Ser una secretaria supone siempre ser la segunda. La cabeza tras el gran líder, su baúl, su mano derecha, su sostén en días sin aliento, su agenda que habla sin que se lo pidan, con errores de programacion pero si, quien le hace la vida mas cómoda a su jefe. Bueno entiendo que no a todos les gusta ser el jefe pero a quien no le gusta el poder y ejercerlo sobre otros mucho mas.
Ella era baja de estatura, tez morena, pelo castaño oscuro, largo, atado a su cabeza con un gancho discreto que no le hacia gracia, una cara graciosa de ojos café resaltados por unas grandes pestañas, ocultos tras unas gafas de pasta gris sostenidos por nariz pequeña redonda y unos labios grandes y bien definidos en los que solo aplicaba un brillo labial.
Su posición en la empresa requería que usase un uniforme que no le quedaba a su figura pero que a mas de un hombre ponía a pensar que una delicada figura podría haber tras un traje sastre que daba la impresion de haber sido de un muerto mayor.
Sus compañeros evitaban su persona por los cambios constantes de humor y su forma dura de cerrar cualquier tema que pudiese tocar lo personal de su vida. Muchos rumoraban que su vida estaba llena de dolor y sufrimientos pasados sin culpa que pagar, nacida en una familia humilde origen Britanico, ella siempre habia tenido que pelear por ser quien deseaba en todos los aspectos de su vida y el trabajo no era la excepcion .
No parecía ser lo mas genial para el cargo que ocupaba pero su cv decía otra cosa, en su afán por ser la mejor en un mundo donde los hombres eran lo ideal, ella queria romper los parámetros y establecer una nueva verdad las mujeres podiamos ser algo mas que la agenda, el soporte o quien hacia el trabajo duro en las sombras.
Debajode una mascara contruida estaba una mujer que sentia, y sufria la indiferencia de los hombres que habia admirado en su vida, pero eso es parte de un secreto que mas adelante la misma nos revelara.
Su nombre es Srta. Julia Jones
Todo para cubrir sus marcas de dolor
