se te ofrece algo más?-. Vio al rubio negar y entonces prosiguió.- Entonces vete Gustabo, deja de perder tiempo.
Gustabo tosió por el dolor en el pecho que le dio y lo miro mal.
G.- No me va a dar ni siquiera las gracias? Estuve toda la noche despierto escribiendo esto.
C.- Es tu trabajo, si no te gusta ahí tienes la puerta-. Luego de decir aquello escucho un portazo y sintió los marcos de las cosas colgadas temblar.
Quizás había sido muy duro con el pequeño rubio, luego le pediría perdón y que vuelva a ser el mismo ilusionado de siempre. Porqué no era ciego, claro que entendía las insinuaciones románticas del rubio y bueno... él simplemente se sentía alagado y con su ego creciendo.